El auge de la información digital, junto con las necesidades medioambientales urgentes, se han convertido –quizás– en las situaciones que más dinamizan los movimientos sostenibles que demanda el planeta.
En Colombia, por ejemplo, en donde hay avances en la conciencia ambiental y en el sector de la construcción, en el sentido razonable de la sostenibilidad, aún falta explorar enfoques que impacten, de manera integral, los indicadores de un país que debe empezar a ejecutar políticas con mayor rigor.
Y es que ser sostenible es mucho más que pintar un logo de verde, apuntarles a postulados medioambientales que suenen rimbombantes, o comunicar efectivamente la implementación de acciones aisladas.
El sector de la construcción debe entender esa importancia y apuntar hacía políticas integrales que implementen de manera urgente la optimización de los recursos naturales, la economía y el reciclaje, la funcionalidad de cada elemento (fachadas, construcciones más rápidas y livianas, muros térmicos que optimicen el impacto del frío o el calor, etc.) y la disminución a cero de la huella de carbono.
En Colombia hay conciencia ambiental en el sector de la construcción, pero falta explorar más enfoques que impacten, de manera integral, los indicadores
A esto hay que sumarle la constante plantación de los bosques, y, en síntesis, todas las acciones que obliguen a que los materiales, una vez instalados, sirvan a la optimización integral.
Ese mismo auge de información digital, sumado a las sanas tendencias de la opinión y a las cifras alarmantes de impacto ambiental negativo, han impulsado de tal manera una cultura de optimización de elementos, que ya existen ciudades enteras con entornos inteligentes que regulan y potencializan al máximo los recursos. En esto también han sido determinantes los movimientos sociales que evocan la necesidad de una construcción amable, las normas y las condiciones propias del beneficio industrial de la oferta sostenible.
En este entorno, por ejemplo, la construcción en seco provee todos esos beneficios, porque –además– ofrece variables cuantificables al generar desarrollos arquitectónicos y optimizar recursos trabajando de forma natural para disminuir a cero el desperdicio.
*Gerente de Etex Colombia