Donar un riñón es más seguro que nunca, según un nuevo estudio

Un nuevo estudio elaborado por un cirujano de trasplantes de NYU Langone Health y publicado el pasado miércoles 28 de agosto reveló que donar un riñón es más seguro que nunca en la actualidad debido a los avances médicos, ya que el riesgo de muerte por la operación se redujo a más de la mitad durante la última década.

A medida que avanza la tecnología, la medicina también está sujeta a cambios en operaciones y procedimientos que benefician a los pacientes y reducen el riesgo de sufrir inconvenientes que compliquen su estado de salud. De este modo fue que durante los últimos años los avances médicos permitieron reducir las probabilidades de muerte por operaciones de riñón a más de la mitad, de acuerdo al estudio publicado por el Dr. Dorry Segev.

En el espectro contrario, la cantidad de personas que esperan recibir un transplante de riñón aumentó desmesuradamente durante los últimos años. Aproximadamente 90.000 personas se encuentran en la lista para recibir un transplante de riñón en Estados Unidos, y el tiempo de espera se extiende desde los tres hasta los cinco años. Asimismo, los riñones comprenden el órgano que se transplanta con mayor frecuencia, ya que se realizan 27.000 transplantes anualmente según las estimaciones.

El estudio fue elaborado a partir del análisis de datos de personas que fallecieron dentro de los 90 días posteriores a una cirugía de trasplante de riñón en el período comprendido entre los años 1993 y 2022, con información que proviene del Registro Científico de Receptores de Trasplantes y de la Red de Obtención y Trasplante de Órganos.

En el estudio, los investigadores incluyeron 164.593 donantes de riñón, y solo 36 de ellos perdieron la vida dentro de los 90 días posteriores a la cirugía. Del informe se desprende que en la última década los casos de fallecimiento se redujeron notablemente.

A través de este análisis, los profesionales médicos determinaron que entre 1993 y 2002 tuvieron lugar 13 muertes en total después del procedimiento, con una tasa de mortalidad de 3 por 10.000 personas; de 2003 al 2012 hubo 18 muertes, con una tasa de mortalidad de 2,9 por 10.000; y de 2013 al 2022 hubo solo cinco, con una tasa de mortalidad de 0,9 por 10.000.