Navidad para Bogotá

A todos los ciudadanos nos preocupan el cuidado y la conservación del patrimonio inmueble de Colombia: los edificios, las esculturas, los frescos y todas las obras que nos pertenecen, que hemos pagado con esfuerzo, que nos ayudan a construir y mantener la historia en nuestra memoria.

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Sufro y siento dolor de patria cuando vándalos la emprenden contra todas las esculturas que se encuentran a su paso durante las protestas o cuando deambulan por las calles de las ciudades del país, ¡con ganas de destruirlo todo!

Mientras satisfacen su obrar negativo, otros, la mayoría, estaban construyendo y tratando de cuidar lo que es de todos. Prueba de ello fue lo que pasó con la estatua de Simón Bolívar, aquella que estaba en el Monumento a Los Héroes en Bogotá desde hace más de 50 años y que acaba de ser reubicada en el parque de la Independencia. ¡Qué gran logro! Recibo eso como un regalo de Navidad, propicio para todos los bogotanos y para todos aquellos que pasan por ese lugar.

El proceso de recuperación fue arduo y duró varios años, pues, además de que la escultura sufrió el deterioro normal de más de 110 años de haber sido hecha, fue completamente vandalizada, y eso la afectó estructuralmente: la figura de Bolívar pudo haber desaparecido, y olvidarse como patrimonio.

Un equipo de personas con empeño y energía, liderado por Temístocles Suárez, maestro que tiene como tarea cuidar los monumentos, hizo posible recuperar la obra de arte y ponerla en su lugar original, a donde llegó en 1910, en conmemoración del primer centenario del Grito de Independencia. ¡Ganamos esta nueva batalla!

Realmente el parque quedó dotado de una escultura hermosa, originalmente elaborada por el artista francés Emmanuel Frémiet. Ahora muchos podrán armar plan en esta temporada de vacaciones para visitarla.

Siento que la falta de cultura ciudadana ha llevado a que el espacio esté muy sucio, especialmente luego de la celebración de las velitas. Es una lástima que no entendamos la importancia de cuidar el espacio que todos disfrutamos.

Quedó en evidencia en otro importante sector de la Capital, el parque Nacional, nuevamente afectado por la suciedad y el descuido, con el agravante de la ocupación que ha desarrollado un grupo de indígenas emberás desde el pasado 12 de octubre. Estos ciudadanos demandan soluciones a muchos de los problemas que enfrentan y deberían responsabilizarse de los actos que emprenden. Es necesario que las autoridades se pongan las pilas para resolver la situación.

Y lo otro que me preocupa es que se volvió costumbre, como una forma de protesta, acabar con los parques, las plazas, las calles, de uso público, y debe respetarse así. Este año los invasores no dejaron adornar el parque con el tradicional alumbrado; visitarlo era un plan para muchas familias. Debemos y tenemos que mejorar la manera de asumir el espacio público.

Los vándalos nos querían ganar el pulso atropellando nuestra memoria, y creo que lo que ocurrió con el Bolívar ecuestre en el parque de la Independencia demuestra que es posible desarrollar con éxito una estrategia de protección de nuestro patrimonio, en la que converjan los esfuerzos del sector público, de la empresa privada y de la ciudadanía.

No obstante, aún falta mucho para que podamos cantar victoria, pues tenemos descuidada, y por mucho, esta infraestructura; además, debemos trabajar para que la cultura ciudadana retome valores como respetar los edificios, los monumentos, y mantener limpios los andenes y cada espacio ciudadano.

Llegaron las celebraciones de Navidad y Año Nuevo con nuevas istraciones locales, a las que pido, al igual que a los ciudadanos, trabajar y reflexionar en pro de un propósito nacional: cuidar nuestras ciudades. Qué gran regalo sería para todos.

La paz del Señor llegue a los hogares en esta Navidad y que recibamos con optimismo el 2024. Seguiremos trabajando con entusiasmo por nuestra Colombia.

CLAUDIA HAKIM

* Directora Museo de Arte Moderno de Bogotá