¿Por qué el llamado Tapón del Darién prende las alarmas en Estados Unidos?

El llamado 'Tapón del Darién', en la frontera entre Colombia y Panamá, se está convirtiendo en un nuevo dolor de cabeza para Estados Unidos con altas implicaciones políticas.

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El número récord de inmigrantes de la región que están tomando esta vía para llegar a Estados Unidos ya estaba está ocasionando enormes problemas de seguridad y salud pública en estos dos países vecinos. Pero ahora tanto funcionarios estadounidenses como congresistas lo están comenzando a percibir como la nueva frontera en su lucha contra la inmigración ilegal.

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La semana pasada, durante una audiencia en el sub comité para el Hemisferio Occidental en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, el republicano Marco Rubio elevó la preocupación y la puso en el contexto de la política doméstica.

"Hay un número récord de migrantes venezolanos y ecuatorianos que se encuentran en el Tapón del Darién entre Colombia y Panamá. En cinco a seis semanas o menos, algunas de esas personas comenzarán a llegar a nuestra frontera sur. Estoy realmente interesado en saber cómo trabajamos, no solo con los otros países en tránsito, sino en última instancia con nuestros propios funcionarios de control de inmigración, para prepararnos para ese tipo de oleada", dijo Rubio.

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En otras palabras, para el Senador, la alarma por las famosas caravanas de migrantes que por lo general se forman en Centro América ahora también tienen un origen en este peligroso paso fronterizo.

Según Rubio, se estaría presentando un alza en el número de ecuatorianos migrando hacia EE. UU. por esta vía como consecuencia del deterioro de la seguridad en este país, que atribuye, en parte, a la creciente presencia de los carteles del narcotráfico colombiano en ese país.

Las declaraciones de Rubio coincidieron con el viaje la semana pasada de una delegación de alto nivel de EE. UU. que visitó Colombia y Panamá, al igual que la zona fronteriza en las selvas del Darién para evaluar la situación.

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La misión estuvo encabezada por la asesora de Seguridad Nacional para la Seguridad Interna Liz Sherwood-Randall, el Subsecretario de Estado para Gestión y Recursos, Richard Verma, la jefe del Comando Sur, General Laura Richardson, la Subsecretaria de Defensa para Asuntos Hemisféricos y Defensa Nacional, Melissa Dalton, el Subsecretario de Política Fronteriza y de Inmigración del Departamento de Seguridad Nacional, Blas Núñez -Neto, el Asistente Especial del Presidente y Coordinadora del NSC para la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección, Katie Tobin, y el Director de Operaciones del Comando Sur, Contralmirante Thomas Allan.

El nivel de la delegación habla por sí solo. Pero la inclusión de un componente militar en ella es aún más diciente.

"En Colombia, Sherwood-Randall se reunió con el Ministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva, para discutir las importantes iniciativas que Colombia está llevando a cabo en colaboración con Estados Unidos para desbaratar los grupos criminales transnacionales que explotan a los migrantes… También describió la necesidad crítica de aprovechar estos esfuerzos para disuadir la migración irregular y abordar la crisis humanitaria y ambiental en la región del Darién", dijo la Casa Blanca.

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En Panamá, la delegación se reunió con el presidente Laurentino Cortizo para hablar de mecanismos para "reducir efectivamente los flujos migratorios irregulares sin precedentes en la región y la importancia de aumentar las medidas de cumplimiento para disuadir el movimiento irregular y ampliar las vías legales seguras para la migración".

En ambos países, dijo la Casa Blanca, los funcionarios visitaron puntos en el Darién para evaluar qué pasos adicionales puede tomar EE.UU. para ayudar en los esfuerzos que se vienen realizando.

En todo caso la situación es crítica. La semana pasada, organizaciones no gubernamentales como Médicos sin Frontera y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, sonaron la alarma ante el aumento récord de migrantes atravesando la zona y las precarias condiciones de salud que enfrentan.

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Según Médicos sin Frontera, solo en agosto se registraron más de 50.000 personas haciendo su tránsito por El Darién.

"Las organizaciones humanitarias no estamos dando abasto para hacer frente al aumento del número de personas que están llegando cada día", afirmó José Lobo, coordinador de proyectos de esta ONG en Panamá.

De hecho un número de más de 330.000 personas ya han atravesado esta zona selvática en lo que va de este año y que ya superan las 250.000 registradas en el 2022.

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"Nos preocupan los riesgos y vulnerabilidades que enfrenta el número sin precedentes de migrantes y refugiados que está cruzando el Tapón del Darién. En lo que va de año, más de 330.000 personas han cruzado el Tapón del Darién, la cifra anual más alta registrada hasta la fecha. Uno de cada cinco eran niños", dijo por su parte Marta Hurtado, portavoz de la ONU.

SERGIO GÓMEZ MASERI

Corresponsal de EL TIEMPO

Washington

En Twitter @sergom68