¿Quién está detrás de Acción Poética?

Todos en algún momento hemos visto el trabajo de Armando Alanís Pulido, pero casi nadie podría reconocerlo en la calle, a pesar de que es fundador a nivel mundial del movimiento Acción Poética.

Su arte se ha manifestado de forma física y también digital en 30 países, el último de ellos es Australia, desde donde sus seguidores le mandan fotos con las frase “sin poesía no hay ciudad”, el lema de Acción Poética, el movimiento urbano que fundó.

En 1996, Armando empezó a pintar paredes de blanco para plasmar sus frases cortas y potentes, a lo largo de Monterrey, Nuevo León.

A partir de ese momento, el movimiento fundado por ‘El Bardo de las Bardas’, como también lo llaman, ha llegado a las calles de 175 ciudades mexicanas, con lo que ha acercado la poesía a toda la población.

Armando explica sus razones para comenzar este movimiento. “Acción Poética es la búsqueda y al mismo tiempo la apropiación de espacios públicos mediante el verso, mediante lenguaje poético. Exponer ese lenguaje a más personas y convertirlo en parte del paisaje cotidiano es la idea”, dice el artista, quien recientemente recibió un reconocimiento en el Congreso de Nuevo León.

Pero su trabajo no se ha quedado en los muros físicos, también ha llegado a los de Facebook, en donde tiene miles de seguidores. “En redes sociales, por ejemplo, sumando los seguidores de las más de 500 páginas, somos millones”, presume.

Acción Poética ha llegado a Argentina, Colombia, Chile, Italia y España, entre otros países, en donde crean espontáneamente sus propias páginas de Facebook y comparten sus ideas, algunas de las cuales recoge ‘El Bardo’ en la página oficial.

Según Armando, “las redes sociales han ayudado”, pero explica que en su movimiento “el muro real se apoya en el muro virtual”.

Los muros son lo suyo. Armando y Acción Poética han llegado hasta el muro fronterizo, en donde pintó una de sus frases favoritas: “También de este lado hay sueños”.

Para ser parte de este movimiento de arte urbano “no es necesario ser poeta aunque todos tenemos un poco de eso”; sin embargo, entre las reglas está el no escribir sobre política ni religión. De hecho, la mayoría de los versos van por un tono de amor.

“Para no entrar en discusiones estériles, hay muchas vías para hablar de eso (religión y política). Confieso que de repente un verso amoroso puede tener mucho contenido político, el amor, lo amoroso, es lo nuestro, es nuestro lenguaje y por ahí nos vamos, es lo que más me interesa”, cuenta para El Universal.

Por su poesía, la cual practica no solo en los muros, sino también en los libros, Armando ha recibido diversos galardones. Por ejemplo, el Premio de Nacional de Poesía Joven Ubaldo Ramos (1998), el Premio Internacional de poesía Nicolás Guillén (2008) y el Premio Nacional de Poesía Experimental Raúl Renán (2009), así como la medalla al mérito cívico Diego de Montemayor, otorgada por Monterrey a sus ciudadanos distinguidos.

A pesar de los premios, de la influencia en las calles y en las redes de todo el mundo, ‘El Bardo’ ha tenido que buscar opciones para financiar su labor poética. “Es muy difícil vivir de ser escritor en este país”, lamenta.

Armando, quien ronda los 40 años, recomienda a los poetas, jóvenes y viejos “leer a los viejos, leer a los jóvenes” y, claro, no olvidar que “sin poesía no hay ciudad”.

CAROLINA GARCÍA 

El Universal (México) - GDA