La diputada federal Eronildes Vasconcellos, conocida como Tia Eron en
Brasil, recibió un Reconocimiento Afro por parte del Ministerio del Interior colombiano en el Día Nacional de la Afrocolombianidad, celebrado el 21 de mayo, por su aporte con políticas públicas para mujeres, personas en situación de discapacidad y población afrodescendiente. La parlamentaria es reconocida en su país luego de que su voto fuera determinante para que el presidente de la Cámara de Representantes, Eduardo Cunha, saliera de su cargo por corrupción.
EL TIEMPO conversó con la diputada del estado de Salvador de Bahía y también con Jucélia Oliveira Freitas, conocida como Tia Ju, diputada por el estado de Río de Janeiro, que también recibió un galardón en el Teatro Colón.
¿Cómo recibe este reconocimiento en Colombia?
Esta es mi segunda vez en Colombia para tratar la cuestión del racismo, un problema que persiste aun con todos los avances que las políticas públicas han proporcionado en Brasil a la población afrodescendiente. Con todo, nosotros no conseguimos superar los índices de violencia, los datos todavía son bastante perversos y nos asustan.
En el 2013, tuve la oportunidad de ver comportamientos de racismo aquí muy similares con los de Brasil. Por eso tenemos que tratar la cuestión racial como una cuestión del mundo, del planeta. Sin importar de dónde sea usted o en el país que esté, seguramente de acuerdo a su melanina o a su tono de piel eso lo llevará a sufrir cualquier tipo de discriminación, que hoy en Brasil es crimen mientras que en Colombia no. Eso me incomoda, porque la consciencia racial en Colombia, por más de que haga un enfrentamiento y se invite a las autoridades especialistas en el asunto para tratarlo, todavía no es un crimen.
¿Por qué es importante clasificar el racismo como un crimen?
La regla es que el ser humano cuando nace no puede escoger su tono de piel, el color de sus ojos ni cómo va a ser su cabello. La cuestión racial es cuestión de derechos humanos. El Pacto de San José de Costa Rica se necesita traer para Colombia, para que el racismo se catalogue como crimen, porque los negros o afrodescendientes siguen siendo víctimas de violencia.
Junto con Tia Ju hacemos un enfrentamiento del problema con una pirámide en la que destacamos cómo se da el crimen de racismo con el hombre negro, con la mujer negra y con el joven negro, que es hoy una de las mayores cuestiones que discutimos en Brasil. Lo llamamos como un ‘genocidio’ de nuestros jóvenes. Los fines de semana, las cifras de muertes violentas están ascendiendo.
La cuestión es simple: un negro ya nace condenado. La madre negra ya dio a luz a un niño condenado
¿Cómo ve el panorama en Colombia?
En Colombia hay un caso peligroso de simbiosis: “Yo sé que existe el racismo, pero yo nunca lo sufrí”. El negro colombiano es un negro que tiene una identidad relativa, porque él no se haya discriminado, por eso la dificultad de encararlo como un crimen o incluso de penalizarlo. Brasil avanzó en temas de ley, nosotros somos bastante reguladores, certeros, rígidos. Pero ni eso está logrando pacificar ni acabar con los índices de violencia contra una población afrodescendiente que llega a ser el 53% dentro de un país compuesto por 200 mil millones de personas.
¿Cómo enfrenta el racismo con su trabajo en Brasil?
Fui parte de una secretaría el año pasado sobre asistencia social y combate de la pobreza. Allí logramos sacar unos datos con unos filtros de beneficios que tenemos dentro del programa. Uno de esos beneficios es el ‘funeral’. La familia que se declara pobre tiene derecho a recibir un ataúd. El mayor número de ataúdes que entregamos fue el año pasado cuando comenzamos en Río de Janeiro con 64 unidades. Río de Janeiro tiene un problema serio de ocupación de territorios y de hecho de acciones criminales.
No es normal llegar a un fin de semana y que mueran 64 jóvenes, aunque sea una muerte por agresión entre ellos mismos o sea por parte de la Policía. Yo veo que en Río de Janeiro toda muerte de un joven negro da la impresión de que era un criminoso, y así no es. En Junio, ya estábamos traspasando los 200. Asustador.
¿Cómo impactó a los jóvenes el asesinato de Marielle Franco?
La cuestión específica de Marielle Franco, como parlamentaria, mujer, negra y militante impactó. Se ve necesario salir a las calles y hacer una protesta, eso crea un mecanismo de presión con el gobierno y lo asusta. Pero en el fondo protestar no resuelve nada, porque ir a las calles nos deja indignados.
