Amanda Shoultz dedicó la mayor parte de 2020 a bajar de peso después de notar que su estómago crecía a un ritmo descontrolado.
Está joven, de 29 años y residente de Dallas, Estados Unidos, luchó durante varios meses para reducir el tamaño de su abdomen. Lo que no sabía era que tenía un tumor cancerígeno de 8 kilos en el estómago.
"Empecé a hacer más ejercicio. Hacía más dieta y, curiosamente, estaba perdiendo peso, pero mi estómago estaba ganando centímetros", dijo Shoultz a Good Morning America.
"Durante mucho tiempo, pensé que debía trabajar más para reducir mi peso", señaló.
Después de notar la anomalía, Shoultz fue a un chequeo médico en febrero de este año, no obstante, tras los análisis de sangre, los especialistas no notaron nada fuera de lo normal.
"Recuerdo haberle dicho: 'La próxima vez que me veas voy a pesar 10 libras menos'. Simplemente asumí que era mi culpa. Que había hecho algo mal", indicó.
Para cuando vi a mi médico gastrointestinal, mi estómago estaba duro como una piedra.
Shoultz señaló que más allá de la incomodidad de ver su estómago cada vez más grande, no sintió ningún dolor. En agosto, casi ocho meses después de notar el crecimiento, la joven fue remitida a un gastroenterólogo.
"Para cuando vi a mi médico gastrointestinal, mi estómago estaba duro como una piedra", dijo. Tras varias pruebas que no arrojaron un pronóstico concluyente, Shoultz se sometió a una tomografía computarizada a finales de septiembre. Con esta prueba, los médicos descubrieron que el tumor de la mujer era canceroso y le diagnosticaron liposarcoma.
Un liposarcoma es una forma rara de tumor que, en la mayoría de los casos, no presenta ningún síntoma hasta que crece e invade otros órganos o tejidos. En el caso de Shoultz, el tumor se había formado alrededor de su riñón derecho y la glándula suprarrenal, pero no experimentó síntomas que indicaran que el cáncer estaba creciendo dentro de ella.
"Aproximadamente cuatro horas después, recibí una llamada de mi médico que me dijo que tenía un tumor de 33 centímetros en el abdomen", recordó. "Y a los dos días ya me estaba reuniendo con el cirujano".
Aproximadamente cuatro horas después, recibí una llamada de mi médico que me dijo que tenía un tumor de 33 centímetros en el abdomen.
El pasado 27 de septiembre, Shoultz se sometió a una cirugía de dos horas para eliminar el tumor.
Cuando los médicos le extirparon la masa cancerosa, esta pesaba 17 libras.
Debido a que el cáncer no se había extendido a otras partes de su cuerpo, no tuvo que someterse a ningún tratamiento adicional, sin embargo, los médicos también tuvieron que extirpar el riñón derecho y parte de su glándula suprarrenal.
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