Europeos de la Edad de Bronce consumían drogas psicoactivas, según estudio

A los humanos de la Edad del Bronce se les atribuye una cantidad de avances: la invención del riego, la rueda, los sistemas de escritura y la capacidad de forjar armas y herramientas del metal duradero que da nombre a la era.

Ahora, mechones de cabello humano descubiertos en una antigua cueva funeraria en España sugieren otra novedad: una propensión a consumir drogas psicoactivas.

El cabello, encontrado en recipientes de madera escondidos en una gruta sellada en Menorca, una isla frente a la costa este de España, dio positivo a compuestos que alteran la mente, lo que sugiere que las personas que vivieron allí hace 3 mil años tuvieron experiencias alucinógenas. Los hallazgos, publicados en Reportes Científicos de la revista Nature, son la primera evidencia directa de que los antiguos europeos consumían drogas psicoactivas igual que los pueblos precolombinos de Mesoamérica.

Elisa Guerra-Doce, autora principal del estudio, dijo que los investigadores quedaron atónitos con los resultados, particularmente porque los interiores de las cuevas no mostraron señales de la presencia de las drogas. Un análisis químico del cabello reveló evidencia de tres sustancias alcaloides conocidas por producir estados alterados de conciencia: efedrina, atropina y escopolamina.

Los compuestos son producidos por la flora endémica en Menorca. La atropina y la escopolamina, potentes alucinógenos, se pueden encontrar en plantas de la familia de las solanáceas, como la mandrágora, el beleño negro y el estramonio. La efedrina, un estimulante, se puede extraer de la Ephedra fragilis.

“Estos hallazgos son tan singulares”, dijo Guerra-Doce, experta en antropología de la intoxicación en la Universidad de Valladolid, en España. “A veces, cuando la gente piensa en las drogas, piensa que es una práctica moderna. Estos resultados cuentan una historia diferente”.

Explicó que la forma en que los compuestos estaban distribuidos en cada mechón de cabello sugiere que las drogas se consumieron durante el lapso de un año y mucho antes de la muerte.

La cueva, Es Càrritx, fue descubierta por espeleólogos en 1995 y contenía los restos de más de 200 personas que habían sido enterradas a lo largo de seis siglos, con el último entierro aproximadamente en el año 800 a.C. Muchos estaban emparentados a través de múltiples generaciones.

Para los antropólogos, el tesoro más significativo de la cueva eran las cajas tubulares que contenían mechones de cabello teñidos de rojo. Las cajas sobrevivieron en parte porque la entrada de la cueva, 25 metros debajo del borde superior de un desfiladero de 90 metros de altura, había sido sellada con escombros.

Aunque no hay forma de saber por qué estas personas antiguas consumían tales drogas, Guerra-Doce señaló que las cajas presentaban patrones que los humanos actuales podrían interpretar como inspirados en la psicodelia —una serie de círculos concéntricos que sugieren una diana hipnótica.

Se cree que los humanos antiguos usaron plantas psicotrópicas tanto con fines medicinales como en ceremonias religiosas, pero hasta ahora, gran parte del conocimiento se ha basado en evidencia indirecta, como vasijas de cerámica, pipas para fumar o residuos de plantas encontrados en sitios arqueológicos en Eurasia.

Giorgio Samorini, un etnobotánico italiano que se especializa en la arqueología de las plantas psicoactivas y que no participó en el estudio, dijo que los hallazgos se suman a un creciente cuerpo de evidencia que sugiere que los alucinógenos eran una parte integral de las sociedades antiguas en todo el mundo.

Debido a que los mechones carecían de bulbos pilosos, los científicos no pudieron hacer un análisis de ADN que les permitiera determinar el sexo de quienes habían consumido los compuestos.

La efedrina proporciona ráfagas de energía y claridad mental, y puede alejar el sueño. La atropina y la escopolamina pueden producir alucinaciones y experiencias extracorporales.

“Hay mucho más que necesitamos aprender”, dijo Guerra-Doce.

Por: ANDREW JACOBS