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Noticia
El colombiano que se hizo famoso por cuidar ancianos cuando era niño: ya tiene fundación
Cuando Albeiro Vargas tenía ocho años le enseñaba leer y escribir a los adultos mayores.
Esta es su historia. Foto: TikTok: @fundalbeirovargas /Archivo particular
Era la década de los 80, Albeiro Vargas, quien apenas tenía ocho años, se hizo conocido por su historia: ayudaba a cuidar ancianos desamparados. El periodista francés Tony Comitti vio al menor en Bucaramanga y, para su sorpresa, en vez de estudiar, le enseñaba a leer y escribir a un adulto mayor. Al conocer su historia de vida realizó un documental que lo hizo mundialmente conocido.
Incluso, EL TIEMPO sacó la historia del niño en aquel entonces. En dicho artículo se dio a conocer que él buscaba ayuda para atender a 40 ancianos y, en un viaje a Bogotá, se iba a reunir en el Palacio de Nariño, con la esposa del entonces Presidente Cesar Gaviria, Ana Milena Muñoz.
"El grupo es atendido directamente por el niño, que se encarga del suministro de alimentación, dispensa, cuidados a sus pacientes y les busca auxilio médico y drogas cuando lo requieren", compartió el diario en su momento.
Tony Comitti cubría algunos temas sociales que pasaban en Colombia para un canal de Francia. Un día, en el oficio, no esperó dar con la casualidad de encontrarse con la historia de un pequeño que vivía en la pobreza, pero su amor y sentimiento por ayudar a los demás era inminente.
El periodista reveló al diario 'BBC' como se enteró de Albeiro Vargas: "Yo estaba en la peluquería (...). Vi su historia en el diario El TIEMPO y pensé que sería una historia positiva, algo que ayudaría a motivar a las personas".
La historia de Albeiro Vargas
En la actualidad, Albeiro Vargas ya no es un niño, tiene 45 años, pero sus sentimientos y objetivos se mantienen intactos. Cuando era pequeño, sus padres, quienes vivían en el Norte de Santander, tuvieron que abandonar su hogar. "Junto con mi papá, mi mamá decide huir y salir corriendo para proteger a mis hermanos mayores con tal de cuidar su vida, que no se fueran a ir a los grupos armados. Y así llegan ellos a una zona de invasión en el norte de Bucaramanga", dijo el hombre a 'BBC'.
Cuando tenía seis años, se enteró de que su abuelo paterno llegaría a vivir con ellos. Sin embargo, el adulto mayor fue diagnosticado con cáncer y la posibilidad de ir al médico en esa época era difícil.
"Le enseñé los números del uno al diez, y las vocales. Me convertí en su profesor, porque todo lo que me enseñaban en la escuelita a los 7 años, yo se lo enseñaba a mi abuelo", dijo al medio mencionado.
Cuando falleció su abuelo, decidió buscar con quién jugar y se acercó a una de las señoras con el objetivo de poder hablar con ella, pero que, además, le enseñará a rezar el rosario.
Desde ese momento, conoció la historia de varios ancianos de su comunidad que vivían en condiciones precarias. Una de esas, la de una señora de más de 100 años, quien con profunda tristeza le dijo que no tenía comida y tenía mucha hambre. Con esta situación, el pequeño le robaba pan a su mamá y, ella, al enterarse de la situación, decidió darle un termo con café para repartir. "Fue así que para cuando yo tenía 8 años, ya tenía unos 20 amigos de entre 70, 80 y 90 años", dijo Albeiro Vargas al medio internacional.
Uno de los momentos que lo cambió todo fue con la llegada del periodista Tony Comitti, quien dio a conocer su historia, cuando la reveló a la cadena de televisión, más de 200 llamadas de personas que querían ayudar con la causa del niño. Fue aquel momento que, luego de treinta años, hizo posible la conformación de una fundación.
Según el sitio oficial, en el kilómetro 1 vía al Mar 9 -21, Puente Colseguros, Bucaramanga, Santander, se encuentra la Fundación Albeiro Vargas y Ángeles Custodios, un proyecto que cumplió su sueño de niño: tener un espacio para atender a los adultos mayores como debe ser.
El largo camino inició luego de conocerse su historia. A los 14 años empezó uno de sus primeros proyectos, el cual fue comprar una casa abandonada. Esta aún se mantiene y, según 'BBC', "hoy acoge a casi 500 ancianos".
Además, esta organización se asoció con 56 asilos de Santander para capacitar a varios cuidadores. También, aseguró que solo tienen 90 empleados y no son los suficientes. "Si hay algo para decir de mí, es que soy terco, pero es una terquedad justa, por defender los derechos de las personas de la tercera edad. Creo que es lo que me mantiene hoy, 39 años después, diciendo sí se puede", dijo al medio.
Campaña para evitar el abandono de adultos mayores