La reciente invitación del gobierno de Nicolás Maduro a los empresarios colombianos y de otros países para que retornen a Venezuela e inviertan allí no es nueva. La viene haciendo con insistencia el mandatario del vecino país desde el año pasado, reiterando que dará "todas las garantías constitucionales, legales para inversiones".
Sin embargo, muchos inversionistas, en cualquier cálculo está presente el riesgo por las expropiaciones del régimen contra inversiones colombianas como las de Éxito y el Grupo Argos, así como la deuda que nunca se le pagó a Avianca, con las consecuentes pérdidas millonarias.
Esa es la principal preocupación de los empresarios colombianos frente a la posibilidad de retornar al mercado venezolano: las garantías. Así lo han hecho saber las directivas de Avianca que en reciente oportunidad indicaron que esa alternativa siempre ha estado presente siempre y cuando haya las garantías que aseguren su operación en el vecino país.
"Tal como se solicitó ante la Aeronáutica Civil, Avianca está considerando retomar su operación entre Bogotá y Caracas, con el propósito de ofrecer más y mejores opciones de conectividad entre los dos países. Esta operación está sujeta a las autorizaciones requeridas de las autoridades competentes tanto en Colombia como en Venezuela, así como de contar con condiciones óptimas para la operación", indicaron desde la compañía aérea.
La semana anterior, durante una alocución, Maduro anunció que a partir del lunes 16 de mayo, entre 5 y 10 por ciento de las acciones de empresas públicas se ofertarán a través de la Bolsa de Valores de Caracas "a fin de estimular la inversión nacional e internacional".
Y dijo, además, que: “Necesitamos capital para el desarrollo de todas las empresas públicas”, resaltando que estaba abierto a "escuchar nuevas propuestas, ideas y visiones para que Venezuela se recupere.
Los reparos
La crisis política y social, así como la falta de confianza en la actual istración se constituye en las principales razones que tendrían los empresarios para posponer un poco más su intención de retornar al mercado venezolano. Sin garantías jurídicas que permitan asegurar una operación sana, libre de temores y hostigamientos políticos será difícil retomar ese mercado, coinciden algunos empresarios.
Las razones son evidentes y no quieren repetir una experiencia que tuvo un costo económico y operativo enorme.
Por ejemplo, Avianca tuvo que abandonar en 2017 ese mercado, luego de seis décadas de operaciones con el argumento de que tenía riesgos de seguridad para la operación aeronáutica.
Meses antes, la aerolínea había denunciado hostigamientos de un avión venezolano mientras volaba por ese país y años atrás ya había tenido problemas para monetizar los ingresos obtenidos en esa nación, por lo que entre el 2014 y el 2015 castigó en sus libros contables la deuda, que ascendía a 300 millones de dólares.
También hubo expropiaciones como la del Grupo Éxito en el 2010, cuando la Asamblea Nacional declaró de utilidad pública e interés social todos los bienes inmuebles donde funcionaban los almacenes que operaban bajo la marca y se ordenó la adquisición forzosa de dichos activos. Tras las negociaciones, el Gobierno chavista pagó 91 millones de dólares por la nacionalización de la cadena.
Otra compañía que se vio obligada a abandonar ese mercado fue la cementera Argos. Desde el 2006 Venezuela decretó la expropiación de sus activos localizados en el estado de Trujillo. Desde entonces, la compañía perdió el control operativo de estos, y no obstante múltiples esfuerzos legales para obtener una indemnización.
En total, el comercio entre los dos países llegó a representar 7.211 millones de dólares en 2008. Sin embargo, la cifra se redujo de manera drástica años después hasta alcanzar los 222 millones de dólares en el 2020. Con la reapertura, desde la Cámara Colombo Venezolana la perspectiva para el año pasado era que llegara a los 600 millones de dólares en el 2021.
Según Ronal Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, más que una bienvenida por parte del régimen, esta se da por los gremios y las organizaciones económicas venezolanas que han ido acercándose a las colombianas.
Nuevo llamado
El nuevo llamado de Maduro para que los inversionistas retornen a Venezuela ha sido interpretado como un eventual acercamiento del Gobierno con el capital privado, haciendo reflexionar sobre el fracaso del llamado "Socialismo del Siglo XXI". Desde hace un par de meses, se han visto gestos en la devolución de propiedades expropiadas y que nunca pudieron ser activadas con capital estatal.
Venezuela salió en marzo de la fase de hiperinflación y ahora busca recuperar su economía. Organismos internacionales creen que el crecimiento económico podría llegar a unas dos cifras este año, pero según economistas, estas mejoras son desiguales y se habla que solo un 12 por ciento de la población se encuentra "bien", mientras que el resto sigue enfrentando los estragos de la crisis.
El Tiempo