Hernán Torres tiene una marca en el fútbol profesional colombiano: es el único técnico que ha salido campeón tanto en la A como en la B. En la primera división lo hizo con Millonarios, en 2012-II, y en la segunda, volvió a poner al América de Cali en el sitio que le corresponde, en 2016.
A Torres le faltaba cumplir un sueño y lo hizo este domingo. Salió, por fin, campeón con el Deportes Tolima, el equipo de su corazón, con el que comenzó como técnico y con el que también hizo la mayor parte de su carrera como jugador.
Torres fue arquero como jugador activo. Llegó al puesto por casualidad. Era puntero izquierdo en el colegio San Simón, de Ibagué. Un día, el portero no llegó y a Torres le tocó ponerse los guantes. No se los quitó en muchos años.
“El profesor de educación física me puso a mí porque era el más alto, y luego me gustaron el arco, las voladas que me hice, y desde ahí me dediqué a eso”, le dijo Torres a EL TIEMPO en 2014.
Tenía talento y eso le permitió, primero, llegar a las selecciones del Tolima, luego al equipo profesional, en 1980, y después a la Selección Colombia: fue al torneo Esperanzas de Toulon (Francia), en 1981, y ese mismo año lo llamaron a otro torneo juvenil, la copa Pablo Machado de Carvalho.
Pero su mejor momento con la Selección fue cuando el equipo fue subcampeón de los Juegos Odesur, en 1986, lo que le permitió ir a los Juegos Panamericanos de Indianápolis, un año después. Fue un equipo armado a las carreras: Jorge Luis Bernal, DT del Deportes Tolima en ese momento, tomó la base de su equipo y lo reforzó con lo mejor que encontró de los equipos que no habían entrado al octogonal final.
Un partido marcó su carrera: en 1987, Cali goleó 8-1 al Tolima. Jorge Aravena hizo cinco goles. Torres atajó solo el primer tiempo. Pero luego, tuvo su revancha contra el chileno.
“Volví a enfrentar a Aravena con el Deportes Quindío, al año siguiente, y ahí no me hizo ningún gol, no me pudo hacer gol, esa fue mi revancha, que nadie la conoce. No recuerdan que fui figura en la victoria contra Cali, le saqué varios tiros libres en ese partido, que jugamos en Armenia”.
Aravena era un extraordinario cobrador de tiros libres. Y Torres recuerda muy bien cómo lo controló. “Un técnico chileno que me encontré en los Panamericanos de Indianápolis me dijo que no le pusiera barrera. Yo le hice caso: no convirtió y luego me tomé confianza”, dijo.
Estuvo 18 años como arquero: pasó por Tolima, Quindío, Pereira, Nacional (donde no jugó un solo minuto), Huila, Medellín, Once Caldas y Millonarios. También jugó en la B, en Bello, Lanceros y Cooperamos Tolima. Se retiró en 1988.
Lo más curioso de la carrera de Torres es que no solo no estaba en sus planes ser arquero, sino que tampoco pensaba, inicialmente, en ser técnico. “Mi ilusión era ser un buen entrenador de arqueros, era lo que yo pensaba. Luego vi que tenía vocación para ser técnico y ahora soy feliz”, confesó.
(Prince) me decía que para ser un buen número uno había que ser un excelente número dos, y que yo lo era. Tengo la escuela de Prince, muy agradecido con todo lo que ha hecho”.
Fue asistente de Miguel Augusto Prince (hoy, gerente del Tolima) durante seis años y en tres equipos distintos, Tolima, Pasto y Millonarios. Estudió en la Escuela Nacional del Deporte. Y, por fin, le llegó su hora de asumir.
“En el 2007 integro el cuerpo técnico con (Jaime) De la Pava, y en marzo, cuando el senador (Gabriel Camargo) decide sacarlo y me deja encargado a mí. Ahí arranqué como técnico hasta el 2011, cuando renuncio y me voy para Itagüí”, recordó.
Fue finalista con Tolima en 2010: perdió con Once Caldas. En 2012 le dio la estrella 14 a Millonarios. En 2014 volvió a llegar a la disputa del título, con Medellín: Santa Fe le quitó la ilusión de título. Luego ascendió al América, volvió a Águilas Doradas, dirigió en Perú y Costa Rica, estuvo en el Bucaramanga y el año pasado volvió al Tolima. Y la vida lo premió con un título.
José Orlando Ascencio
Subeditor de Deportes
@josasc