Este es el secreto que hay detrás de las rivalidades entre hermanos, según experto

A menudo se dice que la relación entre hermanos es una de las más significativas y duraderas que experimentamos en la vida.

Sin embargo, a veces, esta relación puede verse afectada por rivalidades y conflictos que generan tensiones y dificultades para todos los involucrados.

Desde el nacimiento, una persona comienza a desarrollar su personalidad en el contexto de su familia y, en particular, de su relación con sus hermanos.

El manejo del afecto y las dinámicas familiares desempeñan un papel fundamental en la forma en que los hermanos se relacionan entre sí, tanto en términos positivos como negativos, según el psicólogo Miguel Espeche.

La rivalidad entre hermanos es un fenómeno común que a menudo se origina en la forma en que los padres gestionan las emociones y el afecto en la familia. La competencia por la atención y el cariño de los padres es una causa frecuente de conflicto entre hermanos.

"Por ejemplo, puede surgir cuando un hijo es muy esperado debido a dificultades para concebir, mientras que otro nace en un momento menos destacado en la vida de los padres. Esto no implica necesariamente que los padres quieran más a uno que al otro, pero puede crear sentimientos de competencia y celos entre los hermanos", explicó el psicólogo. 

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La forma en que los padres manejan la relación entre sus hijos desempeña un papel crucial en el desarrollo de un vínculo saludable entre ellos. Los progenitores deben ser capaces de comprender las necesidades emocionales individuales de cada hijo y brindar un entorno en el que se sientan seguros y amados.

"Lo óptimo es que cada padre sepa leer el mundo emocional de sus hijos. Hay chicos que son más propensos a sentir inseguridad, otros que son más vehementes o menos sensibles. A partir de estos rasgos de personalidad van a surgir distintas situaciones que como padres hay que poder istrar: ser justos, firmes y lo suficientemente buenos a la hora de mostrar afecto e imponer un orden que posibilite el crecimiento de los hijos lo más sano posible", argumentó Miguel Espeche. 

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Las causas de los enfrentamientos entre hermanos son variadas y pueden incluir celos por la atención de los padres, el miedo a perder lo que tienen, la envidia de la personalidad o el éxito del otro y la sensación de que los padres favorecen a un hermano sobre otro. Estos conflictos pueden manifestarse de diversas maneras, desde disputas emocionales en la infancia hasta disputas patrimoniales en la adultez.

El favoritismo explícito por parte de los padres hacia un hijo puede ser especialmente dañino para la relación entre hermanos. Puede generar resentimiento en el hijo favorecido y sentimientos de culpa y tristeza en los demás. Este puede tener efectos a largo plazo en la dinámica familiar, según el experto.

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Los conflictos entre hermanos no se limitan a la infancia; a menudo persisten en la adultez. Sin embargo, muchos enfrentamientos pueden resolverse mediante una comunicación honesta y un entendimiento mutuo. La terapia familiar o la mediación pueden ser útiles en casos más difíciles.

"A través de reconstruir el vínculo con un hermano, uno puede sanarse a sí mismo y ver al otro como alguien que navegó con nosotros durante años muy importantes y que así como uno hizo lo que pudo, hay que entender que el otro también hizo lo que pudo. El vínculo entre hermanos es uno de los más luminosos que hay más allá de que estén vestidos con ropaje de conflicto", concluyó el psicólogo. 

- EL PAÍS (GDA) EL TIEMPO