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En Vivo: ¿Qué viene para Afganistán tras la toma de los talibanes?
Aunque se han mostrado 'moderados', ya hay reportes de atrocidades en las zonas que conquistaron.
Los talibanes entraron el domingo a Kabul, capital de Afganistán, y clamaron “victoria” desde el palacio de gobierno, horas después de que el presidente Ashraf Ghani huyó al extranjero en el dramático epílogo de 20 años de intervención militar extranjera y una ofensiva relámpago insurgente de tres meses.
“Los talibanes ganaron”, declaró Ghani en Facebook, asegurando que abandonó el país para evitar un “baño de sangre”, pues “innumerables patriotas habrían sido martirizados y Kabul destruida” si se hubiera quedado. Por la noche, la televisión afgana difundió imágenes de combatientes afganos dentro del palacio presidencial.
Estados Unidos arrió su bandera en la embajada en Kabul y casi todo su personal fue enviado al aeropuerto, donde fuerzas estadounidenses asumieron el control aéreo, dijeron funcionarios.
En tan solo 10 días, el movimiento islamista radical, que había comenzado una ofensiva en mayo aprovechando el inicio de la retirada de las tropas estadounidenses y extranjeras, tomó el control de casi todo el país. Ahora, los insurgentes están a las puertas del poder, veinte años después de haber sido expulsados por una coalición liderada por Washington, a raíz de su negativa a entregar a Osama bin Laden, líder de Al Qaeda, tras los atentados del 11 de septiembre. Una guerra que, según una investigación de la Universidad Brown, le costó a EE. UU. unos 2,3 billones de dólares.
Sin duda, la derrota es total tanto para el Gobierno como para las fuerzas de seguridad afganas.
Un portavoz de los insurgentes, Suhail Shaheen, declaró a la BBC que esperaban tener un traspaso pacífico del poder “en los próximos días”. Los talibanes también prometieron que no buscaban vengarse de nadie.
¿Discurso moderado?
Conforme avanzaba el día, el pánico se fue apoderando de la capital. Las tiendas cerraron y miles de policías y otros de las fuerzas de seguridad abandonaron sus puestos y sus uniformes. La gente corrió a los bancos a retirar su dinero.
El temor reina. Los talibanes impusieron una versión estricta del islam cuando gobernaron Afganistán de 1996 a 2001. Las mujeres no podían trabajar ni salir sin estar acompañadas por un hombre, y se les prohibía a las jóvenes y niñas ir a la escuelas. A los ladrones se les cortaba las manos, los asesinos eran ejecutados públicamente y los homosexuales eran liquidados.
Hoy tratan de dar una imagen más moderada y prometieron que, si volvían al poder, respetarían los derechos humanos, en especial los de las mujeres, aunque de acuerdo con los “valores islámicos”. Pero en las zonas recientemente conquistadas ya han sido acusados de numerosas atrocidades, como asesinatos de civiles, decapitaciones o secuestros de adolescentes para casarlas por la fuerza.
Yo pienso que es imposible hacer compatible el discurso de los talibanes con la democracia, la doctrina de taleb es totalmente ortodoxa e incompatible con los derechos humanos
El secretario general de la ONU, António Guterres, está “particularmente preocupado por el futuro de las mujeres y las niñas, cuyos derechos ganados con tanto esfuerzo deben ser protegidos”.
Mauricio Jaramillo Jassir, profesor de la Universidades del Rosario, explica que "el discurso moderado de los talibanes es moderado para negociar en Doha, Qatar, para negociar el reparto de Afganistány que sea reconocido como una fuerza beligerante, pero en el terreno, en la práctica, no es un discurso moderado".
Y señala que hay que entender que en Afganistán nunca ha habido un poder central, y que tomarse el poder significa que controlan 70 % del territorio, las ciudades principales, e insiste en que es un control relativo porque hay que esperar la respuesta de las fuerzas progubernamentales y el apoyo que ha anunciado Estados Unidos.
"Yo pienso que es imposible hacer compatible el discurso de los talibanes con la democracia, la doctrina de taleb, de los estudiantes, que es lo que ellos manejan, es totalmente ortodoxa e incompatible con los derechos humanos", explica el experto.
