Las opciones educativas para los estudiantes cada vez son más diversificadas, y entre algunas de las alternativas más destacadas se encuentran los colegios IB (Bachillerato Internacional) y AP (Advanced Placement), cada uno con su propio enfoque y propuesta pedagógica. Pero, ¿en qué se diferencian realmente? ¿Qué implica pertenecer a uno de estos sistemas educativos?
Esta reflexión cobra relevancia al considerar cómo estas modalidades preparan a los jóvenes para enfrentar desafíos globales, académicos y profesionales, proporcionando un camino hacia una educación de calidad que se adapte a las necesidades del siglo XXI.
Una apuesta que viene desde los 70’s
Como punto de partida, es menester tener claridad sobre cada una de estas propuestas. Así pues, es preciso señalar que el IB se implantó en Colombia en 1977 y actualmente cuenta con más de 60 colegios del mundo del IB que imparten sus programas.
De acuerdo con la Organización del Bachillerato Internacional (OBI) , “el IB permite que los alumnos dirijan su propia trayectoria de aprendizaje y desarrollen las habilidades y la confianza en sí mismos que necesitan para progresar y marcar la diferencia. Asimismo, equipa a los docentes como arquitectos de la excelencia en el aprendizaje que comparten trayectoria con colegas comprometidos en una profesión gratificante y con el apoyo de una sólida red global”.
El IB ofrece un sólido continuo de programas de aprendizaje centrado en el alumno que abarca desde los 3 a los 19 años de edad. Este está diseñado para formar personas íntegras que puedan enfrentarse a los desafíos actuales con optimismo y una mentalidad abierta e incluye: Programa de la Escuela Primaria, Programa de los Años Intermedios, Programa del Diploma, Programa de Orientación Profesional.
Cabe resaltar que, según la OBI, “los alumnos de los colegios del mundo del IB reciben una educación excepcional en la que se les anima a pensar críticamente y a resolver problemas complejos, dirigen su propio aprendizaje, cursan programas educativos que pueden ayudarlos a ingresar en algunas de las universidades más prestigiosas del mundo, se vuelven más conscientes de las diferencias culturales mediante el aprendizaje de una segunda lengua, pueden relacionarse con otras personas en un mundo cada vez más globalizado y que cambia rápidamente”.
Asimismo, la organización destaca que los alumnos de los colegios del mundo del IB suelen obtener mejores resultados que los alumnos de otros programas, al tiempo que logran un sólido desarrollo académico, social y emocional.
El salto a la vida universitaria
Por su parte, “el programa de Advanced Placement o AP®, desarrollado por College Board, ofrece cursos relevantes y atractivos de nivel universitario a estudiantes de los últimos años de colegio, abriéndoles el camino hacia diferentes opciones de carreras y universidades. Los cursos AP terminan con un examen que tiene reconocimiento mundial”, explica Claudia Valencia, directora Asociada Internacional de College Board.
Además, según la experta, los cursos AP están diseñados para tener la flexibilidad necesaria para adaptarse al plan de estudios y los estándares existentes en cada colegio, convirtiéndose en un programa rentable para los estudiantes y los colegios, dado a que no hay cuotas de suscripción anual.
“A través de 40 áreas temáticas diferentes, los cursos AP son relevantes para la vida de los estudiantes ahora y en su futuro. Los estudiantes pueden elegir cursos AP en sus áreas de interés. Algunos de los cursos más populares en Colombia son: Geografía Humana, Idioma Inglés y Composición, Microeconomía, Fundamentos de Ciencias de la Computación y Cálculo AB”, añade Valencia.
Referente a los beneficios, la directiva comenta que AP ayuda a los estudiantes a destacarse en los procesos de isión en instituciones de educación superior de todo el mundo. Además, el puntaje de los exámenes AP les permite a muchos estudiantes ganar créditos universitarios antes de comenzar sus estudios. En Colombia, Universidades como Los Andes, Universidad de la Sabana y Universidad Javeriana convalidan los exámenes de AP.
En resumen, de acuerdo con Kim Shipman, especialista en istración de Educación Superior y consejera universitaria para Hello College, “el IB tiene un plan de estudios completo que debe completarse, incluidos proyectos especiales, trabajos académicos y actividades extracurriculares; en AP se toman de manera individual según las preferencias y fortalezas del estudiante (compromiso a largo plazo o a corto plazo)”.
De igual manera, agrega, se destacan diferencias como: el examen IB se realiza al final de todo el programa de estudios, mientras que los exámenes AP se ofrecen al final de cada curso individual; el IB es más colaborativo, mientras que el AP es mucho más individual por naturaleza.
Intensivo vs. bilingüe: claridad en las diferencias
Cuando se habla de colegios con enfoque en inglés intensivo frente a colegios bilingües, las diferencias son profundas y van más allá de la cantidad de horas dedicadas al aprendizaje del idioma. Según Clara Inés Martín, rectora del Colegio Colombo Gales, “un colegio de inglés intensivo se centra en la formalidad de la lengua, desarrollándola como una segunda lengua en función de comprender sus estructuras y reglas. Por su parte, en un espacio bilingüe, la lengua se utiliza como un mecanismo de comunicación y aprendizaje en diversas áreas del conocimiento”.
En los colegios de inglés intensivo, se imparten clases específicas del idioma durante un número determinado de horas a la semana, pero generalmente no incluyen asignaturas académicas en esa segunda lengua. “Estos colegios cuentan con profesores especializados en inglés, pero las demás asignaturas se enseñan en español”, señala Martín.
Por otro lado, en un colegio bilingüe como el Colombo Gales, la mayoría de las asignaturas se dictan en inglés, utilizando el idioma no solo como herramienta de comunicación, sino también como medio para aprender contenidos de áreas como ciencias, matemáticas o historia. “El uso del inglés trasciende la gramática y el vocabulario, convirtiéndose en un instrumento que conecta el aprendizaje de la lengua con el conocimiento técnico y académico”, añade.