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Gilberto Rodríguez: los últimos momentos del gran corruptor de la mafia
El llamado 'Ajedrecista', exjefe del poderoso cartel de Cali, cumplía una pena de 30 años de cárcel.
Gilberto Rodríguez Orejuela, capo del Cartel de Cali, murió este primero de junio del 2022. Foto: Archivo ET / AFP-Policía Nacional
A las 6:54 de la tarde del martes, en un centro asistencial anexo a una cárcel de mediana seguridad en los Estados Unidos, murió el excapo del narcotráfico Gilberto Rodríguez Orejuela, uno de los protagonistas de la sangrienta guerra entre carteles de la droga que atemorizó al país en la década de los 80 y mediados de los 90.
A los 83 años de edad y mientras cumplía una sentencia de 30 años de prisión por narcotráfico, murió el excapo por “una complicación por un linfoma cerebral”. EL TIEMPO estableció que el excapo había logrado superar un cáncer de colon y de próstata que sufría hace años.
En marzo de 2020 había pedido su libertad argumentando que por las enfermedades que padecía estaba en mayor riesgo en caso de contraer covid-19, pero esa petición le fue negada.
Gilberto –llamado ‘el Ajedrecista’– y su hermano Miguel, que sigue preso en una cárcel de Estados Unidos, fueron por años las cabezas del poderoso cartel de Cali. Y, en su momento, fueron dos de los delincuentes más buscados en el mundo, vinculados a millonarios cargamentos de cocaína sacados del país y señalados, además, de penetrar con sus dineros ilegales sectores políticos, económicos, empresariales y hasta deportivos en territorio nacional.
Desde su fachada de prósperos empresarios, los capos de Cali se movían en exclusivos círculos del país, al tiempo que enviaban con sus socios cargamentos de droga especialmente a Estados Unidos. Eran anfitriones de fiestas lujosas, patrocinaban reinas de belleza y artistas, financiaban políticos y tenían en su nómina una red de corrupción e informantes que les permitían estar al tanto de los operativos que las autoridades planeaban contra su organización ilegal.
Desde su fachada de prósperos empresarios, los capos de Cali se movían en exclusivos círculos del país, al tiempo que enviaban con sus socios cargamentos de droga especialmente a Estados Unidos
Parte de su fortuna proveniente de actividades ilegales terminó siendo legalizada en cientos de empresas como Drogas la Rebaja, una reconocida compañía de venta de medicamentos que tuvo sedes en todo el país, y en el club de fútbol América de Cali, que en su momento estuvieron en la llamada lista Clinton y que luego de años de castigo salieron de ese listado negro.
Rodríguez aparece como uno de los cerebros de uno de los capítulos mas graves de la política del país: el ingreso de dineros ilegales a la campaña presidencial del entonces candidato Ernesto Samper Pizano, que dio origen al proceso 8.000 y que puso en su momento a dar explicaciones a funcionarios del Gobierno Nacional y al mismo presidente por sus relaciones con el cartel de Cali.
Este diario conoció que, previo a su muerte, el excapo dejó un documento que pidió sea entregado a su familia para que defina su suerte. El documento podría tener revelaciones del ‘Ajedrecista’, quien tras su extradición a Estados Unidos en diciembre de 2004 no entregó información contra sus socios y las personas en su nómina. En palabras de los exjefes del cartel, han guardado “prudente silencio” desde sus celdas en EE. UU.
En ese país, Gilberto y Miguel Rodríguez firmaron un acuerdo que incluyó la aceptación de los cargos por los que eran procesados, la entrega de 2.100 millones de dólares y una cláusula para intentar mantener a salvo de la extradición a miembro de su familia. Según información de la Policía, en el prontuario del excapo en su larga vida criminal aparecen señalamientos por narcotráfico, secuestro, amenazas a funcionarios judiciales, hurto y enriquecimiento ilícito.
Rodríguez Orejuela tiene orden de libertad para el 2 de septiembre del 2030, cuando cumple 90 años. Foto:Luis Acosta. AFP - Archivo EL TIEMPO
La justicia colombiana ha intentado escucharlos en las investigaciones por los homicidios del dirigente político Luis Carlos Galán Sarmiento, perpetrado en agosto de 1989, y del líder conservador Álvaro Gómez Hurtado, cometido en noviembre de 1995.
Recientemente, los capos reaparecieron respondiendo a través de una carta en la que abrían la puerta para declarar en la Comisión de la Verdad, surgida de los acuerdos de paz con las Farc, que presentará su informe final con esclarecimientos del conflicto los últimos días de este mes.
