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Alberto Gamero, un campeón de fútbol, lucha, trabajo y fe
El técnico de Millonarios tuvo una emotiva reacción tras conseguir la estrella 16.
Alberto Gamero con el trofeo y antes, llorando en el banco, junto a Orlando Rojas. Foto: Millonarios FC y @valen_rincon11
Alberto Gamero vivió con mucha emoción su hora más feliz como técnico de Millonarios. Una vez Larry Vásquez engañó a Kevin Mier, portero de Atlético Nacional, y colgó la estrella 16 en el escudo albiazul, se sentó a llorar en el banco, acompañado de su fiel escudero, Orlando Rojas.
El samario, sentado en su oficina, el banco norte de El Campín, parecía estar en un mundo aparte, mientras 35.000 personas estallaban de alegría a su alrededor. Rojas, muy lejano de la recia imagen que tenía como jugador (un zaguero central que pegaba durísimo, con una melena negra que ya no conserva), trataba de consolarlo. “Lo logramos, lo logramos”, le decía mientras lo abrazaba.
Nadie lo merecía más que él. A veces el fútbol es Justo. Gracias a la vida por ver este momento tan especial. 💙🙏🏻 pic.twitter.com/x88cOzYn1W
— Valentina Rincón⚽️ (@Valen_Rincon11) June 25, 2023
Gamero, por fin, logró lo que quería: salir campeón de Liga con Millonarios, y de paso se convirtió en el segundo técnico que gana el título con tres equipos distintos (Boyacá Chicó, Tolima y ahora Millos) y, además, lo logró como jugador y técnico. El otro es una leyenda, el médico Gabriel Ochoa Uribe.
Cuando volvió a la realidad, Gamero salió corriendo al camerino. Tenía que cumplir una cita. “Fue a buscar a la madre, a la Virgen Milagrosa. Es devoto de ella. Hoy (sábado), milagrosamente, llegó a su oficina una virgen de un metro que buscó por mucho tiempo y alguien se la mandó”, le dijo su esposa, Cristina Góngora, a Win Sports. “Alberto no ha hecho más que confiar en él, en ella y en su trabajo y nos salió todo”, agregó.
A la ayuda divina, Gamero le sumó mucho trabajo acumulado. Con la paciencia de los directivos, Tito se ganó su confianza y completó su sexta Liga al frente de Millonarios. Después de una eliminación en su primer torneo, el del comienzo de la pandemia, en 2020, ya venía coqueteando con la estrella.
El premio a su insistencia fue imponerse en una final que todos los hinchas azules querían ganar. Al frente estaba Nacional, uno de los dos grandes rivales históricos, con el que había una deuda pendiente desde 1989.
“Estos muchachos se dieron cuenta de la grandeza que tienen. Trabajaré para lograr esto, ellos lo pensarán y hoy fue muy bonito. Ellos querrán repetir este logro. Lo estábamos buscando, es un proyecto que se comenzó y es valeroso. Aquí lo que se hace es bueno. Me siento feliz llegando a la sede, llegan temprano los jugadores a mejorar, a esos trabajos complementarios. Juegan como yo quiero y eso me alegra, me alegra que salgan a disfrutar”, explicó Gamero en la rueda de prensa posterior al partido.
Cambios para mejorar
Gamero tuvo que cambiar, en parte, la forma de jugar de Millonarios para, por fin, levantar el trofeo de campeón y colgarse la medalla en el cuello. También lo hizo obligado por las circunstancias y los planes de un club que también tiene entre sus objetivos vender jugadores. Antes de comenzar este semestre, Carlos Andrés Gómez fue vendido al Real Salt Lake, y Daniel Ruiz se fue en préstamo al Santos de Brasil.
Lo primero que tuvo que hacer Gamero fue encontrar una manera de jugar distinta, con el regreso de piezas como Daniel Giraldo y Fernando Uribe, y con la llegada del goleador de la Liga del semestre pasado, Leonardo Castro. Eso lo obligaba a que Millos tocara menos la pelota y fuera más directo. Y eso comenzó a notarse: menor número de pases, menos remates, pero más efectividad.
