En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

Noticia

Para bailar tango se necesitan dos

Este gobierno no ha logrado instalar una nueva utopía y cree que puede hacerlo a través de un cambio constitucional.

Alt thumbnail

CONSULTORA INDEPENDIENTEActualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
(También le puede interesar: De por qué el centro político no encanta)

Una lectura relacional de la política nos permite entender que el Gobierno no es un actor estático, es decir, no todo se explica por la reacción de la oposición, sino también por las acciones del Gobierno, al cual le han faltado pericia y legitimidad. Frente a esta falta de pericia y de legitimidad, la reacción del Gobierno, no solo de la oposición, ha sido la de adelantar la campaña del 26. Cuando Isabel Zuleta habla de reelección significa que hay un sector del Pacto Histórico que entiende muy bien que su futuro político, y el de muchos contratistas, depende de Petro. No hay que ser un gran conocedor para saber que la política consiste en tomar el poder del Estado y buscar permanecer en él, ya sea reeligiéndose o eligiendo a un sucesor (entre otras cosas por esto Uribe no perdona a Santos, porque creía que había elegido a su sucesor, pero Santos fue más astuto que él).

Esta es la razón por la que materializar la idea de un acuerdo nacional ha sido tan difícil: porque no depende solo de la oposición, también depende del Gobierno. Un acuerdo nacional exige principalmente dos cosas, ambas muy difíciles: que la oposición abandone su resistencia al cambio, y que el Gobierno sea más flexible; el acuerdo nacional no exige solamente que la derecha renuncie, de alguna manera, a su razón de ser: la de preservar el statu quo, sino que el Gobierno renuncie al discurso de que sin las reformas a la medida de Petro el país está perdido.
La política es un fenómeno relacional, y, por consiguiente, una lectura del panorama político tiene que incluir no solo a la oposición, sino también al gobierno de turno.
Por otro lado, hablar de “agenda de Petro” me parece contraproducente. Para desbloquear nuestra capacidad de soñar y de imaginar el futuro se hace necesario pensar que el cambio no empezó con este gobierno ni terminará en él. El cambio no depende de Petro. En cada coyuntura hay personas que funcionan como engranajes de un histórico deseo de transformación social. Hoy puede ser Petro, pero mañana será otra persona. Pensar que el cambio solo depende de una persona limita los horizontes de posibilidades de la misma izquierda.

Y, por último, el cambio constitucional. En junio de 2021 escribí una columna titulada ‘Andar constituyente’ en la que afirmaba que había pocos lugares comunes más arraigados en el imaginario colectivo que el de pensar que la Constitución del 91 es perfecta y que solo hace falta cumplirla. En esa columna decía: “Es una clara contradicción con el derecho a la paz aprobado por la Constituyente –artículo 22: ‘La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento’–, que el día de la elección de los constituyentes, el 9 de noviembre de 1990, César Gaviria ordenara el bombardeo a Casa Verde, lugar en el que se encontraba el secretariado de las Farc-Ep”.

Sin embargo, la Constitución del 91, a pesar de lo imperfecta, nos dio un nuevo ordenamiento jurídico y una utopía. Este gobierno no ha logrado instalar una nueva utopía y cree que puede hacerlo a través de un cambio constitucional. Por esto, Álvaro Leyva y Gustavo Petro deberían explicarle al país qué buscan lanzando al aire ideas sueltas sobre una constituyente. Por ahora, se necesita seguir empujando la idea de un gran acuerdo nacional. Y también se necesita que el Gobierno improvise menos y ejecute más.

Sigue toda la información de Opinión en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.