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Rafael Santos Borré: el Comandante, decidido a marchar con goles en la Selección
Anotó el gol en la victoria contra Venezuela, su primer tanto en eliminatorias.
Rafael Santos Borré. Foto: EFE, AFP, Y Vanexa Romero. EL TIEMPO
Le dicen el Comandante. No lleva botas ni camuflado, no tiene más armas que sus piernas ágiles y su cabeza certera. Pero así se hace llamar. Es su apodo de gol. Si Rafael Santos Borré anota, como lo hizo el jueves con Colombia frente a Venezuela en el comienzo de la eliminatoria, pisa duro en el pasto, se pone en posición de firmes, talón con talón, muy serio, con su mano derecha en la frente, como un saludo militar. Luego pierde la compostura y descansa, soldado, y se ríe, con la satisfacción de cumplir su deber con el gol, como exige su posición de delantero, como lo necesita la Selección.
Ya era hora de distinguir a Borré entre un delantero laborioso y sacrificado con Colombia y un delantero que hace goles. Contra Venezuela era su décimo partido en eliminatorias y no había anotado. Una sequía desesperante. Al fin se sacudió y con el gol de la victoria, que representa una ilusión: que los delanteros sí van a hacer goles luego de la traumática eliminatoria en la que los goleadores fueron espectros.
Partido Colombia-Venezuela el 7 de septiembre de 2023 en el estadio Metropolitano de Barranquilla. Colombia venció 1 a 0 al país vecino con gol de Santos Borré en el comienzo del segundo tiempo. Foto:Vanexa Romero/ETCE
Borré se ha convertido en un amuleto para el DT Néstor Lorenzo. Su hombre de confianza. Su comandante. En los amistosos previos a la eliminatoria labró su camino con 2 goles. Una chilena contra Japón y un gol contra Guatemala fueron el indicio de lo que tramaba: ser titular en la eliminatoria. Borré, que además le anotó a Arabia antes de que llegara Lorenzo, no es un depredador, no es un ‘9’ intimidante, pero es un atacante que cumple otras labores: una especie de delantero errante, que va y viene, que sale y entra, que circula, hace diagonales y ataques frontales, que lucha, que pelea, que se asocia, que no habita un único lugar en la cancha.
A veces juega a la izquierda, a veces a la derecha, a veces es delantero, a veces volante, a veces ataca, a veces defiende. En su etapa en River, un día le preguntaron de qué jugaba y dijo: “Soy un delantero mixto con mucha movilidad, que quiere aprovechar los espacios libres”.
Rafael Santos Borré y Néstor Lorenzo. Foto:EFE
Rafael ya tiene 27 años y cumplirá 28 el 15 de septiembre. Ya tiene un recorrido, kilómetros por el césped, y goles. Ha vestido pocas camisetas, pero todas han sido especiales, muestras de fidelidad. Cali, Villarreal, River Plate, Eintracht Frankfort han sido testigos de su juego. Y acaba de llegar al Werder Bremen para seguir su historia, la que empezó en Barranquilla, donde nació y vivió hasta los 4 años. Luego, cuando sus papás se separaron, él se fue con su padre a Valledupar, donde hacia sus goles de barrio. Cuando el Cali se fijó en él, ya era un joven goleador. El comienzo fue adverso. Le costó adaptarse a la ciudad, pero lo hizo. Y debutó rápido con el DT Leonel Álvarez. Empezó a jugar, a hacer goles, y no paró: ganó una Liga y una Superliga. Y si no es caleño de nacimiento, lo es de adopción: dice que es hincha de Junior, pero que lleva a Cali en el pecho.
En la Selección Colombia juvenil hizo un gran Suramericano y Mundial sub-20 en 2015. Así que por ese entonces hacía méritos para que algún ‘grande’ lo mirara, y fue cuando apareció Atlético de Madrid, que lo fichó, aunque lo cedió primero al mismo Cali y luego al Villarreal, en el que jugó una temporada. Y cuando ya tenía esa experiencia europea, dio la vuelta a Suramérica y se fue a River Plate, donde ganó mucho, dos Supercopas, la Copa Libertadores y la Recopa Sudamericana. Se convirtió en el máximo goleador de la era del DT Marcelo Gallardo. Pero quería volver a Europa y triunfar. Así que se decidió por Eintracht, donde ganó la Liga de Europa.
Rafael santos Borré celebra su golazo. Foto:EFE
Llegar a la Selección fue de espera y paciencia. Empezó a ser convocado por el DT Reinaldo Rueda en la eliminatoria fallida hacia Catar. Borré encontró un puesto, pero como no hizo goles, pues se rajó, como todos.
El hoy es esperanzador. Ya Borré hizo el primer gol, con ese cabezazo sostenido por el aliento de todo un país. Y cuando anotó, celebró con su rigor militar, la mano en la frente, la mirada en las tribunas y el pecho salido, como para que le pongan la primera medalla por ser el comandante que pone a marchar a la Selección.