No hay mayor reconocimiento para un DT que ver el agradecimiento, cariño y respeto de sus dirigidos en la victoria 🏆Ⓜ️…
— La Página Embajadora 🌟 (@LPEmbajadora) June 25, 2023
El otro tema que puso a pensar a todo el cuerpo técnico encabezado por Gamero es que, aparte de la Liga, estaba el compromiso de la Copa Libertadores, inicialmente, y luego de la Sudamericana, a la que cayó tras quedar afuera de las fases previas.
Gamero había trabajado con planteles de entre 27 y 29 jugadores, en los que fue promocionando algunas caras nuevas.
Este semestre, 35 jugadores pisaron una cancha profesional con el escudo albiazul en el pecho, entre ellos cuatro debutantes absolutos (Luis Andrés Paredes, Beckham Castro, Jhoan Hernández y Kevin Cortés) y otros tres que, prácticamente, también lo eran, pues apenas traían un puñado de minutos del 2022.
Beckham David Castro (11) jugó su primer partido como titular con Millonarios. Foto:Sergio Acero Yate. EL TIEMPO
Uno de ellos, Óscar Cortés, se volvió la nueva joya de la corona, brilló en el Suramericano Sub-20 y luego en el Mundial, ya está en la Selección de mayores y ahora está en primera fila para irse al exterior: se dice que ya está listo para irse al Lens, de Francia, aunque los directivos azules no lo confirman.
El resultado de todo esto fue un equipo menos vistoso pero, igual, sólido, al que además se le sumó una dosis de carácter. “Yo les decía a ellos que hicimos 55 puntos en seis meses, no es fácil. Nosotros sabíamos que hacíamos cosas buenas. Este equipo intentaba jugar bien. Decíamos que si el fútbol fuera justo y Colombia hiciera los torneos como en otros lados, ya habríamos sido campeones hace resto. Teníamos que jugar cuadrangulares”, dijo Gamero.
La final contra Nacional fue bien complicada. Los verdes jugaron a defenderse en el partido de vuelta, un estilo de juego bien alejado de su historia, pero que no deja de ser válido. Y así complicaron a Millonarios en el primer tiempo: se fueron en ventaja al camerino con una efectividad total: llegaron una sola vez y fue gol. En el segundo, Millos logró conseguir el empate y pudo seguir de largo.
“Yo, por lo menos, les decía que el mundo no se iba a acabar, pase lo que pase, así no hubiéramos ganado. No soy el mejor hoy, pero tampoco iba a ser el peor por la derrota”, aseguró el samario.
Incluso, Gamero llegó tranquilo a la instancia de la definición desde el punto penalti, sin recordar, en ese momento, que sus dos primeros títulos de Liga, con Boyacá Chicó en 2008 y con Tolima 10 años después, los logró por esta vía.
Cuerpo técnico de Millonarios: Felipe Palmezano, Orlando Rojas, Alberto Gamero, Óscar Cortés y Catalina Chica. Foto:Mauricio Moreno. EL TIEMPO
“Me acordé después. Le pregunté a Rojas si habíamos quedado campeones en Medellín por penaltis, con (Álvaro) Montero. Tenemos confianza y este equipo todos los días cobra. Ellos se dan duro eso. Teníamos la seguridad de tener dos buenos porteros. Si hubiera tapado (Juan) Moreno, fenomenal. Teníamos jugadores con confianza para cobrar”, explicó.
No hay tiempo para festejos. Millonarios tiene otra cita con su historia, la de la Copa Sudamericana. Este lunes viaja a Argentina para enfrentar el jueves a Defensa y Justicia. “Hoy somos campeones, el lunes tenemos que viajar, otro juego más. Ellos saben que el festejo es corto, tenemos otro peldaño. Vamos por más triunfos, a darle satisfacción a la hinchada”, concluyó.
Las lágrimas le salieron del alma. Fue un desahogo total. Gamero ya cumplió su objetivo en la Liga. Pero quiere seguir. Hay un torneo internacional por delante y también, una nueva Liga que comienza en un par de semanas. El samario confía en su trabajo y en su ayuda divina.