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Análisis
La publicidad: el virus necesario / 'El otro lado', columna de Ómar Rincón
El crítico de televisión dice que: "la publicidad colombiana exhibe una falta de imaginación inaudita".
Omar Rincon, El otro lado' Foto: César Sánchez Carreño
Toda sociedad produce bienes servicios, ideas y cosas que hagan que la vida sea más feliz. La sociedad de mercado se inventó el yo como marca y la publicidad como el mecanismo o estrategia para crear necesidades, generar expectativas, proveer felicidades instantáneas. Por eso la publicidad es la máquina que produce felicidades en el mercado y el capitalismo.
Todo producto, idea, servicio, tecnología es una manera de alcanzar la felicidad. Por eso, ser feliz significa estar comprando y consumiendo. El verbo se hizo consumo y el consumo hizo el capitalismo.
Y La felicidad es lo que vendemos en los medios y redes. Y ahí la publicidad es el principal financiador. Todos sonríen y son felices ahí. Los medios de comunicación, las redes digitales, los eventos masivos y los espectáculos públicos NO existirían sin publicidad. La publicidad ha logrado convertirse en ese instrumento necesario útil y autoritario de cómo debe ser la comunicación pública. No hay otro invento mejor que la publicidad para financiarla.
Foto:iStock
La televisión vive para vender productos empaquetados en comerciales de publicidad y las redes digitales se han convertido en conexiones para vender publicidad.
La publicidad en ese sentido se ha convertido en un virus que nos habita de múltiples formas, es invasora, histérica, eufórica, neurótica y está en toda parte. Sin ella no podemos vivir, pero es un virus porque ensucia las estéticas, ensucian las éticas, ensucia los paisajes simbólicos, lo ensucia todo.
Tal vez lo peor de la televisión colombiana no sea la televisión que se hace, sino que es la publicidad que se emite que hace absolutamente insoportable aguantarse 15 minutos de comerciales feos, brutos, de mal gusto. La felicidad que prometen es comprar y obtener promociones.
La publicidad colombiana exhibe una falta de imaginación inaudita y se convierte en invasiones de basura publicitaria y capitalismo basura e innecesario.
Entonces, si NO queremos publicidad tenemos que pagar nosotros por nuestros consumos libres de basuras: este es el nuevo negocio. Y lo llaman ''. Y los seres humanos masivos que no puedas pagar, pues que se queden en ese basurero simbólico llamado publicidad.