Que no fueran... Obviamente, el Gobierno y especialmente la dinámica ministra María Susana Muhamad González, a la que el país debe agradecimiento, hablan de los grandes logros de la COP16. Y los hubo. Para mí, que participé con una conferencia sobre 'Los lugares más bellos de Colombia', el logro innegable y principal fue que los colombianos nos diéramos cuenta de la importancia de vida o muerte de conservar los bosques, la flora y la fauna. La presencia multitudinaria de caleños y colombianos en las zonas Azul y Verde fue también un logro muy importante. Otro acierto fue el reconocer la importancia de las comunidades indígenas y afros en la conservación de los recursos de la biodiversidad. Otro fue la inyección económica millonaria que recibió Cali, a cuyos alcalde y gobernadora se deben también agradecimientos.
Por obvias razones el Gobierno magnifica los logros y solamente al final reconoce que faltaron algunos detalles, detalles que en definitiva, como lo reconocen también los expertos, marcan un importante fracaso de la reunión. Como dicen los comentaristas deportivos: "Y de aquello, nada", cuando no hay goles. Se repitió, como se temía, lo de todas las reuniones mundiales anteriores sobre el medioambiente y sus problemas, que faltó lo definitivo, "la plata". Que las potencias, que son las principales causantes del calentamiento global y sus anexos, no soltaron "el billete".
Causó desazón en la asamblea el hecho de que solo una veintena de países presentes hubieran cumplido con el compromiso de la anterior reunión mundial de mostrar la tarea de lo que están haciendo o van a hacer para salvar los recursos de la biodiversidad. Feísimo y fuera de toda elegancia el reclamo de Petro contra los azucareros del Valle.
La última reunión del viernes 1.º de noviembre, extenuante por lo larga, duró toda la noche, tratando de convencer a las potencias de que se implicaran monetariamente en los objetivos de la reunión: salvar la biodiversidad y el agua del planeta.
Gran logro de la COP16 fue incluir en las discusiones el tema de los recursos genéticos que empresas productoras de medicinas y de cosméticos se llevan de países en vías de desarrollo.
Varios factores influyeron en el fracaso: ante todo, la falta de voluntad para "soltar el billete"; a ello se unieron el cansancio y la falta de quorum, pues muchos delegados se retiraron ante la inminente proximidad de sus viajes de regreso en avión.
Así pues, no se consiguieron los 400.000 millones de dólares de que se hablaba para salvar la megabiodiversidad de América Latina y del Caribe y mucho menos los 700.000 millones para el resto del planeta. La ausencia de Estados Unidos y su negativa a participar con el resto del planeta en la solución de los problemas ambientales fue definitiva una vez más.
Gran logro de la COP16 fue incluir en las discusiones el tema de los recursos genéticos que empresas productoras de medicinas y de cosméticos se llevan de países en vías de desarrollo, se embolsan millonarias sumas de dinero y no participan de las ganancias a los dueños de los recursos.
Se habló, se discutió y "de aquello nada" porque los que se apoderan de estos recursos no se comprometieron a aportar dinero, sino que lo podrían hacer voluntariamente. El dinero del posible desembolso lleva el nombre de "Fondo Cali". Otro logro fue el reconocer la importancia y la necesidad de salvar los recursos que se encuentran en mar abierto y que no pertenecen a ningún país, sino a la humanidad.
En todas las discusiones se repitió la manida frase o excusa: "Todavía podemos salvarnos y salvar la Tierra si...". Y con este "cuentico" nos tienen esperanzados al término de todas las reuniones. Sí, si no lo hacemos, el tiempo se nos agota irremediable y mortalmente a nosotros y a la Tierra.