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Los Bibas, la familia que se convirtió en símbolo de los horrores de Hamás en Israel
Los pequeños Kfir, de 11 meses, y Ariel, de 4 años, fueron secuestrados junto a su mamá Shiri.
Ariel, Shiri y Kfir Bibas, secuestrados por Hamás el pasado 7 de octubre. Foto: Archivo particular
Uno de los símbolos centrales del ataque terrorista de Hamás a Israel el 7 de octubre, en el que fueron asesinados más de 1.200 israelíes, más de 10.000 resultaron heridos y más de 240 fueron secuestrados, son los pequeños Kfir y Ariel Bibas junto a su mamá Shiri.
Ariel, de 4 años, y Kfir, de 11 meses, fueron secuestrados por Hamás junto con otros menores de edad. La imagen de su madre, Shiri Bibas, con expresión de espanto y desesperación en su rostro, con ambos niños en brazos cubiertos con una manta, rodeada de terroristas armados, ha quedado grabada en la retina de los israelíes.
El video ha circulado ampliamente por el mundo entero. Fue filmado por los propios terroristas que secuestraron a la familia de su casa en el kibutz Nir Oz.
El esposo de Shiri y padre de los pequeños, Yarden, fue secuestrado por separado y se lo vio en otro video difundido por Hamás en el que se lo llevan en una moto golpeándole la cabeza.
“Hamás convirtió a Shiri y a los niños en un símbolo desde el principio”, asegura Jimmy Miller, primo hermano de Shiri, en entrevista con EL TIEMPO. “No vi ningún otro caso de tanta filmación del momento mismo del secuestro de la familia. Imagino que querían mostrar claramente a quién tenían en sus manos y así ejercer presión”, agrega.
Kfir Bibas, el israelí más pequeño secuestrado por Hamas el 7/10, acaba de cumplir 11 meses. Su familia pide por su regreso inmediato, el de su hermano Ariel de 4 años, sus padres Shiri y Yarden y todos los secuestrados. pic.twitter.com/BF4RY2RTeU
La tragedia de los Bibas es la de su kibutz Nir Oz, una comunidad de aproximadamente 415 personas y de la que uno de cada cuatro fue asesinado o secuestrado. En realidad, la proporción es aún mayor: 46 del kibutz fueron asesinados- entre ellos 4 en cautiverio y sus cuerpos aún están en manos de Hamás-, y 71 fueron secuestrados. De estos últimos, 40 han sido liberados durante el alto al fuego.
Para la familia Bibas, la tragedia es múltiple. Mientras aún se espera con gran angustia y temor noticias sobre el regreso de Shiri, Yarden y sus dos pequeños hijos, lo irreversible es el asesinato de los padres de la propia Shiri, Margit y Yosi Silberman, que en principio fueron secuestrados y luego se informó que habían sido hallados sin vida en el terreno.
Yosi Silberman llegó a Israel desde Argentina en los años 70. Margit Shnaider lo hizo desde Perú. Se conocieron en Israel, se enamoraron y formaron su hogar primero en el norte de Israel y luego se mudaron hace ya mucho tiempo al kibutz Kramim-donde nacieron Shiri y su hermana Dana- y de allí al kibutz Nir Oz.
“Yosi se había jubilado hace un tiempo y estaba feliz con la nueva etapa, sintiendo que podía hacer cosas que antes no alcanzaba y muy especialmente estaba satisfecho de haber empezado a hacer deportes”, cuenta Jimmy. “Pero todo quedó truncado”.
El secuestro de los Bibas fue filmado por los propios integrantes de Hamás. Foto:Archivo particular
Jimmy recuerda que Yosi siempre apostó por la paz y creía en la convivencia con los vecinos palestinos. “Hasta tenía en la puerta un pegotín que decía 'Paz ahora' pero eso no le ayudó. No les importó nada a los terroristas”, asegura con mezcla de tristeza y rabia.
Yarden vivía antes de casarse en el kibutz Tzehelim, también ubicado en el sur de Israel. Cuando él y Shiri formaron su hogar, se mudaron a Nir Oz. Allí nacieron Ariel y Kfir, los niños hoy más conocidos de Israel, en una situación trágica que nadie se anima a afirmar hoy cómo puede terminar.
