Los tres ganadores de lotería que perdieron su fortuna por diferentes tragedias

Llevarse el premio mayor de la lotería puede cambiarle la vida a cualquiera; sin embargo, esto no siempre es para bien. Algunos de los ganadores de sumas millonarias perdieron a su familia, salud e, incluso, estabilidad financiera, con deudas mayores a los montos que obtuvieron.

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No es inusual que al recibir millones de dólares, la vida de los ganadores se descontrole y comiencen a hacer gastos excepcionales, como comprar propiedades, autos o joyería. Aunque hay quienes saben istrarse en su nueva posición económica, también están quienes terminan perdiéndolo todo.

La vida de Jack Whittaker cambió el 25 de diciembre de 2002, cuando descubrió que ganó la lotería Powerball. Tras poder elegir cobrar poco más de US$113 millones en una sola transacción, en vez del premio de US$314’000.000 en ventinueve pagos diferidos, el empresario de West Virginia ganó fama mientras su vida se desmoronaba.

"No sé si mi vida volverá a ser normal", dijo en ese entonces a CBS y tenía razón en dudar. En menos de veinte años, la vida de Jack Whittaker se modificó radicalmente: se divorció de su esposa, las personas que conocía comenzaron a pedirle grandes sumas de dinero, desarrollo un problema de alcoholismo, fue detenido varias veces por manejar bajo los efectos del alcohol, recibió demandas, fue víctima de distintos robos y su casa de Virginia se incendió en 2016.

El ganador de la lotería también tuvo que enfrentar fuertes pérdidas familiares: su nieta, de 17 años, falleció por una sobredosis y su hija, de 42, murió tras perder una larga batalla contra el cáncer. Además, Whittaker enfermó de pancreatitis y tuvo que ser operado en ocho ocasiones. Murió en 2020, a los 72 años, tras haberse declarado en bancarrota.

Billie Bob Harrell Jr. ganó US$31’000.000 en 1997, cuando recibió el premio mayor de la lotería Lotto Texas. Inmediatamente, su vida se transformó en una vorágine de compras y, también, de donaciones, ya que él y su esposa eran personas religiosas.

Después de una pasar una infancia de carencias, Billie Bob quiso satisfacer todos los deseos de su familia. Compró un rancho, seis casas y autos de lujo para él, su esposa y sus hijos. Además, ayudó con fuertes sumas de dinero a las personas de su iglesia.

Esto pronto trajo problemas a su relación, ya que el dinero de la lotería comenzaba a escasear. Su esposa le pidió el divorció y tomó la mitad de sus ganancias. Él se hundió en una fuerte depresión y el 22 de mayo de 1999, solo veinte meses después de ganar la lotería, se quitó la vida.

David Lee Edwards, un exconvicto de Kentucky ganó US$27’000.000 en 2021, cuando su boleto de lotería resultó premiado con una parte del premio mayor, un enorme bote de US$280’000.000. Sin embargo, en menos de cinco años su fortuna se esfumó.

Tan solo en los primeros tres meses, David y su esposa, Shawna Maddux, gastaron US$3’000.000 y para cuando pasó un año solo le quedaba la mitad del premio. La pareja compró una enorme mansión, un jet privado y una docena de autos lujosos. A la par, se sumergió en una adicción a las drogas. Para 2006, se había divorciado de su esposa, lo había perdido todo y vivía en un cobertizo. El ganador de la lotería falleció en 2013, a los 58 años, en un hospicio.