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Netanyahu, el ‘mago’ de Israel que estuvo 12 años en el poder
Desbancado del cargo tras más de una década, prometió postularse para las próximas elecciones.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, habla durante una sesión especial de votación sobre la formación de un nuevo gobierno de coalición en el Pleno de la Knesset, en la Knesset, parlamento israelí, en Jerusalén, Israel, el 13 de junio de 2021. poner fin al histórico gobierno de 12 años del primer ministro Benjamin Netanyahu. Foto: EFE/EPA/ABIR SULTAN
El domingo 13 de junio, al votar el Parlamento israelí (Kneset) a favor de la coalición de cambio encabezada por el nuevo primer ministro Naftali Bennett, llegó a su fin un período de 12 años consecutivos de Benjamin Netanyahu en el poder.
Este político al que sus seguidores llamaron durante años “el mago” por su habilidad política, perdió finalmente la posibilidad de seguir al frente del gobierno por una serie de errores que cometió y que ya no pudo corregir.
Netanyahu antagonizó con varias figuras de su propio partido. Muchos de ellos están hoy en el bloque de cambio, quienes decidieron no seguir con él. Y al negociar con el partido árabe Ra’am para anexarlos a su coalición, de hecho, les dio la legitimidad que antes les había negado y que usaron sus opositores para conseguir la mayoría incorporando a ese partido al nuevo gobierno.
Quedó claro hace ya semanas que Netanyahu no lograba llegar a la mayoría necesaria para formar gobierno. Pero en principio, el hecho de que ahora es el jefe de la oposición y ya no el premier, no puede ser visto necesariamente como algo definitivo.
Aún falta mucho para su conclusión, pero si llega a ser declarado culpable sería el fin tajante de su carrera. Hasta ahora, por una laguna en la ley israelí, podía estar en el cargo a pesar del juicio. Lo que puede precipitar formalmente el fin de su presencia en el juego político israelí sería que la actual coalición impulse una legislación que prohíba a quien está en juicio postularse para el cargo de primer ministro.
De otro lado, hay otros dos escenarios: imponer un receso de cuatro años sin postulación parlamentaria a quien estuvo al frente del gobierno en dos períodos, o limitar a ocho la cantidad de años en las que se puede ocupar la jefatura de gobierno.
Según los manifestantes, Netanyahu quiere perpetrarse en el poder a través de sus negociaciones con Ganz. Para ellos, esto representa un peligro para las bases democráticas del país por las acusaciones de corrupción contra el actual primer ministro y el riesgo de que utilice su poder para blindarse en el juicio. Foto:EFE
Agenda y estilo
En una rueda de prensa virtual, el doctor Guy Ben–Porat, catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad Ben Gurion de Beer Sheba, trazó un perfil de Netanyahu.
“Entró a la política como un político neoconservador. Fue uno de los primeros que llegó con una agenda muy concreta de economía liberal y al mismo tiempo de posturas de halcón”, señaló.
“Es un político muy inteligente, con ideología. Mucho de eso se perdió en los últimos 12 años, por su personalidad y porque está hace demasiado tiempo en el poder. Estuvo dispuesto a ir demasiado lejos para garantizar sus victorias”.
Y agregó, aclarando previamente que él no comulga con Netanyahu: “Su peor problema es que está dispuesto a todo para ganar. Algunos dirán que ese es su fuerte. Yo lo veo como algo moralmente problemático”.
Por otra parte, destacó que “tomó algunas decisiones correctas en el tema del covid-19: demostró que su opción de concentrar toda la energía en las vacunas era la apropiada, y con eso hizo posible que salgamos de la pandemia”.
Al surgir el tema de la bastante frecuente comparación entre Netanyahu y el expresidente de Estados Unidos Donald Trump, este catedrático israelí recalcó: “La comparación con Trump es injusta porque Netanyahu es mucho más preparado e instruido que Trump, mucho más racional y nunca dudó sobre la pandemia ni sobre el rol de la ciencia”. Pero ambos no reconocieron que perdieron en las elecciones y bajaron del escenario afirmando que los “robaron” en las urnas.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, (der.) y el primer ministro de Educación, Naftali Bennett. Foto:ABIR SULTAN / EFE
Pragmatismo
Un campo en el que cabe destacar positivamente el comportamiento de Netanyahu es el de la seguridad. Entró a la política prometiendo derribar a Hamás del poder en Gaza –los propios israelíes discuten acerca de si eso debería haberse hecho o no– y actuó todos los últimos años con gran cautela en cuanto a operativos militares.
Nunca fue apresurado a lanzarse a aventuras militares. En realidad, hubo quienes lo criticaron justamente por ello, alegando que, si hubiera respondido con más firmeza a los ataques cada tanto desde Gaza con cohetes lanzados por los terroristas hacia la población civil israelí, Hamás no habría llegado al poderío militar que logró acumular. Uno de sus críticos en este sentido fue el propio Bennett.
En el tema palestino, se ahondó profundamente la desconfianza mutua entre él y Mahmud Abbas, presidente de la autoridad palestina. Pero aunque hoy parece imposible resolver el conflicto con los palestinos –y cada parte aporta sus obstáculos– cabe recordar que Netanyahu fue sumamente pragmático.
