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Guerra en Siria: ¿qué ha pasado tras más de una década de conflicto?
Le contamos algunas cifras que deja la crisis humanitaria que entra en su año número 11.
Con el ayuno se busca recordar el sufrimiento de los más necesitados en un país arrasado por la guerra. Durante este periodo, los musulmanes también se abstienen de consumir bebidas alcohólicas, fumar y tener relaciones sexuales. Foto: AFP / Delil Souleiman
Una ola de esperanza en el mundo árabe estalló a finales de diciembre de 2010. La llamada Primavera Árabe significó un viento de libertad en la segunda década del siglo XXI.
Las protestas contra los diferentes regímenes de la región arrancaron en Túnez, y luego siguieron en Egipto, Libia, Yemen y en Siria. Con excepción de Túnez, las revoluciones no acabaron bien. En le mejor de los casos se dieron una serie de formas decepcionantes, pero lo cierto es que muchas derivaron en desgarradoras guerras.
En el caso de Siria, el régimen de Bashar al Asad resistió y la revuelta se convirtió en una guerra civil. Una década después, varias organizaciones internacionales advierten sobre los riegos que deja este conflicto humanitario.
"Siria está entrando en su undécimo año de una crisis brutal e implacable. El conflicto se ha caracterizado por la destrucción a gran escala, los desplazamientos internos masivos y una crisis de refugiados que ha repercutido en todo el mundo, así como un indiferente desprecio por las leyes de los conflictos armados", advirtió este 25 de febrero la Cruz Roja.
La organización, que anunció la publicación de un informe en marzo próximo, también advirtió que las necesidades humanitarias en el país siguen creciendo. Un asunto exacerbado por la peor crisis económica desde que comenzó el conflicto debido a la pandemia mundial del covid-19.
"Ya han soportado una década de violencia, desplazamiento y lazos familiares rotos, pérdida de vidas y medios de subsistencia, ciudades e infraestructura devastadas", agregó la Cruz Roja.
En diciembre pasado, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), dijo que la guerra en Siria ha provocado 387.000 muertos. Según el balance de esta ONG, unos 117.000 civiles, 22.000 de ellos niños, perecieron en esta guerra.
También murieron más de 130.500 combatientes favorables al régimen, más de la mitad de ellos soldados sirios. Entre los milicianos extranjeros destacan 1.703 del movimiento chií libanés Hezbolá, que participa en esta guerra desde 2003.
Bashar al-Asad, durante la entrevista para la agencia internacional de noticias AFP. Foto:Joseph Eid / AFP
Además, el conflicto se ha cobrado la vida de 57.000 rebeldes y más de 67.500 yihadistas, sobre todo del grupo Estado Islámico (EI) y de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), exbrazo sirio de Al Qaeda.
El balance da cuenta asimismo del fallecimiento de 12.500 milicianos de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), compuestas esencialmente por kurdos.
El aumento en el número de muertos este año es el menor desde que comenzó la guerra porque los combates se redujeron notablemente gracias a un alto el fuego en el noroeste del país.
Este balance no incluye las 88.000 personas que han fallecido en las cárceles del régimen de Damasco, la mayoría torturadas, ni a los miles de personas desaparecidas en esta guerra, según el OSDH.
El régimen de Bashar al Asad perdió buena parte del territorio a principios de la guerra, pero gracias al apoyo de Rusia e Irán ha logrado en tres años recuperar el control del 70 % del país.
Además, la guerra obligó a huir a la mitad de la población existente en 2011. La ONU calcula que ha habido 6,7 millones de desplazados y 5,5 de refugiados.
Por otro lado, un informe del Human Rights Data Analysis Group (Grupo de Análisis de Datos de Derechos Humanos) indica que 17.723 personas murieron en las cárceles sirias desde diciembre de 2011 hasta marzo de 2015, es decir, con una frecuencia de "300 muertes" por mes.