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Noticia
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Gaza: trabajadores humanitarios hablan sobre el horror que se vive hoy en los hospitales
Seis meses después del inicio de la guerra, el sistema sanitario en Gaza está colapsado. Así lo describe el personal de MSF.
Destrucción en la unidad de diálisis del devastado hospital Al-Shifa de Gaza. Foto: AFP
“Básicamente lo que tenemos que hacer es elegir entre salvar la vida de alguien que está muriendo hoy delante de nosotros, a riesgo de alguien que morirá mañana”.
Así describe Amber Alayyan, médica pediatra y directora adjunta de Programas para Oriente Medio de Médicos sin Fronteras París (MSF) la crítica situación que se vive en los hospitales de Gaza en medio de la guerra, que este domingo cumplió seis meses.
Medio año después del inicio del conflicto en el territorio palestino, que se desató tras el ataque del grupo islamista Hamás a Israel el 7 de octubre de 2023 y que dejó más de 1.200 personas muertas, el balance humanitario en la Franja es crítico: más de 33.000 personas, en su mayoría mujeres y niños, han muerto y los heridos superan los 75.000.
Una niña herida recibe tratamiento tras un ataque aéreo israelí en el campamento de refugiados de Rafah, en Gaza. Foto:EFE
La enorme cantidad de heridos y los mismos ataques a centros médicos en Gaza han llevado al sistema de salud al colapso. EL TIEMPO conoció los testimonios de la pediatra Alayyan y Marie-Aure Perrault Revial, coordinadora de Emergencias en Gaza en diciembre de 2023 y el pasado mes de marzo; quienes describieron lo que hoy ven los médicos en la Franja y la crítica situación de la población palestina.
Alayyan lleva cinco años siguiendo de cerca la situación en Gaza y en Cisjordania Ocupada y asegura que si bien antes de la guerra el sistema sanitario del enclave palestino no era perfecto, sí era bastante sólido y mejoraba cada día. “Vimos grandes avances en cirugía reconstructiva, istración antimicrobiana, atención a mujeres y niños, ya fuera a través de pediatría o atención materna, y hasta atención oncológica”, asegura.
Pero la situación cambió el 7 de octubre, cuando Israel lanzó su operación contra Hamás en Gaza como respuesta al ataque por aire, mar y tierra de los milicianos. Seis meses después, el 84 por ciento de las instalaciones médicas de la Franja han sido destruidas o dañadas, según los datos divulgados esta semana por el Banco Mundial.
Amber Alayyan, subdirectora de programas para Oriente Medio de Médicos Sin Fronteras (MSF). Foto:EFE
El hospital Al Shifa, el mayor centro de salud del territorio palestino, por ejemplo, fue foco de una operación militar israelí de semanas que dejó un reguero de destrucción. Otros hospitales como Al Aqsa o el Nasser también han resultado afectados por los bombardeos.
Estamos tratando de ser creativos montando instalaciones con tiras de plástico o en lo que antes eran granjas de pollos
“Colectivamente, hemos perdido la cuenta del número de centros de atención primaria de salud que se han visto obligados a evacuar desde diciembre. Estamos tratando de ser creativos montando instalaciones con tiras de plástico o en lo que antes eran granjas de pollos”, asegura Perrault Revial.
Según la doctora Alayyan, quien actualmente coordina algunas de las actividades de MSF en el enclave palestino, el 99 por ciento de las personas que llegan a los hospitales en Gaza tienen heridas por explosivos, pues la mayoría de ellos se encontraban en sus edificios o tiendas de campaña cuando las bombas impactaron dejándolos bajo los escombros.
Daños en el Hospital Al-Shifa después de una operación militar de dos semanas del ejército israelí. Foto:EFE
Eso significa que, al llegar a los hospitales, muchos tienen heridas por aplastamiento en el tórax o requieren amputación de piernas y brazos. Otras veces, cuenta, los pacientes sufren quemaduras por los incendios que se producen en los edificios bombardeados.
“Si nos fijamos en el sistema hospitalario de antes, por ejemplo, no tendríamos que llevar a cabo estas amputaciones porque habríamos tenido un sistema que funcionaba. Habríamos tenido cirugía reconstructiva. Habría sido posible una cirugía inmediata para salvar vidas, y se habrían podido salvar esos . Pero ahora estamos haciendo todo lo que podemos para salvar vidas en el momento”, dice.
Alayyan asegura que en Gaza solo quedan 12 hospitales semi-funcionales y cuenta que en muchos de ellos las cirugías deben hacerse en el suelo de las salas de urgencias debido a la falta de espacio. Esto porque, además de atender a cientos de pacientes al mismo tiempo, las salas de los centros médicos también están llenas de desplazados que buscan un refugio para ellos y sus familias.
Como resultado, dice la pediatra, las heridas que sufren los pacientes en la guerra están empezando a pudrirse. Y como los centros de microbiología de los hospitales ya no funcionan, las infecciones que adquieren los gazatíes ni siquiera pueden ser analizadas y tratadas.
