La rinosinusitis crónica es una enfermedad que incluye una serie de condiciones que tienen como factor común, la inflamación de la nariz y los senos paranasales. Las cifras de prevalencia de rinosinusitis crónica, por ejemplo, en Estados Unidos, varían entre 12,5 por ciento y 15 por ciento en la población general, mientras que en América Latina reportan una prevalencia de 5,51 por ciento en Brasil. Esta alta variedad en las tasas de incidencias se debe en parte al uso de distintos métodos de diagnóstico
“En esta enfermedad caben muchas situaciones, resfriados o inflamaciones de la nariz, como otras en las cuales hay fenómenos muy persistentes, con un gran impacto en la calidad de vida y deterioro de algunas funciones importantes de la nariz, como el olfato y la respiración. Es una condición heterogénea donde tenemos como factor común, la inflamación nasal y sinusal. Ahora bien, pensemos que la nariz y los senos paranasales son un filtro y este filtro nos acondiciona el aire para que podamos respirar mejor y los pulmones hagan su efecto. Ese filtro es el que se inflama en la rinosinusitis crónica, y por lo tanto, empezamos a tener una serie de síntomas derivados del mal funcionamiento de ese recubrimiento mucoso”, afirma el doctor Juan David Bedoya, médico otorrinolaringólogo, presidente de la Asociación Antioqueña De Otorrinolaringología.
La nariz tiene una relación directa con los factores a los cuales estamos expuestos en materia ambiental como la polución, los virus y las bacterias, y en ese sentido, en la medida en la que este órgano va haciendo su proceso de filtración de dichas partículas y neutralizando los agentes e infecciones que desean entrar al cuerpo, se puede decir que la persona tiene una salud respiratoria sana.
“En este punto también hay que saber que muchas veces aparecen agentes que superan esa capacidad que tiene la nariz generando una infección, lo que significa que tenemos un grupo de pacientes con rinosinusitis por infección. También puede pasar que hay otros que tienen una respuesta intensa desde su organismo y esa respuesta puede tener una característica alérgica y otros que muchas veces son en cierto sentido menospreciados porque se asume que son condiciones intermitentes o puntuales, cuando no lo son”, continúa Bedoya.
Los síntomas
Cuando se habla de los síntomas de la rinosinusitis crónica, muchas veces se cae en el error de confundirla con la rinitis alérgica, una enfermedad que tiene un mayor componente alérgico y unos desencadenantes puntuales, temporales, y por lo general, no tan persistentes, aunque pueden llegar a serlo.
“Para nosotros como especialistas es un desafío cuando nos llegan pacientes con síntomas persistentes comprender si su enfermedad es una alergia respiratoria exclusiva que no tiene mayor impacto en la función de los senos paranasales o si el paciente tiene una rinosinusitis crónica y otro tipo de componentes. El 50 o 70 por ciento de los pacientes con rinosinusitis crónica tienen rinitis alérgica, entonces si lo vemos desde el punto de vista de definir la enfermedad, los separamos, pero en la vida real del paciente las enfermedades pueden coexistir”, dice Bedoya.
Ahora bien, ¿cuándo se debe buscar atención y acudir a un especialista? La respuesta es sencilla. Cuando la persona no está respirando bien por la nariz, siente moco constante, el olfato no le permite desarrollar su vida normal en términos de prevención de inhalación de tóxicos como el gas de la cocina, tiene dolores que pueden ser persistentes y pólipos en la nariz; característica que aparece comúnmente en adultos con más de 30 o 40 años de edad.
“Cuando hablamos de pólipos nos referimos a una estructura que tiene forma de uva, racimo de uva o algo similar. En la nariz puede pasar que a veces la mucosa nasal responde de una manera tan supremamente intensa, que esa mucosa que es delgada, laminar y lineal, empieza a inflamarse y queda una estructura que cuando uno la ve, parece una uva sin la cáscara y no es más que una hinchazón de manera extrema dentro de la nariz. Esto es una condición particular de cómo se puede manifestar en algunas personas, la rinosinusitis crónica”, explica Bedoya.
En línea con lo anterior, la obstrucción de los senos paranasales también se presenta durante la rinosinusitis crónica, entendiendo que son cavidades que se encuentran en los huesos de la cara, que hacen que el cráneo se aligere de peso y que el ser humano tenga la capacidad de resonar su voz. Sin embargo, cuando comienza a alterarse el funcionamiento de esta estructura, se dan un conjunto de síntomas como moco denso, nariz obstruida y dolor de cabeza, lo que permite que una persona no pueda tener una calidad de vida normal.
Tratamientos y atención
Afortunadamente la rinosinusitis crónica es una enfermedad que se puede tratar, luego de personalizar el diagnóstico según el tipo de paciente.
“Tal y como lo he mencionado, tenemos un grupo grande de condiciones y un grupo de diversos pacientes. Existirán algunos muy puntuales en donde yo puedo dar un tratamiento específico, que controle la enfermedad de una manera simple y rápida, pero otros que necesitarán uno más complejo; la elección correcta depende de la manera precisa en la que se haga el diagnóstico. En general, se trata con medicamentos dentro de la nariz que son esteroides y, cuando uno menciona esta palabra, se prenden alarmas, pero lo que hay que dejar claro es que los esteroides aplicados en la nariz, no logran absorberse en un nivel que sean fisiológicamente relevantes para el resto del cuerpo. En términos prácticos, solo actúan ahí”, puntualiza Bedoya, agregando que “si el medicamento inicial no funciona, podemos utilizar irrigaciones nasales u otros medicamentos. Si tampoco funciona, pasamos a un proceso de cirugía y lo que hacemos es abrir espacios para que los senos paranasales se ventilen y el medicamento pueda llegar hasta ese sitio. La cirugía me va a permitir quitar ese tapete engrosado, los pólipos y que el medicamento actúe en el sitio donde se está originando. La cirugía en pacientes con rinosinusitis crónica, en la inmensa mayoría de las veces, no es para curar la enfermedad, sino para favorecer el tratamiento médico. Aquí estamos hablando de que es una condición crónica que requiere tratamiento y seguimiento”, cuenta Bedoya.
La innovación y la tecnología también han permitido que los colombianos que padecen esta enfermedad modifiquen la naturalidad de la misma, gracias a tratamientos específicos que atacan directamente el mecanismo de generación de la rinosinusitis crónica.
“Actualmente no solo hemos aprendido de la forma como se produce la enfermedad desde el punto de vista molecular, sino que este enfoque de medicina de precisión, donde podemos tener tratamientos específicos para un paciente que tenga una condición puntual y ofrecerle mejores resultados, también nos ha traído nuevas herramientas. Hoy tenemos medicamentos que tienen la posibilidad de ir directamente a la forma como se genera la enfermedad y anticuerpos diseñados para este efecto. Es lo que llamamos terapia biológica en rinosinusitis, que particularmente ha demostrado una mejoría importante del olfato”, finaliza Bedoya.
En conclusión, quien experimente alteraciones del olfato debe acudir a un especialista para no estar en riesgo de exponerse a alimentos descompuestos y situaciones personales incómodas.