Se nos ha vuelto lugar común recomendar la prudencia, el silencio y el famoso “volar bajo el radar”.
Y mientras algunos generadores de contenido inundan las plataformas digitales de publicaciones con el único fin de entretener y capturar la atención con asuntos livianos, los ciudadanos empezamos a quedarnos sin una matriz de opinión fuerte que solo se logra con debate, contexto y más información.
De hecho, en el último informe de tendencias de Meta ‘Repensar la eficacia de la combinación de medios en el nuevo panorama digital’, el 68 % de los encuestados de la generación Z afirmaron que solo siguen a creadores en busca de inspiración.
Qué pasaría si le preguntáramos a la generación Z a cuántos líderes empresariales del país siguen para tomar decisiones alrededor de su futuro, ¿qué creen qué dirían?
“Somos lo que conversamos”, me decía hace poco un gran líder empresarial. “Asusta”, pensé, teniendo en cuenta que en Colombia hace mucho rato dejamos de conversar porque caímos en la dinámica de viralizar lo inmediato, incluso sin verificar.
La baja reputación de los demás actores no es solo un factor de oportunidad sino también una enorme responsabilidad.
Es un hecho cierto que los líderes empresariales poco a poco han ido apagando su voz. Muchos por miedo a ser cuestionados, espero que muy pocos por desinterés. Entre tanto, los colombianos nos quedamos sin conversación.
Según Reuters Institute Digital News Report, las redes sociales lideran con 72 % la captación de las audiencias en Colombia. Así, 65 % de los colombianos consumen las noticias vía Facebook, mientras que otro tanto lo hace por WhatsApp. Se trata de contenidos, en muchos casos, sin verificar las fuentes en los cuales no es clara la intención de quienes los generan y mucho menos la trazabilidad de si la información es cierta o no.
Una gran paradoja si tenemos en cuenta que en nuestro país operan 6.200 grandes empresas, 98.000 pymes y 1,2 millones de microempresas, en las que sus equipos directivos son una voz potente, que nos puede narrar presente y futuro desde una mirada empresarial, por sectores, regiones y oportunidades.
En 2017, Harvard acuñó el concepto del ‘líder activista’. Particularmente la palabra ‘activismo’ no tiene la connotación más positiva, por lo que yo prefiero llamarlo ‘la voz del líder’.
Los líderes del sector privado han sido personas con baja exposición pública que se han concentrado en hacer negocios y proyectar su liderazgo hacia sus empleados. Sin embargo, las necesidades sociales y ambientales, por solo mencionar algunas, y el creciente llamado ciudadano a hacer partícipes a las empresas de las grandes soluciones que necesita el mundo, han hecho relevante el llamado a encender la voz del líder.
¿En qué consiste la voz del líder en el contexto actual?
La voz del líder que necesitan y quieren oír los colombianos es más desde el arquetipo de Larry Fink, CEO de BlackRock, que ha impulsado su voz desde el propósito, con una mirada de largo plazo y teniendo como audiencia a todos sus grupos de interés. Una voz que en nada se parece a tener un perfil activo en X. Se trata de una estrategia decidida para impulsar iniciativas que respondan a las necesidades y expectativas sociales.
Líderes: según el Barómetro de Edelman para Colombia en 2023, los colombianos confían en un 70 % en ustedes. La baja reputación de los demás actores no es solo un factor de oportunidad sino también una enorme responsabilidad.
La voz del líder nace de visualizar una oportunidad, por pequeña que sea. Declarar una intención y conectar con las expectativas de los colombianos. Son enormes, lo sé, pero no se trata de solucionarlas todas. Se puede empezar por una sola.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) ya han planteado una agenda global de consenso. Lamentablemente el concepto se volvió un lugar común, en muchos casos vacío de acción y significado. Pero la oportunidad de cambiar la historia es única y requiere de su voz.
“Somos lo que conversamos”, recuerdo una vez más, y si nuestras conversaciones nacen solo del prudente silencio, estamos dejando sin narrativa al país y sin figuras de liderazgo a los colombianos.
MARÍA JOSÉ QUICENO
Miembro de Women In Connection