La economía colombiana se encuentra en una coyuntura difícil. En medio de señales de desaceleración económica, se ha generado un debate del que he sido testigo sobre la conveniencia de reducir la tasa de interés por parte del Banco de la República.
Por un lado, el ministro de Hacienda y el presidente Petro abogan por esta medida con el fin de estimular el crecimiento. Por el otro, hay analistas, como yo, que consideramos que la tasa de interés no es el principal problema, sino más bien las políticas del gobierno que han generado incertidumbre en los inversionistas y limitado la inversión en sectores clave como los hidrocarburos y la minería.
En verdad, la especie de recesión que recién comienza no se ha generado por la tasa de interés vigente en el Banco, sino porque ninguno de los ministros del Presidente cree o quiere que la economía crezca y eso empezó por la prohibición de nuevas exploraciones de gas y carbón. Esto incluye la imposibilidad de extraer cobre del proyecto de Quebradona. Sin cobre, no podremos realizar la transición energética. Aun el exministro Ocampo se preguntó por qué Colombia no explotaba su cobre.
Que yo sepa, no está en ningún proceso las obras para terminar de reparar y construir la vía al Llano. Tengo muy presentes las declaraciones de Irene Vélez que decía que debía empezar a decrecer la economía. O sea, si no abandonan los y las ministros del gabinete la política de no crecer, la tasa de interés no será la variable crítica para que Colombia retome su senda de crecimiento. La ausencia de confirmación plena de las comisiones regulatorias solo puede hacer este problema más serio en temas de inflación. Lo del alza de las tarifas de energía y AM se vuelve el problema más difícil de resolver.
Ya sabemos que el país tendrá que importar gas porque el potencial de Canacol tanto para proveer gas a la costa Atlántica o a EPM está truncado porque Canacol encontró varios pozos secos en su exploración. Inclusive hay que preguntarse si la decisión de no montar una planta de regasificación en el Pacífico sí fue acertada.
La hostilidad del Gobierno con la inversión privada y la inversión extranjera no ayuda a que se avance en nuevos proyectos de inversión. Tampoco es buena la idea hablar de modificar o suspender la regla fiscal. Eso contribuye aún más a ahuyentar la inversión.
CÉSAR GAVIRIA TRUJILLO
Expresidente de la República de Colombia
Presidente del Partido Liberal Colombiano
Más noticias