En este punto interviene Tia Ju (JU): Marielle militaba en cuestiones de derechos humanos, porque prácticamente movilizaba la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa. Fue una mujer espléndida en el sentido de la lucha, ella enfrentó todo aquello en lo que luchaba y defendía. Marielle articulaba las acciones para que la política pública de enfrentamiento de la situación que discutía y confrontaba se volviera efectiva. Para eso, tenía un don de articulación política en el sentido de agregar a los otros a la misma lucha, a la misma militancia.
Eso es lo que nosotros esperamos, que no muera. Salir del discurso de la movilización e ir a la práctica para traer un resultado efectivo. No tuvo tiempo de hacer lo que ella quería hacer, pero dejó ese mensaje muy fuerte en especial para los partidos de izquierda.
¿Qué proyecto está llevando a cabo en este momento en Brasil?
Con una acción conjunta de movilización articulada por Unicef, lanzamos el pasado 10 de mayo un comité de combate de homicidio de hombres negros y pobres, que ojalá pueda repercutir para los demás estados de la federación y a nivel del mundo. Además, contribuimos en la Comisión de Asuntos de Infancia y Adolescencia en el plan legislativo de Río de Janeiro y en los consejos municipales de la ciudad. Allí trabajamos con jóvenes que están teniendo la oportunidad de participar y deliberar con nosotros en la formación de políticas públicas.
A partir de la creación de ese comité, nuestro punto principal es parar de naturalizar esas muertes. Queremos mostrar que las vidas negras de nuestra juventud importan y así, estancar los homicidios de esos jóvenes negros que pueden vivir, como yo conseguí llegar y vivir. Ese es nuestro objetivo principal, ya no hay más tiempo para el discurso.
¿Cómo se hizo líder?
Como legisladora no me puedo permitir perder el foco, perder de vista lo que voy a aportar a la causa. Hay muchos equívocos que hacen que perdamos el foco que realmente interesa en el debate. Yo solo voy a construir con datos, voy a combatir porque tengo datos, tengo un problema y necesito hacer un enfrentamiento de ese problema a través de las políticas públicas. Esa es la propuesta de esa comisión parlamentaria instalada en la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro.
La cuestión es simple: un negro ya nace condenado. La madre negra ya dio a luz a un niño condenado. ¿Por qué? En algún momento de la vida de ese joven, él estará sufriendo algún tipo de discriminación, de prejuicio, de sexismo, de violencia, de abuso por su color de piel. ¿Por qué decimos eso? porque existen datos y estudios que apuntan eso.
Brasil nunca suele tratar los problemas de crímenes, de violencia doméstica, familiar, intrafamiliar, la que ocurre en la casa y debería tener seguridad, pero que vuelve víctima a la mujer de su marido, de su compañero, amante, amigo. No se ha conseguido hacer justicia en los tribunales ni en las cortes, por eso muchas mujeres recurren a las cortes internacionales. Donde haya un conflicto, se necesita tener una ley para mantener el orden y la paz.
¿Qué vino para usted luego de que su voto fuera decisivo para la casación de Eduardo Cunha?
No es fácil, no es una decisión que uno haga sonriendo, con alegría, con placer. Es una decisión que usted debe parar, estudiar, reflexionar, analizar y preocuparse. Dentro del propio parlamento conformado por 22 , 18 de ellos tenían procesos, comenzando por el propio presidente del Consejo de Ética, que tenía cinco. Mi discurso fue muy pedagógico, fue con el sentido de crear una rehabilitación de ese colega parlamentario. Ahí había una mujer para resolver el proceso más largo de la historia de Brasil, ¿Y quién era esa mujer? Nordestina, negra, viuda, de primer mandato, evangélica. No hay dudas de que cuando usted tiene a una mujer sentada en una mesa de negociación el trato es diferente de cuando es un hombre.
Eduardo Cunha era importante. Tenía su valor, un rey con su potencialidad, pero comparado con un Presidente de la República de Brasil, no quedó atrás. Yo fui para hacer el proceso de casación, o entonces de absolución, del presidente de la casa más importante del país que es la Casa Federal.
¿Quién es Tia Eron en Brasil?
Mi trabajo ha movilizado muchas personas que creen que yo soy tía de ellos y crearon un lazo de afectividad conmigo. Por eso me llaman de tía, Tia Eron.
VALERIA CUEVAS GONZÁLEZ
Periodista de Redes Sociales