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MK-Ultra: el programa secreto de la CIA destinado a encontrar formas de control mental
Este proyecto fue realizado entre los años 1950 y 1960, conozca los detalles.
El programa MK Ultra se inició por orden de Allen Dulles, el director de la CIA, en 1953. Foto: iStock
Hace 50 años, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, conocida popularmente como CIA, fue forzada a publicar documentos que confirmaron que había financiado experimentos de control mental, utilizando descargas eléctricas, drogas alucinógenas y otras dolorosas técnicas, que de manera frecuente dejaba sin conocimiento a las víctimas.
El proyecto MK-Ultra se convirtió en uno de los proyectos más oscuros y controvertidos en la historia de la CIA y que tuvo lugar durante la Guerra Fría. Este programa secreto, que operó durante las décadas de 1950 y 1970, ytenía como objetivo investigar y desarrollar técnicas de control mental para uso potencial en operaciones de inteligencia y seguridad.
Tras la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, la comunidad de inteligencia secreta de los Estados Unidos se alarmó ante la posibilidad de que la Unión Soviética y el Gobierno chino hubiera desarrollado técnicas de control mental, por lo que la recién formada CIA asignó 25 millones de dólares para experimentos psiquiátricos en seres humanos.
“La idea era tratar de descubrir cómo interrogar a las personas y debilitarlas, y también cómo proteger a su personal de esas técnicas”, le contó a BBC, el psiquiatra Harvey M. Weinstein, autor del libro ‘Padre, hijo y la CIA’.
También, el historiador Tom Oneill, le dijo a la BBC que el proyecto MK-Ultra “fue el programa más secreto jamás conducido por la CIA en EE.UU. (...) que utilizó cientos de pacientes en hospitales psiquiátricos, presos en instituciones federales e incluso las personas del público, que recibieron drogas y fueron parte de experimentos sin su conocimiento o consentimiento”.
El objetivo principal del proyecto MK-Ultra era encontrar métodos para influir y controlar la mente humana. Las áreas de investigación incluían el uso de drogas psicoactivas, hipnosis, manipulación de la memoria y técnicas de lavado de cerebro. Se experimentó con la istración de sustancias como LSD y otros compuestos para explorar sus efectos en el comportamiento y la percepción.
Se sabe que también a las personas que ingresaban a las organizaciones que utilizaban como fachada, utilizaban los pacientes con trastornos de ansiedad o depresión posparto, y los ingresaban al ‘dormitorio’, un tenebroso lugar donde se les inducía un coma químico durante días o meses.
Luego, eran ‘desestructurados’ mediante terapia electroconvulsiva de una potencia y frecuencia más alta que jamás antes, para reducirlos a un “estado vegetal, del cual se recuperarían a un estado mental más saludable”, según la teoría del doctor Donald Ewen Cameron.
“Mi padre recibió 54 tratamientos de electrochoque de alto voltaje seguidos, de 54 convulsiones que le ocasionaron pérdida de conciencia y contracciones musculares violentas”, le contó Lana Sowchuk a BBC, de igual manera, indicó que su padre era “un hombre sano y atlético de 27 años”, que fue al centro medico Allan para que le trataran el asma.
El programa MK-Ultra se redujo en el año 1964, pero esta reducción, no significó su final, este llegó en el año 1973, cuando algunas de las pruebas de sus actividades fueron sistemáticamente descubiertas por el periodista John Marks, lo que significó la eliminación de muchas pruebas del proyecto.
Tras la revelación, de los macabros experimentos, “hubo audiencias en el Congreso en EE.UU. a mediados de los años 70 y la CIA finalmente itió que este programa existía, que probablemente no era lo correcto, pero fingieron inocencia”, según cuenta el historiador Oneill, a la BBC.
El proyecto MK-Ultra involucró una serie de experimentos no éticos en seres humanos, muchos de los cuales no dieron su consentimiento informado. Los experimentos se llevaron a cabo en prisioneros, pacientes psiquiátricos, militares y personas vulnerables, lo que suscitó controversias éticas y violaciones graves de los derechos humanos.
Lo ocurrido con los experimentos del proyecto MK-Ultra destaca la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas en las operaciones de inteligencia y el respeto de los derechos humanos en todas las circunstancias. Se han promulgado regulaciones y leyes para proteger a los sujetos de investigación humana y garantizar que tales experimentos no éticos no se repitan.
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