Mafalda es la niña que no ha crecido pero que nos ha visto crecer a todos. Esta historieta, escrita y dibujada por Quino, sigue estando tan vigente hoy como cuando se publicó por primera vez en la década del sesenta. Mafalda, una niña que refleja la clase media y la juventud progresista argentina, siempre ha estado preocupada por la humanidad y la paz mundial. Para todos los otros temas, están sus amigos Manolilto, Susanita, Guille y Miguelito, entre otros. Su popularidad dio lugar a libros, análisis académicos y series de dibujos animados. Ahora es el momento del documental.
'Releyendo: Mafalda' se estrenó hace pocos días en Disney+ y Star+. Son cuatro episodios, dirigidos por Lorena Muñoz, que hacen un recorrido biográfico del icónico y brillante personaje creado por Joaquín Salvador Lavado Tejón, 'Quino'. Este recorrido abarca desde la primera publicación de la historieta hasta su vigencia en las nuevas generaciones, casi 60 (sesenta) años después de su aparición.
Conversamos con Lorena Muñoz, su directora:
De todas las historias que escuchó mientras hacía 'Releyendo: Mafalda', ¿cuál fue la que más la conmovió?
Hubo muchas, muchos momentos especiales; pero, definitivamente, me conmueve la historia de amor de Quino con Alicia. Soy una romántica. No puedo evitarlo. Me encanta cómo él habla de su compañera. Me parece que eso habla de la persona hermosa que era él. Es bellísimo entender cómo se acompañaban ellos. Había algo muy lindo en esa relación.
¿Qué le resultó sorprendente en este viaje de releer a Mafalda?
Haber entrevistado a Guille, a Guillermo Lavado, y saber que ese señor que hoy es un hombre era el niño en el que se inspiró el tío (Quino) para construir al personaje de Guille. Es un personaje que yo siempre he amado, es uno de mis preferidos, un personaje que adoro. Fue sorprendente y maravilloso conocer ese “detrás de escena”. Al fin y al cabo, eso es lo que intentamos hacer con esta serie: contar un detrás de escena de Mafalda. Y en realidad es por eso que el título es 'Releyendo Mafalda', porque este documental se trata de volver a pasar por esos lugares en los que tantas veces hemos estado, pero verlos desde otra perspectiva. Volver a pasar por la serie, pero desde otro punto de vista.
¿Qué aprendió usted de Mafalda?
Aprendí, por ejemplo, que es mucho más efectivo el humor para transmitir un conocimiento o para hacer una crítica. Me parece que Quino, en ese sentido, fue un visionario y un genio con un talento enorme. Su humor era muy inteligente. A partir de los personajes, de una niña y sus amiguitos, representa a la sociedad argentina. A partir de este grupo de chicos, Quino logró contar muchas cosas. Mafalda es una historieta que cuenta la pequeña historia para hablar de la gran historia y por eso me resulta tan llamativo. Y es un milagro que, siendo una historia tan argentina, represente tanto y logre que tanta gente se sienta tan identificada en distintas partes del mundo. Un relato que a primera vista pareciera muy local, muy porteño, muy clase media de la capital federal, le ha llegado a un sinfín de personas. Me parece que, justamente, lo que logra Quino con esto es humanizar profundamente a los personajes y eso es algo que solo se logra queriendo mucho a su creación. Yo creo que eso hace que el espectador se identifique porque, para identificarte con un personaje, tenés que quererlo también.
Mafalda sigue siendo hoy tan relevante como cuando Quino la hizo, o quizás más relevante aún. ¿Qué dice eso de nuestra sociedad?
Yo quiero quedarme con el mensaje de Quino cuando cuenta esa relación de Mafalda con Susanita. Ellas son dos amigas muy distintas, que piensan muy distinto. En un momento se encuentran y una le dice a la otra: “Vos sos una zanahoria”, y la otra responde: “vos sos una estúpida; pero bueno, igual te sigo eligiendo, igual te quiero, a pesar de las diferencias”. Me parece que eso es lo que tenemos que aprender. Ese es un ejercicio importante de libertad y de aprender a vivir en democracia, que es algo que nos costó bastante conseguir y que tenemos que mantener. La libertad hay que mantenerla a cualquier precio. Y me parece que es muy importante entender que esa libertad se basa en ser totalmente tolerante con las diferencias del otro.
¿Qué aprendió usted mientras hacía 'Releyendo: Mafalda'?
Tengo que ser muy honesta y decirte que aprendí un montón de cosas. Había muchísimas cosas que no sabía. Si bien soy fan de Mafalda desde chica, además de ser una gran iradora de Quino, de su obra y de su vida, había cosas que yo no sabía. Quino fue una persona muy consecuente, que es algo bastante loable y difícil de ver hoy en día. Aprendí mucho sobre él.
¿Algo en particular que la haya sorprendido?
Creo que lo que más me sorprendió fue su gran amor por el cine. Me sorprendió gratamente enterarme de que, cuando se sentaba a dibujar, lo primero que pensaba era en la posición de la cámara, esa posición que tiene que ver con las angulaciones, que habla de movimientos, que habla de puntos de vista, que son todas estas cuestiones muy cinematográficas. Me emocionó mucho saber que le daba tanta relevancia al cine. Me pareció hermoso. Además, no puedo dejar de mencionar toda su relación con el cinetismo, con el movimiento dentro del cuadro. Eso era algo muy novedoso para su época. Por supuesto, ya sucedía en el arte plástico, pero creo que en las historietas no. La idea de que el espectador está en movimiento dentro de un mismo cuadro fue una idea completamente novedosa. Hoy lo tenemos naturalizado, pero en esa época era una novedad. Fue un hombre absolutamente innovador.
¿Por qué sintió que era importante contar esta historia?
Porque es muy necesario. Busqué, busqué y me di cuenta de que no existía algo así. No existía un documental sobre Mafalda ni sobre Quino. Y es increíble porque Mafalda es una embajadora natural de Argentina en el mundo. Es curioso porque a veces nos enloquecemos buscando modelos para hablar del país y este es un gran modelo que nos representa y pareciera que nadie lo hubiera visto o percibido como una serie o como una película. Así que, si debo ser honesta, el punto no es por qué yo sentí que había que contar la historia, la pregunta es ¡¿por qué a nadie se le ocurrió hacerlo antes?! (risas).
ÚRSULA LEVY
Para EL TIEMPO
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