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¿Cómo avanza el confinamiento por rebrotes de covid en Shanghái?
Las autoridades someten a pruebas masivas a los ciudadanos, mientras mantienen el toque de queda.
Un hombre se realiza una prueba de covid-19 en un puesto de salud improvisado en una calle de Pekín. Foto: Jade Gao. AFP
En pleno 2022, conseguir comida en Shanghái -la ciudad más rica de China, segunda economía mundial- se ha convertido en toda una odisea ante el estricto confinamiento dictado para tratar de atajar el peor rebrote de coronavirus covid-19 registrado hasta ahora en la metrópolis.
Con más de 25.000 nuevos casos diarios -la mayoría de ellos, asintomáticos- causados por la contagiosa variante ómicron, las autoridades insisten en la estrategia nacional de tolerancia cero contra el virus, que ha dado resultados ante otras variantes vía confinamientos, test masivos y cierre prácticamente total de las fronteras.
Quien firma estas líneas ya vivió el confinamiento de Beijing a principios de 2020 y el de España desde marzo de ese mismo año, y puede asegurar con rotundidad que el experimentado estos días en Shanghái es el más estricto, con una abismal diferencia.
En aquellos casos, se permitía salir de casa para abastecerse, pero en estos días en Shanghái es prácticamente imposible incluso efectuar pedidos individuales a domicilio a través de internet, en parte porque buena parte de los tenderos y repartidores también se encuentran confinados
Esto ha dejado a la mayoría de residentes de la ciudad, de unos 25 millones de habitantes, con una única salida para poder conseguir comida: las compras conjuntas (“group purchasing”), que en los últimos años habían experimentado un auténtico “boom” en China.
Solidaridad vecinal
Los habitantes de las urbanizaciones en las que se divide la ciudad han comenzado a organizarse en grupos de la popular red social WeChat -el equivalente chino de WhatsApp- en los que se ofertan alimentos a domicilio, pero únicamente en grandes lotes, convirtiendo así al habitual comprador minorista en un improvisado mayorista.
Eso sí, hay que ser rápido: si no se presta atención constante a esos grupos, es fácil quedarse fuera de uno de esos pedidos. Como dirían en la Fórmula 1, “si parpadean, se lo van a perder”.
Autoridades sanitarias de China durante testeos covid de Shanghai. Foto:Hector RETAMAL / AFP
A priori, esto puede parecer complicado, especialmente para los residentes extranjeros que no dominan el idioma local, pero, cuando el hambre llama a la puerta, se aprende rápido.
Además, el hecho de que las compras conjuntas se organicen mediante “apps” pone en una situación de vulnerabilidad a los ancianos que no saben utilizarlas, salvados por la solidaridad de los vecinos y voluntarios que se ponen en o con ellos para tratar de cubrir sus necesidades básicas.
En algunas urbanizaciones, hay quien ha aprovechado el renovado o con sus convecinos para organizar -al más puro estilo de España con el “Resistiré” del Dúo Dinámico- pequeños conciertos improvisados a través de los balcones.
Largas filas en supermercados chinos tras el anuncio de nuevos confinamientos. Foto:Hector RETAMAL / AFP
Otros se lo toman con humor, con memes que sugieren pintar una segunda raya roja en los test de antígenos -gran novedad en China ante los últimos rebrotes- para ser enviados a uno de los centros de cuarentena de la ciudad, ya que allí la comida está garantizada.
Las autoridades reparten alimentos
A finales del año pasado, el Gobierno chino ya había recomendado a los ciudadanos que mantuvieran la despensa relativamente llena por si surgían emergencias.
Finalmente, ese último cierre también fue prolongado en toda la ciudad, cuyo Gobierno anunció este sábado que solo se levantará para las comunidades en las que no se haya detectado ningún caso durante las múltiples rondas de pruebas en los 14 días anteriores, aunque los residentes solo podrán desplazarse por su distrito y las reuniones “serán restringidas de manera estricta”.
Sea como sea, todavía no se ha marcado una fecha oficial para la reapertura total de la ciudad.
🇨🇳 | CORONAVIRUS: Shangai: Disturbios por comida en Shanghai, la ciudad más grande y rica de China, bajo confinamiento por covid. pic.twitter.com/HLiwDel23l
La situación se ha traducido en que muchos residentes denuncien escasez de alimentos, algo para lo que las autoridades han entregado bolsas con víveres como verduras, huevos, carne, arroz, fideos o aceite, aunque varían tanto en composición como en cantidad según la zona.
Sin embargo, en algunas zonas los habitantes han denunciado que recibieron carne en mal estado, lo que ha dado pie a una investigación oficial al respecto, que se suma a las abiertas contra más de un centenar de establecimientos que habían inflado sus precios aprovechando la necesidad de los compradores y que ya han sido multados.
Ante la crisis, el Ejecutivo municipal ya ha decidido levantar la cuarentena para “el mayor número posible” de almacenes y mercados mayoristas con el objetivo de garantizar el suministro, pero algunos supermercados todavía denuncian importantes dificultades para reponer productos.