Señor Director:
Es triste la destrucción de un parque de reciente inauguración, bello y acogedor, como el Bicentenario, por las barras de Millonarios.
La Alcaldía debe tener cuidado con esos permisos, pues muchos de estos son verdaderos vándalos, violentos y agresivos. En uno de esos aniversarios cerraron la calle 26, y mucha gente tuvo que subir a pie. Pues muchos de ellos no tenían la menor vergüenza en orinarse en público, y quién se atrevía de decirles algo. Ni la policía. Gritaban, agredían... Duele, porque esta es una muestra de agresividad producto de resentimientos reprimidos. Es un problema viejo, pero cada vez más desbordado, al que la istración Distrital debe ponerle atención. Y el Gobierno en general.
José Francisco Piñeres
Señor Director:
La inseguridad en el país está en crisis. La realidad en las calles, el transporte público y los hogares es otra. El hurto en todas sus modalidades atormenta a los ciudadanos. Así lo demuestran los últimos informes de la Fiscalía, las noticias y la percepción ciudadana.
Colombia debe convertirse en un solo frente de seguridad, y así debería estar si se hubiera continuado con el programa de los frentes de seguridad ciudadana que otrora fundó el general Gilibert en Bogotá y luego en algunas partes del país, cuando fue el director de la Policía, con excelentes resultados.
Política que no se continuó, y ya vemos lo que está pasando. Es hora de retomar lo bueno y hacer de Colombia un solo frente de seguridad ciudadana.
Édgar Guillermo Bejarano Chávez
Señor Director:
¡Qué vergüenza! Siento tristeza de patria porque haya congresistas que tratan a sus colegas con palabras soeces, de grueso calibre, en plenas sesiones, sin que los demás se inmuten ante actitudes como esas. Deberían respetar a quienes los eligieron, el recinto sagrado que debe ser el Congreso y a sus colegas. ¿Qué se puede esperar entonces de congresistas así para que no haya violencia verbal o física en este país?
James Cárdenas Henao
Tuluá, Valle del Cauca
Señor Director:
La decisión de la Corte Constitucional que declaró ajustada a la ley la objeción del Presidente a la ley por medio de la cual se rebajaría el aporte de salud de los pensionados del 12 al 4 por ciento representa un duro golpe a este sector, integrado por mucho más de 2 millones de personas con sus correspondientes familias.
Ante este fallo, bien vale recordar a todos los de la Corte Constitucional la frase célebre y concreta de Albert Camus, quien aseveró: “La dura y maravillosa tarea de este siglo es la de edificar la justicia en el más injusto de los mundos”. Lo más lamentable es que la Corte acepta en el fallo que por factores económicos o fiscales es improcedente esta reducción. ¿Cómo es posible que no existan recursos para favorecer a los pensionados nacionales, pero sí para consultas políticas o favorecer económicamente a los de la guerrilla? Qué frustración.
Jorge Enrique Giraldo Acevedo
Íquira, Huila