Además, advierte que la toma de poder por parte de los talibanes es muy perjudicial y peligrosa para las mujeres, para todas las personas que no profesan el islam sunita, es decir, el 15 - 20 por ciento de la población afgana que es chiita. "Y obviamente todo el personal de occidente. Entonces, hablar de democracia es imposible por más que se hable de un Estado con múltiples grupos en el que los talibanes tengan participación es complicado por su caracter radical", señala.
Cerca de 600 efectivos británicos llegaron a Kabul con el objetivo de facilitar la salida segura del personal restante de Afganistán. Foto:Efe
‘Esto no es Saigón’
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, anunció que ya empezó la evacuación de diplomáticos estadounidenses y de civiles afganos que en el pasado cooperaron con Estados Unidos y que pudieran temer por su vida. La operación incluye unas 30.000 personas y para ella se desplegaron soldados estadounidenses en el aeropuerto de Kabul. Y otros aliados, como los británicos, también mandaron tropas para controlar la retirada.
El presidente estadounidense, Joe Biden, defendió su decisión de poner fin a 20 años de guerra, la más larga que haya conocido Estados Unidos. “Soy el cuarto presidente que gobierna con una presencia militar estadounidense en Afganistán (...) No quiero, y no lo haré, transmitir esta guerra a un quinto”.
“Esto no es Saigón”, le aseguró por su parte Blinken a la cadena CNN, aludiendo a la caída de la capital vietnamita en 1975.
Según explica Jaramillo Jassir, para Estados Unidos la guerra en Afganistán tiene dos dimensiones. En ese sentido es diferente a Vietnam. Por un lado, Estados Unidos quería contener el terrorismo, "creo que eso lo logró particialmente con varios gobiernos y con el apoyo de Europa porque Al Qaeda, el Estado Islámico, y en términos generales esas células que ellos atacaron, se fueron desplazando del territorio afgano, sirio, iraquie y hoy están muy debilitados".
En ese sentido esa guerra contra el terrorismo no es un éxito pero no es un fracaso rotundo. Y el otro objetivo que tenía Estados Unidos era la estabilización de Afganistán, y "ese objetivo sí fue un fracaso, no ha estado cerca en estos 20 años de que Afganistán tenga un estado... EE. UU se dedicó a apoyar al gobierno de Hamid Karzai, que era un gobierno básicamente corrupto, y que tenía poca legitimidad frente a la gente. Entonces, esa sí es una completa derrota", afirma.
Ante esta situación, el primer ministro británico, Boris Johnson, instó a los occidentales a adoptar “una posición común” frente a los talibanes “para evitar que Afganistán vuelva a convertirse en un terreno fértil para el terrorismo”.
Por su parte, el papa Francisco expresó su “preocupación” y exhortó al “diálogo” para resolver el conflicto.
Rusia está trabajando con otros países para celebrar una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Afganistán, donde los talibanes parecen estar a punto de tomar el poder, dijo un alto funcionario diplomático el domingo.
"Estamos trabajando en ello", dijo Zamir Kabul, emisario del Kremlin para Afganistán, citado por las agencias de noticias rusas, afirmando que la reunión se celebrará pronto.
"La situación exige la intervención inmediata del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Es importante evitar una nueva catástrofe humanitaria y una mayor amenaza para la seguridad y la estabilidad en la región", declaró Léonid Sloutsk, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento ruso.
Sloutsk pidió "que se intensifiquen los esfuerzos diplomáticos de toda la comunidad internacional" para estabilizar la situación en el Afganistán, país situado cerca de las ex repúblicas soviéticas del Asia central que Moscú considera parte de su esfera de influencia.
"No podemos permitir la creación de un nuevo foco de terrorismo en las inmediaciones de las fronteras rusas y de nuestros socios", dijo Sloutski.
Consideró que la situación actual en Afganistán era previsible debido a la "huida" de las tropas estadounidenses del país, aunque la "rapidez de lo que está sucediendo es sorprendente".