Guía de cafés para sorprender y sorprenderse

La pandemia nos ha hecho volver la mirada a este territorio de lujosa diversidad. Entre los pliegues de las tres cordilleras nacen y crecen cafetos, cuyos frutos se transforman en manifestaciones únicas de la naturaleza.

No hay nada que no esté en el interior de sus cerezas: poco o mucho cuerpo; acidez refrescante o jugosidad moderada; dulzor natural o astringencia ligera; insinuaciones a flores, cítricos, especias, frutos secos, caramelo, cacao negro, o trazas vinosas y exóticas. Todo reside en este diminuto grano que, al tostarse y prepararse, engalana el entorno.

He seleccionado una partida de doce cafés de distintas regiones, edades y variedades. Son el silente testimonio de hombres y mujeres rurales; de herederos formados en otras profesiones y hoy de regreso a los parajes familiares, y de buscadores urbanos que han encontrado en el café su conexión con la tierra.

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Son cafés para sorprender y sorprenderse, que nos envuelven los sentidos y los sentidos de todos aquellos que puedan compartirlos con nosotros.

Cubre varias regiones cafeteras. Sus cafés son mosaicos en honor a sus creadores. Esta Edición Limitada está dedicada a Frida Kahlo y destaca a dos cultivadoras: Astrid Medina (Planadas, Tolima) y Luisa Guaragna (Sierra Nevada). Altura: 1800 msnm, en ambos casos. Astrid Medina: frutos rojos, cuerpo sedoso y agradable final. Luisa Guaragna: recuerdos a nuez y chocolate, con cuerpo cremoso. 

La búsqueda de cafés únicos obsesiona a Catación Pública. Su más reciente hallazgo es un antiguo cultivo de Typica, situado en Pijao, zona quindiana de alta montaña. Este Black Edition reconoce el valor de la variedad que dio vida a la caficultura colombiana.

Frutos rojos en almíbar, especias, cuerpo cremoso.

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Proyecto creado en 2016, en Manizales, por dos jóvenes profesionales. Promueve la conciencia social y la protección ambiental. Utilizan innovadores procesos de maceración y fermentación. En el Botánica Barrel Aged, un Caturra Red Honey, se sazona la tradición cafetera caldense en los barriles de Ron Viejo de Caldas. Altura: 1760 msnm. Cuerpo cremoso y notorios aromas a ron, coñac y chocolate negro.

Disponible: https://cafebotanicadelosa.wixsite.com/cafebotanica/

Marca y concepto a cargo del norteamericano Tyler Youngblood, atrapado en Colombia por los perfumes florales del café. Agua Dulce festeja la diversidad hídrica del sur colombiano: Cauca, Huila y Nariño. Variedades: Castillo y Colombia, Bourbon Rosado y Ombligón (mutación local). Altura: 1972 msnm.cSeductor en boca, jugoso y con sugerencias a ciruelas y moras; final duradero. 

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Devoción busca un estilo expresivo, aromático y fiel a su origen. De Bogotá, saltó a Manhattan y Brooklyn. Su promesa es despachar cafés, en pocos días, del cultivo a la taza. El Holiday Blend engloba aromas y sabores propios de la Navidad. Altura: 1.700 msnm.

Sugerencias licorosas y a frutos secos, o sea, como las tortas de temporada.

https://www.devocion.com

Hacienda El Roble, en Mesa de los Santos, Santander, es el núcleo de un proyecto cafetero rebosante de historia y reconocimientos. Es también guardián de la tradición santandereana y colombiana, y, de ahí, su iración por la variedad Typica. Altura: 1.650 msnm.

Cuerpo intenso y aromas dulces penetrantes.

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Pergamino Café, con sede en Medellín, proviene de una familia antioqueña con sólidas bases cafeteras. Interviene en toda la cadena. Sus tiendas y estrategias de producto y de servicio son de clase mundial. Su oferta incluye cafés de varios orígenes, como es el caso de su Pompeya, Nariño. Es un Caturra lavado y secado al sol. Altura: 2.150 msnm.

Sensaciones vinosas y un delicioso empalme entre uvas pasas y melocotón.

Se cultiva y se produce en inmediaciones del bello pueblo cordillerano de Buena Vista, en Quindío. Se enfoca en un producto único, una especie de clásico entre los clásicos. Mezcla las variedades Caturra y Castillo. Reconocido como el café más premiado del mundo. Altura: entre 1.700 y 1.800 msnm.

Sensaciones frescas y frutadas, combinadas con sugerencias a chocolate negro.

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Tropicalia es el nuevo proyecto de los ex propietarios de Colo Café. Destaca el trabajo, entre otros compromisos, de mujeres líderes. Esta vez son Lina Tobón y su madre, Beatriz Vélez, junto con las recolectoras de finca Guayacanes, en Concordia, Antioquia. Producen este Caturro Chiroso con dos fermentaciones, lavado suave y secado en esterillas. Frutado, con sensaciones a miel y piña, y buen equilibrio entre acidez y dulzor

www.tropicaliacoffee.com

Cultivado en la finca Manantiales del Frontino, en Caicedonia, Valle del Cauca, Es otra reconocida y premiada marca colombiana. Sus actuales regentes son descendientes directos del fundador, quien plantó los primeros cafetos en Quindío, en 1932. La exótica Geisha es su variedad más rutilante. Altura: entre 1.500 y 1950 msnm. Floral, frutado, cítrico, delicado y elegante.

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Sus fundadores –los mismos de La Palma y el Tucán, en Zipacón, Cundinamarca– están involucrados en un proyecto de vida y de trabajo que gira alrededor de dos preceptos: calidad suprema y trabajo en comunidad. Libertario es su centro de torrefacción, tienda y cafetería. Altura: 1860 msnm. Exótico, delicado, floral y frutado.

¿Siente que su paladar se sitúa más en el clasicismo que en la aventura? Los cafés de Lucía Londoño proyectan perfiles perdurables: memorias de infancia, imágenes de los mayores, aromas de campo, las cosas bien hechas.

Dulzura natural, buen cuerpo, recuerdos a miel, naranja y frutos secos tostados.

HUGO SABOGAL*

Para EL TIEMPO