Un palestino herido, en el suelo de un hospital en Gaza. Foto:AFP
Los pacientes con enfermedades crónicas tampoco reciben atención en la Franja. Ya sea por la falta de medicamentos o porque muchos no son capaces de acercarse a los centros médicos por miedo a morir si la estructura sanitaria se vuelve un foco de la guerra. Ante la falta de medicamentos o espacio, además, los doctores se enfrentan cada día a la decisión de a quién salvar.
“Esto significa que los médicos tienen que elegir entre sedar a un paciente para poder intubar y salvarle la vida, o tratar una convulsión porque se necesita la misma medicación. Todo el sistema se ha venido abajo”, cuenta.
El problema es que ningún sistema sanitario del mundo puede hacer frente al volumen de lesiones y a los tipos de lesiones
En el caso de los niños, Alayyan asegura que los menores llegan a los hospitales con heridas de balas disparadas desde los drones. También registran un alarmante aumento de enfermedades infecciosas, brotes de hepatitis o de Shigella (infección intestinal causada por bacterias).
“El problema es que ningún sistema sanitario del mundo puede hacer frente al volumen de lesiones y a los tipos de lesiones y afecciones médicas que vemos a diario en Gaza”, dice.
Alayyan también menciona que el sistema de atención sanitaria de las mujeres ha sido destruido, pues ahora solo queda un hospital que brinda atención a mujeres embarazadas y en proceso de parto, y la falta de espacio ha llevado a que tengan que recuperarse de partos vaginales o cesáreas en una hora.
“En cuanto pueden andar tienen que salir (...) No podemos hacer nuestro trabajo de la manera correcta en las circunstancias actuales. Esto no se parece a nada que hayamos visto nunca”, agrega.
Niños palestinos en la Franja de Gaza. Foto:AFP
'Los precios se han multiplicado hasta por 10'
Pero quizás lo que más les preocupa, dice la directora adjunta de MSF, es la desnutrición aguda que se vive en Gaza. Según la ONU, más de un cuarto de los habitantes del territorio gazatí “se enfrentan a niveles catastróficos de privaciones y falta de comida” y los índices internacionales aseguran que la hambruna en el norte del enclave es inminente en 2024.
“Gaza ha tenido, como resultado del asedio durante muchos años, problemas de anemia por deficiencia de hierro o deficiencias de micronutrientes, Pero ahora debido a esta guerra en sólo seis meses, hemos visto que las tasas de desnutrición se han disparado. Hemos visto mujeres que se ven obligadas a alimentar a sus hijos con dátiles exprimidos en un pañuelo para poder introducirles algún tipo de sustancia azucarada en el cuerpo”, narra.
La falta de alimento también ha llevado a muchas mujeres a no poder producir leche por sí mismas, lo que pone en riesgo de malnutrición a los bebés. Las mujeres que no pueden amamantar recurren normalmente a la leche de fórmula, pero Gaza no tiene agua potable, por lo que la fórmula tampoco es una opción para los bebés.
“Visualmente, hay un poco más de comida en los mercados del sur, pero los precios se han multiplicado hasta por 10. Una caja de huevos solía costar entre 1 y 4 dólares y ahora puede costar 40 dólares estadounidenses, y la mayor parte suele estar podrida, ya que los largos controles en la frontera hacen que los alimentos frescos se echen a perder en el momento en que entran en Gaza. Y en el norte, simplemente no hay (alimento)”, cuenta Perrault.
Una niña sostiene una olla vacía mientras espera con otras personas para recibir ayuda alimentaria en Gaza. Foto:EFE
Así, cuenta el personal de MSF, los médicos que antes trabajaban como especialistas en unidades de cuidados intensivos han comenzado a capacitarse para tratar a los pacientes con desnutrición, lo que supone retos y dificultades especiales.
Lo cierto es que, en medio de ese panorama, la afectación en la salud mental del personal médico en Gaza es significativa: se trata de equipos que llevan seis meses seguidos trabajando día tras día, mientras muchos de ellos también han perdido sus casas o sus familias.
"Los importantes desafíos que enfrentamos continúan traduciéndose en equipos que temen por sus vidas o las vidas de sus familias cuando vienen a trabajar… En el personal médico que tiene que hacer frente a un trauma de salud mental, que nunca habían visto antes, mientras pasan por el mismo trauma ellos mismos, y que tienen que entrenarse en nueva disciplina (desnutrición) después de haber trabajado durante seis meses todo el día en las condiciones más terribles y tener que poner criterios para elegir quién obtiene dispositivos de asistencia: un adulto que ha perdido ambas piernas, o un niño que ha perdido a ambos padres”, concluye Perrault, mientras piden un alto el fuego que permita intervenir con urgencia en la crisis que vive la población y el personal médico gazatí.
ANGIE NATALY RUIZ HURTADO - REDACCIÓN INTERNACIONAL - EL TIEMPO