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De contar la guerra en tejidos a tejer tapabocas con amor

Las Tejedoras de Mampuján empezarán a vender sus productos por internet.

Las tejedoras han sido apoyadas por La Empatía y Artesanías de Colombia. Fotos: Cortesía de las Tejedoras.

Las tejedoras han sido apoyadas por La Empatía y Artesanías de Colombia. Fotos: Cortesía de las Tejedoras. Foto: Cortesía Tejedoras Mampuján

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El fotógrafo Jesús Abad Colorado llegó al stand de las Tejedoras de Mampuján en Expoartesanías y se enamoró inmediatamente de la obra de Carmen Alicia Hernández, quien le empezó a contar una historia sobre un gallo que tuvo su papá años atrás, y que ese animal estaba reflejado en ese tejido de una forma casi que desproporcionada pero hermosa. Abad, sin dudarlo, lo compró y se lo llevó para su casa.
Las Tejedoras le habían dicho a doña Carmen que no hiciera ese gallo así. Pero con la compra por parte de alguien que tiene el ojo entrenado para encontrar la belleza de la vida en medio del caos reafirmaron que ellas lo que hacen es plasmar sentimientos en sus telas.
Una de las protagonistas de esa historia es doña Carmen, una mujer de 89 años con una incapacidad en una de sus manos. Pero eso no le impide hacer puntadas. Los y las demás protagonistas son una línea fundadora de 15 mujeres y alrededor de 70 personas más que se han unido al proyecto.
Los diseños se inspiran en las costumbres de la comunidad.

Los diseños se inspiran en las costumbres de la comunidad. Foto:Cortesía Tejedoras Mampuján

Durante años, este grupo liderado por esas mujeres ha tejido para figuras públicas y ha expuesto en grandes eventos, y sus primeros tejidos en los que registraron el horror que experimentaron ahora forman parte de la exposición de memoria histórica del Museo Nacional. Podría decirse que la habilidad de esta comunidad es la de la adaptación por medio del tejido.
Ahora, cuando el sector de las artesanías es uno de los más afectados por la cuarentena y la pandemia, las Tejedoras decidieron empezar a hacer tapabocas con los diseños que caracterizan sus tejidos tradicionales.
Juana Alicia Ruiz Hernández es hija de doña Carmen y es una de las mujeres fundadoras de las Tejedoras. Desde su pueblo cuenta orgullosa: “El tapabocas queda muy lindo. Todas las tejedoras empezamos a trabajarlos desde hace unos días. Ya vamos unos 200 de muestra. Averiguamos cuál es el tipo de tela adecuado, preguntamos a epidemiólogos y, de acuerdo a lo que encontramos, podíamos hacerlo. Usamos varios tipos de tela para que las micropartículas ni salgan ni entren”.
En este momento están todavía en la fase de estudio productivo: cuántos tapabocas pueden producir, cómo los pueden distribuir, a qué precio. Para esto también están siendo asesoradas y van a crear una cuenta en Instagram y a vender por internet.
“Nosotras no podemos salir a vender nuestros tejidos. Teníamos varias ferias y exposiciones, y todas las cancelaron… Nuestras obras se están acumulando y de esto vivimos muchos acá”, cuenta Juana Alicia. No obstante, señala: “Nos adaptamos así como lo hicimos en tiempos de guerra, y por eso empezamos a hacer tapabocas”.
Y es que la reinvención tiene a veces unos extraños ciclos. Hace poco más de 20 años, el 10 de marzo del año 2000, paramilitares del bloque Héroes llegaron a Mampuján el Viejo, un asentamiento campesino ubicado sobre la ruta que utilizaba el Frente 35 de las Farc para trasladar secuestrados entre las poblaciones costeras y los Montes de María.
Esa ubicación llevó a que los paramilitares acusaran de auxiliadores de la guerrilla a los pobladores del corregimiento. Aproximadamente 245 familias, unas 1.300 personas, tuvieron que abandonar su tierra.
Estas se trasladaron temporalmente a la alcaldía de María La Baja cuando el párroco compró un terreno y lo donó titulándolo colectivamente. Actualmente, viven en ese terreno denominado Mampuján el Nuevo. Allí han contado con el apoyo de Acción contra el Hambre y de la Comunidad Europea.
Tiempo después, Teresa Geiser, una hermana menonita norteamericana que había estado en El Salvador trabajando con víctimas del conflicto de ese país, llegó a la comunidad y les enseñó a las mujeres la técnica del quilt, la cual utilizan en Norteamérica para hacer colchas.
“Era una técnica muy complicada y nos terminaba estresando, entonces le propusimos hacerle variaciones y de ahí resultaron nuestros tejidos”, cuenta Juana Alicia.
Las mujeres de Mampuján resultaron cosiendo grandes telas donde plasman sus vivencias y sus traumas. Los temas de las mantas son el proceso de esclavización desde África, los palenques, el desplazamiento y los crímenes cometidos contra sus habitantes, así como su entorno, la naturaleza y sus tradiciones.
Las mujeres sostienen que hacer y coser las mantas les ha servido de terapia para superar los traumas, porque mientras las hacen conversan acerca de cada caso y de esta manera socializan los sufrimientos.
“Cada obra lleva un pedazo de historia, de la vida que hizo la obra, y queremos que eso también vaya en el tapabocas. Además, tratamos de que cada diseño sea original, sea diferente uno del otro”, cuenta orgullosa Juana Alicia.
Simón Granja Matias 
Redacción Domingo 

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