SEÑOR DIRECTOR:
No atina uno a descifrar los sentimientos cruzados que produce el encuentro ante la JEP de víctimas y victimarios en el escalofriante tema del secuestro, uno de los peores crímenes que puede cometer un ser humano. Si humano se le puede decir. Los hechos narrados indignan y aterran, aunque mucho de lo escuchado se sabía. Ese calvario vivido por miles de personas y sus familias duele en lo más profundo. Pero la verdad es urgente y esencial. Es un gran alivio para las víctimas.
Es también de vital importancia que se sepa dónde están los que no regresaron, que son centenares, durante varios años. Las Farc, que al menos ya han pedido perdón y han reconocido ese crimen horrendo, tienen que aportar esa información. Es fundamental que haya verdad, justicia y reparación. Y que esta tragedia no se repita. Ojalá no haya un solo secuestrado más en Colombia. Grupos como el Eln tienen que enviar un mensaje de que quieren la reconciliación.
Ángel María Aguilar
Límites de velocidad
SEÑOR DIRECTOR:
Me parece muy bien que se controle la velocidad en las ciudades, pues, sin duda, esto reducirá la mortalidad en las calles, en especial de ciclistas y motociclistas, que son las principales víctimas, no solo porque por la condición del vehículo están más expuestos sino porque, no se pude negar, muchos abusan de la velocidad y, además, numerosos conductores de vehículos no los respetan. Porque, no nos digamos mentiras, aquí se ha creado una rivalidad. Muchos no quieren las motos porque rayan los carros, descuadran espejos, y los conductores de motos sienten que les echan el carro, les cierran el paso, etc. De manera que también hay un asunto de convivencia. Eso es cultura ciudadana, que tanto se ha perdido en las ciudades.
En todo caso, 50 kilómetros por hora en las calles es normal, y en Bogotá hay momentos en que se puede, porque en otros el trancón no permite ir a más de 15 o 20. Eso también necesita soluciones prontas. Mucho de ello está en el orden y la autoridad, que no se permita parquear donde cada uno quiere.
Pedro Samuel Hernández
Por nuevas oportunidades
SEÑOR DIRECTOR:
Quiero felicitar a nuestro nuevo presidente de la República, Gustavo Petro, e igualmente al pueblo colombiano, cansado de tanta corrupción, injusticia y, sobre todo, desigualdad. Felicito a Francia Márquez porque será la primera vicepresidenta afro de nuestra nación y quien irá a hacer un excelente trabajo por los olvidados, los pobres, los oprimidos y los desplazados de la violencia de nuestra nación.
Este país necesita un cambio en el que nosotros, los jóvenes que tenemos ideales de mejorar en ciertos aspectos de la política, la economía, la salud, la educación, el empleo, etc., tengamos voz y voto en las decisiones de mejorar nuestra nación. Cuando escuché las palabras del hoy nuevo presidente, sentí que hay esperanza y fe en que Colombia se irá a levantar de tantas cosas arbitrarias de pasados gobiernos.
Que Gustavo Petro mejore la salud, la educación, la economía, las oportunidades laborales, la convivencia social y, lo más importante, la paz.
Carlos Mauricio Restrepo Carreño