Apoyo a Fico y Andrés Julián

Más allá de la ‘vaca’ solidaria, que apoyo desde toda perspectiva, considero que es indispensable para el futuro democrático de Colombia y para la recuperación del rumbo en nuestro país acompañar nacionalmente las tareas y gestiones que vienen desempeñando con coraje y sentido patriótico estos dos líderes antioqueños.

Contra Andrés Julián y Fico ha comenzado a articularse una poderosa artillería de desprestigio y un conjunto de estrategias para bloquear sus tareas de gobierno y sabotear sus ejecutorias.

Daban por descontado que Fico ganaría en Medellín, pero no calcularon ni la dimensión de su triunfo ni la sinergia de candidaturas que a la postre jalonó desde la campaña de Fico la gobernación de Andrés Julián hasta rematar con la poderosa moñona que dejó a las toldas petristas sin el pan y sin el queso.

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Hoy la eficacia, el liderazgo y el entusiasmo de Fico junto con la firmeza, la claridad y la coherencia de Andrés Julián se han convertido en muro de contención frente a quienes quieren prolongar el poder del petrismo más allá del 2026.

Por eso, tanto a Fico como a Andrés Julián les montaron la perseguidora desde el primer día y los convirtieron en blanco de ataques presupuestales, generaron incertidumbre frente al cierre financiero de proyectos estratégicos y el cumplimiento de las obligaciones de la Nación, les hicieron desplantes, los excluyeron de reuniones de Estado y quizás por eso mismo algunos extendieron los ataques personales a las gentes buenas en los territorios donde los apoyaron, hasta los linderos de la calumnia, la injuria y la infamia colectiva.

Que quede claro, ni Andrés Julián ni Fico comenzaron esta camorra. Tempranamente les notificaron que el Gobierno tiene favoritos y que ellos no están en esa lista. Ganaron limpiamente y en democracia y, así ellos estén dedicados a gobernar y prefieran no victimizarse, es necesario decir con todas las letras que ellos son víctimas de ataques que por su crudeza y rudeza, han desbordado el territorio antioqueño y hoy representan una firma de agresión a las libertades democráticas de todos los colombianos.

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Lo deseable es que el Gobierno Nacional rectifique cualquier postura de exclusiones y ataques al pueblo antioqueño encarnado en sus gobernantes, lo cual se ha extendido a otros departamentos, ciudades y municipios donde mandatarios no afectos al Gobierno Nacional tratan de gobernar con nulo o mínimo apoyo de la Casa de Nariño.

Lo deseable es que haya trabajo y colaboración armónica entre el Gobierno Nacional y los gobiernos regionales y que prime, en la concurrencia de esfuerzos, la búsqueda del bien común. Lo deseable es que el inmenso poder del Gobierno central no se ejerza en contra de nada ni de nadie, sino a favor de las causas del beneficio común.

Lo deseable es que fluyan los recursos para los proyectos y que cada cual haga lo suyo. Esa, veo yo, es la voluntad del alcalde y del gobernador. Ojalá fuera también la de todo el Gobierno Nacional y no solo la de algunos ministros y altos funcionarios. Ojalá se pudiera seguir adelante trabajando en armonía y respetando las opiniones políticas diversas.

Pero si no lo es y persisten los ataques, los expresos y los velados, los de algunos funcionarios y muchos bodegueros que quieren anticipar la campaña del 2026 tratando de ganar votos a punta de una perversa combinación ya patentada en la campaña del 2022 entre intimidaciones, arbitrariedades ilegales y ofertas populistas, que sepan desde ya que los aliados de Fico y Andrés Julián no están solo en las calles de Medellín y en los municipios antioqueños y que somos muchos los que sentimos que este no es un tema de regionalismo paisa sino un asunto de defensa de los valores tutelares de la democracia colombiana… un asunto profundo, determinante y fundamental para nuestra atribulada Colombia.

JUAN LOZANO

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