Era el año 2015. Mehdi Ali Hosseini, un luchador grecorromano profesional de Irán, participó en una pelea entre dos grupos. El enfrentamiento ocurrió en la provincia de Juzestán.
En el hecho, un joven resultó muerto. Hosseini fue señalado como el responsable del fallecimiento, se le acusó de asesinato y fue detenido.
Casi seis años después de la pelea, y tras pasar todo este tiempo en prisión, le dictaron sentencia final a Hosseini. ¿Su pena? Morir en la horca…
Sí, al deportista, de 29 años, se le aplicó la ‘ley del talión’ y “su ejecución es inminente”, informaron medios internacionales.
La ‘ley del talión’ hace referencia, coloquialmente, al ‘ojo por ojo, diente por diente’, y se apeló a ella luego de que la familia del joven fallecido en la pelea no le concedió el indulto a Hosseini.
Las críticas
Una vez se conoció la condena final, las manifestaciones contra la decisión y el gobierno de Irán no se hicieron esperar.
Hamid Sourian, ganador del oro en lucha grecorromana para Irán en los Juegos Olímpicos Londres 2012, fue uno de los primeros en pronunciarse y pidió que la ejecución fuera detenida.
Cameron Khansarinia, director de la Unión Nacional Por la Democracia en Irán (Nufdi, por su siglas en inglés), que es crítica de las políticas iraníes, dijo que los deportistas de ese país temen “ser asesinados por las autoridades”.
“El Comité Olímpico Internacional (COI) no se pronuncia y debería prohibir a Irán de todas las competiciones”, agregó, en charla con el ‘Jerusalem Post’.
Habibollah Akhlaghi, quien fuera su entrenador, también lamentó la decisión y recordó que el joven luchador se “corono campeón de lucha en la prisión durante todos los años de su reclusión”.
El Comité Olímpico Internacional no se pronuncia y debería prohibir a Irán de todas las competiciones
No es la primera vez
Hosseini será el segundo deportista iraní en morir en la horca en menos de un año.
En septiembre del 2020, Navid Afkari, también luchador y de 27 años, fue ejecutado.
Se le acusó de matar a un trabajador estatal durante unas protestas en el país en agosto del 2018.
La Agencia de Noticias de Activistas de Derechos Humanos (Hrana, por su sigla en inglés), aseveró que el joven fue torturado para que itiera un crimen que no cometió y que las autoridades solo querían silenciar a uno de sus críticos.
El Gobierno se defendió publicando una confesión de Afkari, de 11 minutos, en la que se le escuchaba aceptar su culpabilidad.
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