En su momento se reunió con Yasser Arafat, con quien firmó el acuerdo de Wye Plantation y entregó el 80 por ciento de la ciudad de los Patriarcas, Hebron, a control palestino.
También pronunció en su momento el famoso discurso de Bar–Ilan en el que habló de la fórmula de “dos Estados para dos pueblos”, dando a entender que en principio acepta, si hay paz verdadera, la noción de un Estado palestino independiente. Pero desde entonces, las relaciones con los palestinos se deterioraron seriamente.
Raisi ganó el 62 por ciento de los votos contados hasta ahora en una elección presidencial, funcionarios dijo hoy después de que sus rivales concedieran la derrota. Foto:AFP
El desafío iraní
En el tema de Irán, el propio Netanyahu presenta el resultado de su política como mucho más exitoso de lo que realmente ha sido. Es cierto que no tuvo reparos en atacar blancos iraníes en Siria, logrando demorar su instalación en dicho país, y cabe suponer que varios ataques “misteriosos” a distintas instalaciones del proyecto nuclear iraní son obra del Mossad ordenadas por él.
Pero el hecho es que cuando él presionó al entonces presidente de Estados Unidos Donald Trump a retirarse del acuerdo nuclear con Irán que había firmado su antecesor Barack Obama, Irán tenía en su poder 30 kilos de uranio enriquecido, y hoy tiene casi 3 toneladas.
La doctora Gaiyl Talshir, catedrática del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Hebrea de Jerusalén, analiza puntos muy problemáticos en el primer ministro saliente.
“El problema central es que Netanyahu transformó el escenario ideológico israelí. Hizo todo lo que pudo para quitar legitimidad a los árabes israelíes, a la izquierda, a la oposición”, analizó.
“Vemos su perspectiva en cómo los haredim (ultraortodoxos) y el Sionismo Religioso hablan de esta nueva coalición, diciendo que es antijudía, una desgracia para el pueblo judío, un lenguaje que antes no oíamos. Y eso es por la alianza política que Netanyahu hizo con quienes identificó como aliados naturales. Y esto ha hecho un gran daño a la política israelí”.
Esta catedrática agrega: “Especialmente en los últimos 3 años, se creó una seria grieta entre derecha e izquierda al poner Netanyahu en duda las instituciones democráticas de Israel, la oposición, los medios de comunicación públicos, las instituciones que deben hacer cumplir la ley, los jueces. Los presentó como izquierdistas opuestos a él. Al presentar a esas instituciones como anti Netanyahu causó un daño a largo plazo, y eso no desaparece, aunque él ya no sea primer ministro”.
Yair Lapid y Naftali Bennett se unen contra Netanyahu Foto:Efe
Se fue para volver
Si bien Netanyahu siempre dijo que “lo persiguen” y critican, en los últimos años esta sensación se intensificó al imputársele por sospechas de corrupción. Gran parte del motor de las manifestaciones en su contra derivaron del hecho que contrariamente a lo que había exigido cuando era jefe de la oposición del entonces Premier Ehud Olmert.
Aunque aún no había sido imputado, insistió en no retirarse tampoco cuando fueron presentados cargos en su contra ante un tribunal. En Israel, eso es legal, pero sus opositores lo consideraron ilegítimo.
Netanyahu es desde el 13 de junio el jefe de la oposición. Prometió combatir al gobierno diariamente, no lo considera legítimo y sostiene que lo derribará antes de lo que todos piensan. “Volveremos pronto”, aseveró.
Pero uno de los grandes temas en discusión estos días es el hecho de que dedicó tan solo media hora a su encuentro con su sucesor Bennett para ponerlo al tanto de los temas que atañen al manejo de Israel.
Cuando él entró en funciones hace 12 años, el primer ministro saliente Ehud Olmert se reunió con él varias veces y cada encuentro fue de varias horas. Lo mismo ocurrió cuando asumió por primera vez en 1996 y recibió toda la ayuda necesaria, con discreción, del entonces jefe laborista Shimon Peres que le había antecedido en el cargo.
El portal israelí Ynet entrevistó al respecto a Eran Etzion, que fue el viceasesor de Seguridad Nacional. “Ser primer ministro de Israel es una posición muy especial y hay cosas que solamente él sabe. Aunque Netanyahu pueda alegar que Bennett recibió una puesta a punto del jefe del Consejo de Seguridad Nacional y del Secretario militar, hay cosas, inclusive hechos puntuales, que solamente el primer ministro sabe, como cosas que fueron dichas en encuentros que mantuvo a solas con otros gobernantes, cosas que no siempre son reportadas a otros”.
Y agregó: “Es sumamente importante que el nuevo primer ministro escuche de modo directo y discreto del primer ministro saliente sobre los temas más delicados, los desafíos centrales y las misiones más urgentes con las que hay que lidiar”.
En una investigación del periodista israelí Yosi Werter en el diario Haaretz se afirma que “Netanyahu le dejó a su sucesor tierra quemada en la oficina del primer ministro”.
Una alta fuente política citada en la nota dice que, en conversaciones privadas, los equipos que entraron esta semana en funciones junto al jefe de gobierno Naftali Bennett quedaron en “fuerte shock”. Por la forma de trabajar de Netanyahu, afirma la investigación en cuestión, “lo que se hizo aquí linda con catástrofe nacional”.