“Yo quiero que los niños crezcan juntos, felices como antes”, dijo con su bebé en brazos, entre lágrimas, Yifat Zailer, otra prima de Shiri, en una transmisión a la televisión israelí desde la así llamada “Plaza de los secuestrados”, el lugar que es desde hace semanas el escenario de todas las protestas y manifestaciones en pro de la liberación de los rehenes. “No se puede vivir con esta angustia. Tienen que volver”.
Por su parte, Jimmy Miller afirma ser consciente del hecho que “la presión de las familias sobre el gobierno para que pacte un acuerdo con Hamas sube el precio que ponen los terroristas”. Y agrega: “Pero aquí hay gente secuestrada en condiciones inhumanas, casi sin comida, casi sin agua, hubo quienes volvieron y contaron que 50 días no pudieron bañarse…Cada día es un peligro”.
Familia Bibas, secuestrada en el kibutz Nir Oz. Foto:Archivo particular
A la angustia del secuestro mismo, de la incertidumbre, se agrega el hecho que Ariel, de 4 años, tiene una enfermedad de la piel que requiere una crema específica sin la cual puede sangrar y correr peligro. Y Kfir, de tan solo meses, no puede comer pan pita con queso que –según relataron los secuestrados que volvieron- reciben de escasísimo alimento.
Esto se enmarca en una dura acusación de Israel a la Cruz Roja Internacional, que los familiares de los secuestrados sostienen no ha hecho nada para ayudar en su liberación.
El profesor Hagai Levine, quien encabeza el equipo médico voluntario en el Foro de Familiares de los secuestrados, condenó que la Cruz Roja no haya aceptado siquiera recibir los remedios que querían darles para sus seres queridos cautivos, sin los cuales pueden morir.
Este tema desespera a Eilon Keshet, primo de Yarden Bibas, quien en una rueda de prensa virtual- en la que participó EL TIEMPO- exclamó con la voz entrecortada: “Es inconcebible que Unicef no cumpla con su deber de velar por estos niños”.
Sosteniendo en sus manos pancartas con las fotos de sus seres queridos, Eilon pide ayuda a la prensa participante en el evento, que difunda el drama, que cuente de estos niños “que están sufriendo tanto y no sabemos cómo volverán”. “Esto no es un tema político, es humanitario”, dice casi llorando.
Kfir Bibas, bebé secuestrado por Hamás en Nir Oz. Foto:Archivo particular
Entre el alto el fuego y la noticia fatal
Cuando Israel y Hamás pactaron un alto el fuego que comenzó el viernes 24 de noviembre, se determinó que en siete tandas serían liberados los menores y sus madres, además de mujeres de edad.
Entonces, el pueblo israelí estaba seguro de que Shiri Bibas y sus dos pequeños hijos, Ariel y Kfir, volverían pronto a casa. Pero, a medida que pasaban los días y ellos no estaban incluidos en las distintas jornadas de liberación, fue en aumento la preocupación.
En determinado momento, Hamás dijo que “no los encuentra”, que no están en sus manos y no saben quién los tiene.
Se sabe que hay secuestrados en manos de la Yihad Islámica y también de otros grupos más pequeños, y que inclusive civiles palestinos secuestraron israelíes.
Pero, Israel no tiene dudas que todo lo controla Hamás y el hecho es que en algunas de las tandas en las que salieron civiles de Gaza, quienes acompañaban la camioneta con los liberados que eran entregados a la Cruz Roja Internacional eran terroristas armados tanto de Hamás como de la Yihad Islámica, en plena coordinación.
Protestas que piden la liberación de la familia Bibas. Foto:Archivo particular
Un día antes de terminar el alto el fuego -violado por Hamás antes de su expiración con nuevos disparos de cohetes hacia Israel- la organización terrorista publicó un comunicado diciendo que Shiri Bibas y sus hijos habían muerto en un bombardeo israelí. No presentó prueba ninguna y las autoridades israelíes dijeron que se trata de “terrorismo sicológico”.
Unos días más tarde, Hamás publicó otro video en el que se ve a Yarden Bibas llorando desconsoladamente al decírsele que ya no tiene familia, que su esposa y sus hijos murieron. “Se lo ve en muy mal estado, con una barba enorme, visiblemente deteriorado y con unos 15 kilos menos”, dijo Jimmy Mille.
“Mientras no veamos pruebas, nosotros luchamos por su liberación dando por sentado que están vivos”, sostiene Jimmy. “No podemos concebir otra cosa”.