Con la sencillez como tarjeta de presentación, Maria Luiza de Arruda Botelho Pereira de Magalhães, el verdadero nombre de Mallu Magalhães, es un fenómeno musical salido de São Paulo (Brasil), que, con su voz cálida pero firme, suma ya cerca de 25 millones de visualizaciones en YouTube.
Reside en Campo de Ourique, ciudad portuguesa cercana a Lisboa, y se encuentra inmersa en plena gira por Europa de su último disco ‘Vem’.
Musicalmente, ¿cómo se define Mallu Magalhães?
Mi trabajo es algo entre la música brasileña y las músicas del mundo. Mi musicalidad es muy íntima, donde expreso mis experiencias personales y también es un reflejo de ser brasileña y estar siempre moviéndome por todo mundo.
Ha interpretado temas de Paul McCartney, de Bob Dylan, de Johnny Cash, ¿cuáles son sus referentes musicales?
Mi primera referencia es el ‘folk’ americano y la música popular brasileña. También me he inspirado en el jazz de mi abuelo y en la ‘bossa nova’, por ser una gran seguidora de Nara Leão. Después empecé a escuchar samba y a tocar la viola durante cinco años. Escucho mucho a Henry Mancini, Luiz Bonfá y Nat King Cole.
Comenzó a tocar el piano a los nueve años pero, ¿cuándo y por qué siente que se tiene que dedicar en cuerpo y alma a la música?
Creo que la música me vino a buscar. Vino como manera de liberar mis sentimientos, impulsos y aflicciones, y rápidamente se convirtió en una profesión. Las cosas caminaron juntas y la libertad venía, tanto de la profesión como de la dedicación y la producción artística. Y fui siguiendo ese camino natural, sin prisas.
¿No le surgieron dudas?
En las épocas de menos retorno financiero o mayor desafío emocional tuve miedo de haber tomado el camino equivocado, porque he abandonado muchas cosas, como los estudios. Pero bastan unos días sin tocar para que, al reencontrarme con algún instrumento, me quede claro que necesito la música y que, aun con cualquier dificultad que venga, la amo profundamente.
Se mueve por una enorme cantidad de ritmos, pero con raíces en el folk y el pop rock. ¿Siguen siendo sus referentes?
Sí, a veces más, a veces menos... Depende del día, de la fase, de la hora... Bob Dylan es un referente para mí, cuyo cancionero, tal vez por ser tan rico y extenso, sigue teniendo sentido para muchos momentos de mi vida.
¿Cómo se siente mejor: cantando en portugués o en inglés?
Me gustan los dos idiomas. Fue muy extraño para mí cantar en portugués porque me sentía más segura en inglés. Representaba para mí una forma de destacar, formaba parte de mi infancia cuando, siendo una niña de nueve años de edad, cantaba temas de Bob Dylan y Johnny Cash, con toda la emoción y el sentimiento, algo que los adultos adoraban. Tenía un pequeño grupo de tres amigas que bailaban, mientras yo cantaba y tocaba la guitarra, y pedíamos monedas en las plazas, por diversión. Y ganábamos más interpretando temas de Johnny Cash o Elvis... Pero mi inglés nunca fue fluido, componía las canciones con el diccionario en la mano y haciendo mil intentos...
De usted dijo ‘The New York Times’ que es una autora muy “sensible”. ¿Qué puede decir al respecto?
Me parece bastante precisa. Con el tiempo, y tras la maternidad (tiene una hija de tres años), me he quedado más ponderada, me he convertido en una mujer de menos “extremos”, algo novedoso para mí.
¿Qué representa para usted la plataforma YouTube y los millones de visitas que tienen sus canciones?
Confieso que no sé exactamente cómo están los números ahora, evito ver mis cosas en internet, porque soy muy insegura. Coloco allí mi trabajo, pero luego trato de pensar en otras cosas.
¿Qué son las redes sociales en el desarrollo de la carrera de una artista joven?
Me parece fundamental. Tanto para construir como para alimentar al público base y también para que la música llegue a más personas. Es interesante ver cómo las redes sociales y el comportamiento de la sociedad van cambiando. Es bueno estar atenta y usarlas para estar presente y acompañar al público, aunque eso para mí sea un desafío. Creo que todos estamos aprendiendo a lidiar con esta nueva forma de vivir, con toda esta exposición y aflicción.
¿Qué representan para usted las actuaciones en España y las de su gira europea?
Representa un nuevo paso en mi vida y carrera. Ya viví en Portugal hace unos años y creo que será bueno aprovechar esta cercanía. Tengo mucha curiosidad por las ciudades que no visité y tengo mucho cariño por las que he conocido.
¿Cantará Mallu Magalhães algunos de sus temas en español?
Escucho mucha música en español y tengo inmensa voluntad de intentarlo, pero me da un poco de vergüenza. Con este viaje a España, empecé a enamorarme del idioma y estoy decidida a aprender.
¿Nota diferencias entre el público que va a sus conciertos en los diferentes países? ¿Tiene alguno favorito?
Es diferente con base en la hora, día y local del espectáculo o propiamente por la ciudad. Un recital en festivales diurnos son una cosa y los de noche, otra cosa. También trabajar en un teatro es otra diferente. Cada momento tiene una belleza única y muy especial, y es divertido analizar el repertorio de canciones para conectarnos con el público conforme a la ocasión. Mi idea es sentir el momento y estar junto al público.
¿Cuáles son sus proyectos y cuándo tiene previstas sus próximas giras en el continente americano?
Mi último concierto será en Holanda este diciembre. Me voy a dedicar a terminar nuevas composiciones, y grabar el nuevo disco y los videos. Estoy animada para la próxima gira, porque mi hija cumple tres años el mes que viene y ya puedo aceptar más invitaciones para actuar. Me he concentrado en Brasil y Europa, pero tal vez ahora pueda volver a Estados Unidos y a los países vecinos a Brasil, que sería un gran placer.
MIREIA SICILIA
EFE Reportajes