Mujer fue diagnosticada con cáncer de boca después de perder a su esposo por la misma enfermedad: el síntoma que ambos tuvieron y ella no ignoró

En 2001, Sonia Aparecida Burin Bernardi presenció cómo una simple afta llevó al diagnóstico de cáncer bucal en su esposo. Tras meses de estudios, una biopsia confirmó la presencia de metástasis en los ganglios linfáticos del cuello. Pese a someterse a cirugía, radioterapia e injertos, el hombre falleció en 2003.

Veinte años después, en 2022, la jubilada oriunda de Ribeirão Pires (São Paulo, Brasil) detectó una afta debajo de su lengua. Recordando la advertencia médica que recibió durante el tratamiento de su esposo —“una afta que dura más de dos semanas debe investigarse”—, decidió consultar con especialistas e insistió en una evaluación completa.

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Aunque la tomografía no reveló anomalías, una resonancia magnética evidenció una lesión sospechosa. Posteriormente, una biopsia confirmó el diagnóstico de cáncer de boca. El tratamiento incluyó una cirugía en la que se le extirpó el 20 % de la lengua, además de presentar metástasis en el cuello.

Bernardi, quien fumó durante casi 50 años, dejó el cigarrillo un día antes de su intervención. Se sometió a 30 sesiones de radioterapia y permaneció intubada durante siete meses. También perdió todos sus dientes y ahora utiliza una prótesis removible. Actualmente, continúa con rehabilitación fonoaudiológica para recuperar sus funciones orales.

El cáncer transformó de manera significativa la rutina de Bernardi, modificando su alimentación, su forma de hablar y su percepción sobre los tratamientos médicos. “No quiero que nadie me toque la boca”, expresó, en referencia a su negativa a realizarse implantes dentales tras la invasiva cirugía.

Uno de los aspectos que más destaca es la diferencia en los tratamientos disponibles entre su experiencia y la de su esposo. Durante la radioterapia, tuvo a un tratamiento con láser que le ayudó a evitar la aparición de úlceras en la mucosa, un recurso que su esposo no tuvo.

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La mujer señala la falta de campañas sobre el cáncer bucal y aboga por una mayor difusión de información en los servicios de salud. Su motivación para compartir su historia también está ligada a otra experiencia: en 2012, tras leer un artículo sobre herpes zóster en una revista, logró identificar sus propios síntomas y recibir el diagnóstico adecuado.

Según Erick Rauber, director de comunicaciones de la Sociedad Brasileña de Radioterapia (SBRT), el tabaquismo es la principal causa del cáncer oral, seguido por el consumo de alcohol. La combinación de ambos factores aumenta el riesgo de forma significativa. También se mencionan otras causas como el consumo de líquidos extremadamente calientes y la exposición solar en el caso de tumores en los labios.

El virus del papiloma humano (VPH) se relaciona más comúnmente con tumores de la orofaringe, no de la cavidad oral. Una de las señales más frecuentes del cáncer bucal es la aparición de una llaga que no cicatriza, especialmente debajo de la lengua o en el interior de las mejillas.

El diagnóstico temprano puede realizarse en una consulta odontológica. El dentista debe sospechar ante una lesión persistente, realizar una biopsia y derivar al paciente a un especialista. Al tratarse de un tumor visible, su detección puede ser más sencilla que la de otros tipos de cáncer en cabeza y cuello.

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El tratamiento estándar consiste en cirugía, radioterapia y, en algunos casos, quimioterapia. Aunque su propagación suele ser lenta, el cáncer bucal tiene alta tasa de recurrencia en la misma zona, por lo que la detección precoz es fundamental.

O Globo (Brasil) / GDA