El Valle del Cauca cuenta con la matriz de generación de energía más diversificada de Colombia según XM, a del mercado eléctrico del país.
Gallinaza, residuos de pollos, cerdo y caña hacen parte de la variedad con la que, hoy por hoy, este departamento busca electrificarse.
Se trata de más de 130 proyectos que le apuestan a generar energías sostenibles. De ellos, 118 son solares, siete hidraúlicos y cuatro más de biomasa y térmica.
En el caso de la biomasa está, por ejemplo, la gallinaza de las aves con las que se comercializa la carne de pollo y los huevos.
En este sentido, José Luis Mateus Lugo, vicepresidente de Bionegocios de Incubadora Santander - Huevos Kikes, un negocio que nació hace 61 años en ese departamento pero que ahora tiene el 65 por ciento de su producción avícola en el occidente del país, explica cómo desde la empresa a la que pertenece se ha hecho una apuesta por la sostenibilidad, a partir de la cogeneración de energía, desde hace una década.
“Desarrollamos un proceso de economía circular avícola. Somos pioneros en la adopción de nuevas formas y tecnologías que nos permiten valorizar los residuos que generamos a través de soluciones reales”, dice Mateus.
Desarrollamos un proceso de economía circular avícola. Somos pioneros en la adopción de nuevas formas y tecnologías que nos permiten valorizar los residuos que generamos a través de soluciones reales.
El Cauca y del Valle del Cauca producen el 19,4 por ciento de la proteína blanca de Colombia. Para el 2019, esta región era la principal productora de huevo en el país, con 4,48 mil millones de huevos, según los datos de Fenavi.
Entre 2018 y 2022, la producción de carne de pollo y de cerdo aumentó en estos dos departamentos, ocupando, para este último año, el segundo lugar en producción de cerdo en Colombia. Todo esto redunda en la posibilidad del aprovechamiento de otras biomasas para la generación de energía.
Ana María Castillo, directora de la Unidad Económica y de Competitividad de la Cámara de Comercio de Cali (CCC), explica que el Valle del Cauca, por ser un departamento agrícola, tiene ventajas y fortalezas en materia de la diversificación energética.
Para Castillo, sumado a la importante tradición agroindustrial del departamento, que aporta el 35 por ciento de la producción agrícola del país, está el tejido empresarial que le apuesta a esta iniciativa.
“Las empresas están comprometidas. Lo que buscamos es posicionar al Valle del Cauca como un referente en la generación de energías renovables a partir de fuentes no convencionales y lo estamos logrando porque ya somos ejemplo para el país entero”, apunta Castillo.
Las empresas están comprometidas. Lo que buscamos es posicionar al Valle del Cauca como un referente en la generación de energías renovables.
Es así que el tema es trabajado en el Clúster de Energía Inteligente de la CCC, que reúne a las empresas relacionadas con la cadena de valor de la energía y la movilidad sostenible en todo el valle geográfico del Río Cauca.
A la fecha, ya son 535 empresas las que pertenecen a este espacio. Estas, para el 2020, registraron ventas por 10,3 billones de pesos, un crecimiento de 8,5 por ciento respecto a la misma actividad para el 2019.
El hecho de que en el valle del río Cauca se produzca el 96 por ciento de la caña de azúcar de Colombia, o que el del Valle, junto al departamento del Cauca conformen la segunda región líder en producción de proteína blanca (carne de pollo, huevo, cerdo y sus derivados) y alimentos procesados del país, refuerza la posibilidad de la generación de energías inteligentes.
Otro de los factores que destaca Castillo es la capacidad de algunas empresas para producir ellas mismas su consumo energético. Lo que además, en determinados casos, ha trascendido a generar energía más allá de sus necesidades. Este es el caso de Riopaila Castilla, uno de los ingenios azucareros de más tradición en Colombia.
Guillermo Carvajal, gerente de Asuntos Corporativos Grupo Agroindustrial de esta empresa, apunta que la cogeneración de energía en Riopaila inició con la meta de volverse autosuficientes en sus procesos de producción.
“Teníamos los equipos y, por supuesto, el bagazo de caña, que aprovechamos como parte del compromiso que tenemos de honrar los principios de la economía circular. Alcanzando la autosuficiencia energética, vimos que teníamos una oportunidad de fortalecer nuestra planta de cogeneración para tener excedentes de energía que pudiéramos aportar a la red eléctrica nacional. Es así que en el 2015 nació nuestra comercializadora de energía y desde entonces estamos aportando esta energía verde a Colombia”, explica Carvajal.
Vimos que teníamos una oportunidad de fortalecer nuestra planta de cogeneración para tener excedentes de energía que pudiéramos aportar a la red eléctrica nacional.
Gracias a la generación de energía a partir de la caña, un proceso en el que se aprovecha su bagazo llevándolo a las calderas para generar vapor, que es un combustible limpio que llega al turbogenerador donde se produce la energía, hoy por hoy se generan hasta 39 megavatios Mw/h de energía verde. Es decir que, además de lograr el autoabastecimiento de su planta, está también la capacidad de generar energía para iluminar alrededor de 150.000 hogares, lo que equivale a una población similar a Jamundí o Cartago.
Planta de biomasa
La compañía líder en la fabricación de empaques a base de papel y cartón Smurfit Kappa Colombia, que hace parte del Clúster de Energía Inteligente, instalará una caldera de biomasa para aprovechar los residuos de su producción.
El proyecto, que tendrá una inversión de cerca de 100 millones de dólares, utilizará desechos orgánicos como la corteza de pino y eucalipto, provenientes de sus plantaciones forestales comerciales, además de los residuos de su planta de tratamiento de madera, las cenizas y lodos generados en su proceso de fabricación de papel, entre otros.
Se trata de una ambiciosa iniciativa con la que se espera reducir casi 200.000 toneladas de CO2 al año, lo que representa el 6 por ciento de las emisiones directas de CO2 generadas por todo el Grupo Smurfit Kappa y casi el 35 por ciento correspondiente a las operaciones en Colombia. Se espera que la nueva caldera entre en funcionamiento a finales de 2024 y genere, en su etapa de montaje, cerca de 800 empleos.
“La construcción de esta caldera refleja la circularidad que atraviesa nuestras operaciones, pues estamos dándole un segundo uso a nuestros propios residuos. Es además un proyecto de suma importancia para la región, pues contribuirá en el propósito de ampliar el uso de energías renovables”, dijo Álvaro José Henao, CEO de Smurfit Kappa Colombia, al tiempo que afirmó que el propósito de su compañía es el de reducir en un 55 por ciento su huella de carbono para 2030.