El viernes 9 de junio de 1995, hace 27 años, el Estado colombiano dio uno de los golpes más significativos en su larga y dolorosa lucha contra el narcotráfico: fue capturado Gilberto Rodríguez Orejuela. Oculto dentro de una caleta, detrás de un armario en una casa del norte de Cali, fue encontrado el capo, quien tenía 56 años de edad.
Estuvo apenas siete años preso y quedó en libertad en 2002 por cuenta de una decisión de un juez de Tunja (Boyacá) que le concedió la libertad condicional. En marzo de 2003 fue recapturado por solicitud de extradición de Estados Unidos, a donde fue enviado en 2004.
Gilberto Rodríguez Orejuela, hace casi 30 años. Foto:Archivo EL TIEMPO
El excapo ya había logrado antes eludir a la justicia. Fuentes de la Policía recordaron que en noviembre de 1984 fue capturado junto al narcotraficante Jorge Luis Ochoa por los cargos de conspiración para el tráfico de estupefacientes. A pesar de que era pedido por Estados Unidos, terminó siendo deportado a Colombia, en donde un juez lo absolvió y quedó en libertad.
Además del caso por el cual fue condenado, Gilberto Rodríguez aparece relacionado en otros 11 expedientes, según los registros judiciales estadounidenses. En los reportes judiciales, en 9 casos es el acusado, en dos el peticionario y en uno el demandante. Casi todos los casos están cerrados bien porque ya se tomó una decisión definitiva o porque fueron transferidos.
Rodríguez aparece mencionado como articulador del grupo de ‘Los Pepes’ (perseguidos por Pablo Escobar) que enfrentó militarmente al jefe del cartel de Medellín y que por cuenta de las alianzas con militares y agentes de organismos de inteligencia habrían contribuido al debilitamiento de la organización ilegal. Escobar murió en diciembre de 1993 en un operativo de las autoridades, y los jefes del cartel de Cali lograron estar un par de años más como los más poderosos narcotraficantes del país.
Los giros que llevaron al proceso 8.000
En las elecciones presidenciales de 1994, los dos candidatos más fuertes eran Ernesto Samper Pizano y Andrés Pastrana Arango. Al final se impuso Samper Pizano con el señalamiento de Pastrana Arango de haber logrado el triunfo por el ingreso de dinero entregado por los hermanos Rodríguez Orejuela.
En 1994 se impuso Samper Pizano con el señalamiento de Pastrana Arango de haber logrado el triunfo por el ingreso de dinero entregado por los hermanos Rodríguez Orejuela
Se conocieron entonces los llamados narcocasetes, en los que se escuchaba al periodista Alberto Giraldo y a los capos de Cali en donde se hablaba de la necesidad de dinero para la campaña política. “El hombre está urgido de dinero”, señaló Giraldo a Miguel Rodríguez, quien dijo que ya les habían enviado a un emisario.
Luego, el periodista dice abiertamente que necesitaban 5.000 millones de pesos, de los cuales se esperaban 3.000 del cartel, a lo que el narco respondió: “esos los hay”.
El llamado proceso 8.000 puso contra las cuerdas al propio Presidente de la República y terminó en la condena de varios de su gabinete.
Ernesto Samper: Presidente de Colombia durante el cuatrienio 1994-1998. Durante su gestión se consolidó el Ministerio de Cultura y se adelantaron programas para la sustitución de cultivos ilícitos, sin embargo, la presidencia de Samper estuvo mancillada por el 'Proceso 8000', una investigación que se hizo en torno a la financiación de su campaña presidencial, dado que se le acusaba de haber utilizado dinero proveniente del narcotráfico para dicho fin. Foto:EL TIEMPO
Luego de enfrentar un duro momento político en el que se llegó a pedir la renuncia del presidente Samper, finalmente, a mediados de 1996, con una holgada mayoría de 111 votos contra 43, la Cámara de Representantes decidió ordenar la preclusión (archivo) del proceso a quien en consecuencia no fue juzgado por el Senado de la República ni investigado por la Corte Suprema de Justicia.
Por los hechos terminaron condenados el extesorero de la campaña Samper Presidente, Santiago Medina, quien recibió una pena de 64 meses de cárcel; el exministro de Defensa Fernando Botero Zea, sentenciado a 63 meses de cárcel y quien se desempeñó como gerente de la campaña samperista y aceptó el cargo de enriquecimiento ilícito en favor de terceros y falsedad en documento privado.
En el caso fue clave la información hallada al contador del cartel de Cali Guillermo Pallomari, quien fue testigo protegido de las autoridades de Estados Unidos.