Alejandro Duarte, de 31 años, oriundo de Palmira, Valle, pero, radicado desde muy niño en Barrancabermeja, Santander, tuvo muy pocas oportunidades en su infancia para poder estudiar y sobresalir en su vida profesional. Solo logró formarse hasta quinto semestre de ingeniería electrónica, pero, desafortunadamente, tuvo que desistir porque no había recursos para pagar la carrera profesional completa.
Desde sus 26 años inició su amor por el arte. No tenía idea de cómo aprender, sin embargo, supo que la gente de manera empírica ensayaba en piel de cerdo para lograr tatuar la piel de las personas.
Compraba piel de cerdo, así se empieza, la gente aprende de esa manera al principio, pero , ya es antihigiénico, comencé a investigar, buscaba mucho en Youtube, buscaba artistas de otros países.
Sus primeros ensayos fueron en dichas pieles. Sin saber cuál iba a ser su futuro o cómo sobreviviría, comenzó a despertar su pasión de hacer dibujos.
En medio de sus ganas de aprender, y mientras trabajaba en diseño, comenzó a investigar y a buscar en Youtube las diferentes maneras de hacer arte.
En esa época decidió comprar una pequeña máquina para tatuar, a quien se la compró se comprometió que le iba a enseñar, pero nunca sucedió.
"Compraba piel de cerdo, así se empieza, la gente aprende de esa manera al principio, pero, ya es antihigiénico. Yo practicaba en la casa, me metí en el rollo, comencé a investigar, aprendí solo, no tenía a quien preguntarle, Barranca es muy pequeña. En ese entonces, eran contados los tatuadores, buscaba mucho en YouTube, buscaba artistas de otros países. El pelao que me vendió la máquina y buscamos a alguien que istre y acordamos y comencé a trabajar ahí".
Más adelante se arriesgó y sacó un cuarto de su apartamento para que la gente fuera a tatuarse. En un principio, pintaba figuras pequeñas porque temía cometer errores en la piel.
"El miedo era grande porque uno va a tatuar a una persona de por vida, siempre existía miedo, el margen de error debe ser cero, uno es humano, pero no, lo intenté, eran cosas pequeñas", contó.
El voz a voz amplió su experiencia. La gente iba a ese 'cuartico' a tatuarse y elegía a Alejandro para marcarse la piel.
"La práctica hace el maestro, comencé a hacer planas para perfeccionar el pulso, aprendí conceptos de iluminación, contraste, y aprender la técnica de inyección, y cómo se comporta la piel en un tatuaje largo, o que cliente no sufra tanto. Necesitaba ganar plata para darle comer a mi familia".
Duarte comenzó a crecer con sus clientes, su buen trabajo era recomendado entre los amantes a este arte. Otra de las formas para darse a conocer fue por publicaciones que hacía a través de redes, en Facebook, por la sección de clasificados.
Al ver su auge repentino, abrió un local para una barbería con un amigo, en el 2017, luego de durar tres meses en su cuarto.
El arte lo lleva Alejandro por las venas, el proceso de darse a conocer y que la gente confiara en su trabajo fue muy rápido, teniendo en cuenta que su principal aprendizaje y guía fue YouTube.
"Luego me propusieron abrir otro local con otro amigo, y abrimos un nuevo local, trabajamos más o menos un año. Tuvimos unas diferencias con él y decidí abrir otro".
Abrió su local en la Avenida Los Fundadores, en barrio Colombia, pero llegó la pandemia y tuvo que cerrar el local junto con otros socios y amigos que tenía.
Como a todo colombiano, le dio duro este golpe debido al confinamiento. Sin embargo, en su caso fue la excepción: tenía más trabajo en su vivienda que en el mismo local que cerró.
Alejandro cuenta en EL TIEMPO que todos los días trabajaba y duraba día y noche tatuando en su casa.
Posteriormente al superar la pandemia, abrió de nuevo un local en el centro comercial San Silvestre llamado 'sorry mom', nombre que hace alusión a que los hijos lo sienten con sus mamás por llegar tatuados teniendo en cuenta el estigma negativo que se tiene al pintar la piel.
"Todos los que se van a tatuar dicen, "mi mamá me va a regañar, entonces, por eso le puse así".
Sorry Mom se trasladó a la avenida Los Fundadores en Barrancabermeja porque el espacio ya no daba abasto y actualmente es una sociedad entre cinco tatuadores.
Mientras Alejandro fortalecía su negocio también asistía a convenciones de tatuadores y se ha ganado varios premios obteniendo el primer lugar.
Celebridades que ha tatuado
En medio de este aprendizaje empírico, Duarte ha tatuado al deportista Caracho Domínguez, ex futbolista del Deportivo Cali y Millonarios; Kevin Mier, el arquero de Atlético Nacional, y la cantante barrameja, Abril Singer, quien ha cantado con Maluma.
"Llegan al local. Los deportistas me contaban qué habían hecho en el fútbol porque yo no sabía quiénes eran porque no sé mucho de eso. A los futbolistas les he hecho tatuajes en las manos, en los dedos y Abril, siempre viene, es una cliente frecuente", explicó.
El 'suertazo de la vida': fue escogido para tatuar a Yeferson Cossio
Casualidad o diosidencia. Alejandro Duarte fue a Medellín al concierto de Daddy Yankee, pero, no iba a llevar ninguna máquina porque el plan era de paseo, sin embargo, tomó la decisión de trasladar sus elementos de trabajo a la capital de Antioquia.
Un amigo le escribe al finalizar el evento y le dice que el generador de contenido, Yeferson Cossio, publicó en sus redes que necesitaba un tatuador.
"Yo para qué le iba a escribir, pero dije, bah, le voy a escribir en la historia de Instagram, le envié mi trabajo, al momento me contestó y me dijo que muy buenos trabajos, comenzamos a hablar y me citó de una, me dijo lo que quería. Era una cobertura que tenía en la nuca, y quería alargarlo para que se viera más completo, no era algo específico".
Describió que duró con Cossio hablando cuatro horas, y en ese tiempo se notaba que era un hombre muy ocupado, pero noble.
Resaltó que ante sus ocupaciones no se pudo terminar el trabajo, sin embargo, quedaron en culminar el tatuaje.
"Él dijo que quería hacerse una cobertura. No duramos mucho porque faltaban algunos materiales y, segundo, él tenía un compromiso en la noche. Me dijo: déjamelo así como está y yo me lo termino después. Al otro día terminamos lo que hacía falta, aunque faltaron unas tres horas más".
Duarte iró mucho a Cossio por su forma de ser, teniendo todo lo que se refleja en su vida. "Es muy tranquilo, dedicado a su camello, excelente persona, tiene mucha humildad".
El barramejo de corazón asegura que esta carrera empírica le ha dado de comer a sus dos hijas, su actual pareja e incluso a sus padres.
Culmina asegurando que su pasión es tatuar a la gente y hacer arte en la piel de las personas.