Pablo Escobar: la historia de la bomba en el edificio Mónaco que desató una guerra

En un oscuro episodio que marcó un antes y un después en la historia del narcotráfico, el edificio Mónaco, residencia emblemática del narcotraficante Pablo Escobar Gaviria, fue sacudido por una explosión que desencadenó una brutal guerra entre cárteles en la década de 1980. Este suceso, ocurrido hace más de tres décadas, sigue siendo recordado como un punto de inflexión en la lucha contra el crimen organizado en Colombia.

(Lea también: 30 años después, el general (r) Óscar Naranjo revela detalles de la caída de Escobar).

Pablo Escobar fue uno de los narcotraficantes más poderosos de la historia, nacido en Rionegro, Colombia, en 1949. A lo largo de la década de 1980, Escobar lideró el temido Cartel de Medellín, controlando gran parte del tráfico mundial de cocaína. Su imperio criminal lo llevó a construir una fortuna colosal, convirtiéndolo en uno de los hombres más ricos del mundo según la revista 'Forbes'.

Conocido como el 'Rey de la Cocaína', Escobar era famoso tanto por su brutalidad como por sus intentos de presentarse como un 'Robin Hood' colombiano, utilizando parte de sus ganancias para construir hospitales, escuelas y viviendas para los pobres. Sin embargo, su benevolencia estaba teñida de violencia, ya que su reinado estuvo marcado por asesinatos, secuestros y una guerra brutal contra el gobierno colombiano y otros carteles rivales.

La persecución intensiva llevada a cabo por las autoridades colombianas y estadounidenses culminó en su muerte en 1993, cuando fue abatido por la policía en Medellín. El legado de Pablo Escobar perdura como un recordatorio sombrío de los peligros del narcotráfico y la influencia corruptora del crimen organizado.

(Siga leyendo: Las horas finales de Pablo Escobar, al descubierto por el general que lo persiguió).

El 13 de enero de 1988, un atentado con bomba devastó parte del Edificio Mónaco, ubicado en el exclusivo barrio de El Poblado en Medellín. El blanco era claro: Pablo Escobar, líder del poderoso Cartel de Medellín.

Según el portal 'Hacemos Memoria', este icónico edificio era una de las muchas propiedades de Escobar. Construido en respuesta a la presión gubernamental por los tratados de extradición con Estados Unidos, el Mónaco se convirtió en un símbolo de la desafiante opulencia del narcotraficante.

A pesar de que las autoridades conocían la autoría de los crímenes cometidos por Escobar y sus seguidores, esto no impidió que él adquiriera dos mansiones en el barrio Santa María de los Ángeles en El Poblado, Medellín. Sin obstáculos, derribó las mansiones y erigió el Edificio Mónaco, un imponente edificio de ocho pisos y 4,600 metros cuadrados.

Sorprendentemente, Escobar, el hombre más buscado en el mundo, se mudó con su familia en 1986, viviendo públicamente en la nueva adquisición. 

Los problemas para el Mónaco comenzaron el 13 de enero de 1988, cuando un atentado con 80 kilos de explosivos, perpetrado por el Cartel de Cali, sacudió el edificio.

Aunque ningún residente murió, el ataque dejó tres muertos, diez heridos y causó daños significativos en el área circundante. Este evento marcó el inicio de la guerra entre los cárteles de Medellín y Cali, cuyo desenlace sangriento es parte de otra historia con secuelas que perduran.

Cuando las autoridades ingresaron al Edificio Mónaco después de la explosión, se encontraron con un nivel de lujo que confirmó las sospechas que rodeaban el lugar. El edificio albergaba doce apartamentos de lujo y un penthouse, cada uno equipado con depósitos, jacuzzis, gimnasio y salas de billar.

Además, disponía de 34 puestos de estacionamiento ocupados por autos deportivos. Las lujosas instalaciones incluían dos piscinas, una cancha de tenis y una impresionante colección de obras de arte, destacando nombres como Fernando Botero, Enrique Grau, Alejandro Obregón, una escultura de Auguste Rodin y otra del maestro Rodrigo Arenas Berancourt llamada 'La nueva vida'.

(De interés: El turismo ‘Pablo Escobar’: entre el morbo y memoria de una época que marcó a Medellín).

Después de la explosión en 1988, el Edificio Mónaco tuvo varios destinos. En 1989, la Dirección Nacional de Estupefacientes lo cedió a la Asociación Cristiana de Asistencia y Rehabilitación (Asocar).

En 1997, pasó a manos de la empresa social del Estado Carisma, dedicada a la rehabilitación de adictos, pero abandonó el lugar en 1998 por falta de recursos. Luego, en 1999, se decidió que sirviera como sede del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía, pero un ataque con armas y un carro bomba en 2000 llevó a la Fiscalía a abandonar el edificio.

Después de pasar por diversas situaciones, en 2003 la Fiscalía lo ocupó como sede istrativa. Sin embargo, en 2008, eventos burocráticos llevaron a la creación de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), que asignó la istración al Ministerio de Defensa.

En 2010, la Fiscalía se trasladó y surgieron planes para convertir el Mónaco en una sede de inteligencia policial, pero la liquidación de la Dirección Nacional de Estupefacientes generó confusión. En 2015, la Policía aceptó el edificio, respaldada por el entonces alcalde Aníbal Gaviria.

Federico Gutiérrez, al asumir la alcaldía en 2016, se opuso al proyecto y, ante el auge del turismo relacionado con Escobar, decidió demoler el Mónaco en 2019, estableciendo un parque conmemorativo en su lugar.

Finalmente, en un intento de redignificar a las víctimas del narcotráfico, la alcaldía acordó la implosión del Edificio Mónaco en febrero de 2019. En su lugar, hoy se erige el Parque Conmemorativo Inflexión, recordando las consecuencias de la violencia ligada al narcotráfico en Colombia.

A lo largo de 'El camino de los héroes', se encuentran nueve espacios con imágenes y frases de personas de la época, todas expresando rechazo hacia las acciones violentas y la coyuntura del país.

En uno de los textos grabados en el parque se destaca la historia del narcoterrorismo en Medellín, mencionando que en 1989 estallaron 71 bombas en la ciudad y su Área Metropolitana, marcando el punto máximo de esta violencia.

En entrevista con Infobae, Manuel Villa, quien lideró la construcción del parque en aquel momento, reflexiona sobre el proceso de transformación: "Nosotros estuvimos de acuerdo con la posición de los vecinos e intentamos ver otras posibilidades y ahí nos surge la pregunta de qué hacer con el edificio Mónaco".

El resultado es un espacio que conmemora el pasado oscuro de Colombia y busca fomentar la reflexión sobre las consecuencias de la violencia ligada al narcotráfico.

MARÍA CAMILA SALAS V

REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL

EL TIEMPO