En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

Existimos para cohabitar

Hagámonos los itinerarios más fáciles, rompiendo la soledad y compartiendo las lágrimas del camino.

Alt thumbnail

Actualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
La vida es un permanente sumatorio de latidos armónicos, que requieren de un hermanamiento inagotable; de ahí, la necesidad de conjugar la amistad entre los pueblos y de activar los vínculos de la concordia entre sí. La rivalidad no tiene sentido, como tampoco lo tienen la desunión, el individualismo y la indiferencia, que generan aislamiento y mil formas excluyentes. La realidad es la que es y nos llama a cohabitar auténticamente. En este sentido, estoy severamente impactado por la migración. Hoy son ellos, pero mañana podríamos ser cualquiera de nosotros.
(También le puede interesar: Salvar y proteger vidas)
Es público y notorio que nos necesitamos mutuamente unos a otros para complementarnos y generar sueños conjuntos. Hagámonos los itinerarios más fáciles, rompiendo el silencio de la soledad y compartiendo las propias lágrimas del camino. Optemos por la vía de lo auténtico, elijamos el abrazo continuo y reconstruyamos entre todos el camino de la verdad, que es el que nos dona un vivir que nos ensancha el corazón y nos ilumina el alma. Con razón suele decirse que el secreto de la presencia por la tierra no consiste únicamente en vivir, sino en saber para qué se vive y cómo debe hacerse.
Estamos llamados, por consiguiente, a entendernos. Precisamente, son las relaciones humanas las que nos permiten avanzar en los proyectos, para crear un mundo mejor para todos. En este sentido, nos alegra que, en casi todos los discursos públicos, a nivel de naciones o de organismos mundiales, se hable continuamente de acercar posturas, de buscar soluciones razonables a los conflictos, de acuerdo con la justicia. Ciertamente, la cultura del abrazo se ha convertido en un culto que tranquiliza o quiere seducir. Al fin y al cabo, todos estamos llamados a cohabitar en la paz, a sentirnos ciudadanos libres, justos y fraternos. Sin embargo, para desgracia de todos, la Oficina de Derechos Humanos acaba de revelar en un informe cómo miles de personas son coaccionadas para trabajar en operaciones de estafa en línea y se enfrentan a graves violaciones y abusos, mientras despojan a otros de sus ahorros o los endeudan.
Esto no es vida. Tampoco podemos permitir que se nos corten las alas y se nos mutile mar adentro, hasta nuestra propia conciencia. Llenar nuestras miradas con horizontes de sosiego es la mejor manera de coexistir. Tanto es así que el futuro de la humanidad depende de esta energía positiva, cuajada de ideas comunes y con la apuesta creativa de la escucha y del optimismo, a pesar de todo. Sin duda, el activismo es fundamental desde cada contexto y desde cada posibilidad. En ocasiones, al ser humano le parece tan insólito hallarse que no cesa de interrogarse, hasta el extremo de que las preguntas filosóficas suelen germinar por sí solas.
Es vital el discernimiento, la renovación de fibra en actitudes transparentes, la palpitación de tolerancia, junto a la conjunción de justos propósitos que irradien entusiasmo y valor.
En efecto, somos seres en movimiento que concurrimos de manera hacendosa a estar insertos en una historia armónica vivencial, bajo el paraguas del amor que nos envuelve y nos transforma sin cesar. Desde luego, precisamos de un cambio de mentalidad en este mundo global, del cual ningún país puede librarse, lo que exige cohabitar y convivir con unos Estados fuertes en el sentido de que tengan capacidad y confianza en su ciudadanía y que sean capaces de abrirse a esa universalización de vocablos y sentimientos.
Naturalmente, lo que también nos urge es destronar de nuestra visión las riadas de información falsa y la incitación al odio en las redes sociales, que lo único que generan es violencia, aparte de poner en peligro las instituciones democráticas y los derechos humanos esenciales. Por eso, es vital el discernimiento, la renovación de fibra en actitudes transparentes, la palpitación de tolerancia, junto a la conjunción de justos propósitos que irradien entusiasmo y valor. Ahora bien, puede que no merezcamos ni existir por nuestro proceder irresponsable en multitud de aconteceres, lo que nos debe hacer repensar situaciones.
Tenemos que reconocer que nos enfrentamos perennemente a un escenario que nos muestra que las contiendas están más vivas que nunca; además, las catástrofes o los riesgos que conllevan son más complejos de lo que nunca habíamos pensado, así como la desorientación que nos suele acompañar en nuestro amanecer de cada día. Para empezar, hay que volver a tomar la ubicación adecuada, que no es otra que la del amor de amar amor, más en los hechos que en las palabras, más en el hacer que en el decir, más en el darse que en el guardarse, más en el donarse que en el resguardarse, en definitiva. Olvidamos que únicamente florecemos en comunidad.
Es un absurdo, pues, que crezca el número de personas que deciden vivir solas o que conviven sin cohabitar. Sea como fuere, tampoco estamos aquí para ofrecer prestaciones de servicios, sino para querernos a corazón abierto, aunque nos sangren las venas interiormente. En cualquier caso, activemos la sabiduría del conocer y del reconocerse, para sentir que todo es presente y que el porvenir es una quimera más. Cualquier instante trae cambios inesperados de vida. Las sorpresas están a la orden del día, desde luego que sí.
VÍCTOR CORCOBA

Sigue toda la información de Opinión en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.