Señor director:
Es muy posible que el dramático aumento del número de contagios que hoy se registran en la urbe capitalina tenga origen en el desorden cívico que vivió la ciudad durante el último mes, durante el cual las autoridades fueron en exceso permisivas. Producto de lo anterior se ordenó la implementación de una nueva cuarentena, toque de queda, pico y cédula y ley seca, medidas que en concepto de la Alcaldía ayudarán a controlar el desmadre de la pandemia. Sin embargo, en lo económico, la crisis que enfrentan la mayoría de los empresarios y hogares bogotanos volverá a agudizarse, después de unos meses que generaron la ilusión de que poco a poco nos estábamos recuperando.
Pareciera que de nada sirvieron las costosas inversiones que diferentes sectores productivos hicieron en sus negocios, atendiendo las exigencias de la Alcaldía de Bogotá para implementar los controles de bioseguridad. Lo cierto es que hoy, una vez más la ciudad está paralizada; las UCI, cercanas al tope, y las autoridades, enfrentadas por las cifras sobre la ocupación de las mismas. ¿Para dónde vamos?
Mario Patiño Morris
Álvaro Mejía
Señor director:
Muy poca difusión tuvo el fallecimiento de un deportista que unas décadas atrás fue considerado uno de los mejores atletas del mundo. Nos representó en muchas ocasiones y puso el nombre de Colombia en lo más alto. Fue el único colombiano en haber cruzado la meta como ganador en el maratón de Boston en el año 1971, ganó medallas de oro en Juegos Centroamericanos y Bolivarianos en 1.500, 5.000 y 10.000 metros, primero en Coamo (Puerto Rico), primer colombiano en ganar la carrera de San Silvestre (Brasil).
Merece un reconocimiento por la manera como nos representó, por su sacrificio y por lograr destacarse a nivel mundial (fue reconocido como el mejor semifondista del mundo). Además, hay que tener en cuenta que en la época en que competía no existían ayudas económicas, los entrenamientos y las pistas de hoy ni las ayudas médicas y científicas.
Luis Daniel Barragán Peña
Las regalías del café
Señor director:
Santander y sus poblaciones, como El Socorro, San Gil, Simacota, Oiba, Confines, Barbosa, El Páramo, Barichara y Villanueva, con sus cultivos de café generan millonarias regalías a sus municipios. El Socorro, como municipio central comunero, está en mora de tener para el turismo de Santander un centro vacacional cafetero como los existentes en el llamado Eje Cafetero de Colombia, con cabañas, piscinas, campos deportivos, restaurantes, senderos por los campos y cultivos, que generen en turismo grandes divisas para Santander.
Hoy, la verdad, no sabemos cuál gobierno controla en Santander, si el nacional o el departamental, los cientos de millones de pesos que recibe el departamento de regalías por la bonanza cafetera en esa parte del país.
La inversión propuesta generaría, además de beneficios económicos, la posibilidad de emplear numerosos nuevos contratos de trabajo en toda la región comunera.
Rafael Antonio Córdoba Ardila
Bogotá
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