Además de su amplia trayectoria política, Guillermo Alberto González Mosquera, fallecido a los 80 años, será recordado por su aporte a la gastronomía colombiana. Bajo su gestión y su batuta nació y se consolidó el primero de los espacios de discusión sobre la cultura culinaria del país, en el 2003: El Congreso Nacional Gastronómico de Popayán.
Tantas ediciones después, ininterrumpidas -pues con todo y pandemia el congreso se realizó de forma virtual el año pasado-, contaba en tono de leyenda la historia de cómo se formó el primer encuentro gastronómico del país.
Una sola conversación de González -nacido el 12 de febrero de 1941- con la ministra de cultura de entonces, María Consuelo Araujo Castro, desató todo un evento que congregó por primera vez a chefs, estudiantes de cocina, pensadores de la cocina y amantes de la buena mesa dentro del país.
"El primer congreso fue muy reducido -recordaba González en una entrevista sobre los debates que marcaron su historia-. Comenzó con María Consuelo Araujo Castro, ministra de cultura de entonces. Ella me dijo, en mi casa de Popayán: 'Guillermo Alberto, la gastronomía es parte de la cultura colombiana pero no se le ha hecho en realidad un homenaje. Necesito un sitio dónde se haga esto'. Y le dije: '¡Yo se lo organizo!'".
Lo primero fue fundar la Corporación Gastronómica de Popayán. En pocos meses, de abril a octubre, se organizó el debut del mismo. Se inscribieron 350 personas. "Vino Kendon McDonald, vino Roberto Posada García-Peña, 'D'Artagnan) -evocaba-. De ellos tengo una anécdota específica: Ambos se fueron a la galería del barrio Bolívar de la ciudad a probar un plato específico de la ciudad: el ternero no nato. Se lo comieron y volvieron felices".
González Mosquera afirmaba con satisfacción que "todos los demás festivales y encuentros gastronómicos de Colombia son hijos del Congreso de Popayán".
El fundador del congreso fue elegido Gobernador del Cauca en el 2007, pero antes pasó por diferentes cargos de la política nacional. Desde ministro de Defensa hasta embajador, había sido alcalde de Popayán, concejal, ministro de Trabajo, senador de la República.
González Mosquera se enorgullecía de haber creado un escenario de impacto nacional, en el que se promueve a cocina colombiana, la de su Cauca natal y el diálogo con otras cocinas del mundo. El trabajo del Gastronómico llevó a Popayán a ser nombrada 'Ciudad Creativa' por la Unesco.
Por lo mismo, cada año se invitó a las charlas del evento gastronómico a representantes de las cocinas de diferentes países, desde Chile hasta Japón, para que hablaran no solo de sus costumbres sino que cocinaran en los inolvidables banquetes o muestras gastronómicas. Estas muestras se alternaron con las de las diferentes delegaciones departamentales.
Tenía presentes cada una de las discusiones que se volvieron noticia desde Popayán: aquella en la que el antropólogo Julián Estrada y el expresidente Belisario Betancur protagonizaron un duelo de palabras en torno a la bandeja paisa: El primero decía que el célebre plato era un invento de una oficina de turismo y el segundo decía que había bandeja paisa en las casas y que no había derecho a "achacarle un origen distinto".
Y también la del chef francés y el café: "Causó un impacto profundo -relataba el fundador del evento-, porque dijo que el café más malo que había probado era el colombiano".
Recordaba con emoción las curiosidades históricas que también tuvieron vitrina en el evento: "Una vez se presentó un documento escrito de puño y letra por la reina Victoria de Inglaterra, sellado y todo, en la que le dice a alguno de sus asistentes que le consiga chocolate de La Nueva Granada, que era el mejor chocolate del mundo".
Era importante para González generar investigaciones que llegaran a presentarse en el marco del congreso. Tenía muy presente una investigación de la Universidad del Cauca, con la lista de mercado que se hacía en los conventos de Popayán en los siglos XVII y XVIII.
"La mayor parte de lo que se consumía en los conventos eran animales de caza. No era mucho lo que había en materia de cerdo, por ejemplo -decía-. Era bonito recordar esas listas, se concluía que traían recetas de Europa y trataban de adaptarlas a los animales que encontraban acá, hacían una fusión con las comidas autóctonas".
Festivales y otros encuentros gastronómicos en otras ciudades y con diversos formatos, que actualmete abundan, se fueron creando y consolidando después del de Popayán.
Y bajo su gestión el congreso se salió del Teatro a puerta cerrada donde se desarrollaba una agenda académica y se convirtió en una fiesta en torno a la comida en diferentes lugares, entre estos el Parque de Caldas. En años más recientes, su hijo Enrique asumió la presidencia del evento, pero Guillermo Alberto González siguió siendo el guardián de su espíritu como presidente honorario.
REDACCIÓN DE CULTURA
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