Los audios que revelan cómo se les dio carne de burro a niños del PAE

Más de un año se les suministró a menores de Santander carne de burro o caballos enfermos.

La carne de caballo o burro era empaquetada y etiquetada como si perteneciera a marcas de venta de carne de res. Foto: Cortesía Fiscalía

SUBEDITORA20.09.2020 02:40 Actualizado: 24.09.2020 15:59

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El caso de los niños que comieron durante un año carne de caballo y burro en Santander es el último eslabón que se descubre en una larga cadena de escándalos en el Plan de Alimentación Escolar (PAE) en Colombia.

La Contraloría General de la Nación ha detectado que, desde el 2014, más de 84.000 millones de pesos que debieron destinarse para la alimentación de los estudiantes de los colegios más pobres del país se han dilapidado en actos de corrupción, malas istraciones de recursos y sobrecostos.

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De hecho, solo durante la pandemia del nuevo coronavirus, la Contraloría estableció 30 alertas por presuntos sobrecostos en el manejo de los recursos del PAE. Estos dineros sumarían otros 34.856 millones de pesos a la plata despilfarrada de este programa.

Ahijado, venga le hago una pregunta, el man que le hace la vuelta de los tiques de ganado, ¿cómo es esa joda?

El robo con la comida de los niños ha ocurrido en todo el país. En La Guajira, donde es conocido que muchos menores mueren por desnutrición cada año, la Contraloría halló en 2014 que la gobernación contrataba 500 raciones de comida, pero el contratista solo entregaba 200. Además, se les cobraba a los beneficiarios 100 o 200 pesos, cuando esta alimentación es gratis.

Una de las principales preocupaciones es la calidad alimentaria que se les suministra a los menores. Este año, Carlos Caicedo, gobernador del Magdalena, denunció que antes de que se iniciara la cuarentena en el país, en un colegio del municipio de Guamal, a los niños se les ofrecía en su plato escasamente un poco de huevo, una papa y un vaso de jugo.

La denuncia fue hecha por el mandatario a través de sus redes sociales. Foto:Archivo particular

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Además, la Universidad del Quindío, en una investigación de cuatro años que se entregó a finales del 2019, detalló que se encontraron parásitos como toxoplasma, criptosporidio y blastocystis en el agua y en alimentos como lechuga, zanahoria, tomate y guayaba, los cuales son usados en la preparación de almuerzos en 10 restaurantes del PAE en Armenia.

A propósito de la calidad alimentaria, la ministra de Educación, María Victoria Angulo, dijo que son inaceptables los abusos contra el PAE, con un impacto en la salud de niños y adolescentes.

“Tenemos que redoblar esfuerzos con las secretarías de Educación y Salud en toda la ruta sanitaria de los alimentos. Estamos trabajando con la Contraloría, la Procuraduría y la Fiscalía en proyectos normativos en el Congreso con la inclusión de artículos que hacen más fuertes las sanciones”, dijo.

Sobrecostos

Algunos de los mayores escándalos en el PAE tienen que ver con los sobrecostos de los alimentos que se les dan a los niños. En los informes de la Contraloría se indicó que, en Cartagena, para el 2016, un kilo de pechuga que valía 7.000 pesos lo cobraban en 40.000 pesos.

La corrupción con el PAE ha llegado hasta las selvas del Amazonas, en Tarapacá se encontraron precios inflados hasta en los huevos, los cuales eran cobrados a 900 pesos cada uno, o una pasta de sopa de 1.460 pesos que se facturaba por 5.050 pesos.

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Las irregularidades detrás del PAE tuvieron uno de sus puntos más álgidos con la captura en febrero pasado de Alejandro Hernández, quien amasó una gran fortuna a costa del control de fundaciones sin ánimo de lucro que usó para hacerse con contratos del PAE en capitales y pueblos del Caribe. Con su plan, según la Fiscalía, se convirtió en el ‘zar’ del PAE.

La Fiscalía detalló que Hernández manejó, en los últimos 10 años, contratos por 726.000 millones de pesos, desfalcando el programa incluso mediante estrategias de soborno a políticos y funcionarios de alcaldías.

Según la investigación, Hernández logró tener en este tiempo el control o injerencia en por lo menos 1.500 contratos en municipios de La Guajira, Magdalena, Sucre, Córdoba, Bolívar, Atlántico, Norte de Santander y Boyacá. En la actualidad, las pesquisas por el caso continúan y fue cobijado con casa por cárcel.

De otro lado, Santander ya había estado en la lupa de las autoridades por el manejo del PAE. También en 2016, la Fiscalía evidenció cómo el operador Surcolombiana de Inversiones compró tamales por 30.000 pesos cada uno.

El escándalo transcendió luego de que se confirmara que estos alimentos se le habían adquirido a una empresa dedicada a la venta de grúas en el Meta.

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Por estos hechos fueron enviados a la cárcel la secretaria de Educación de Santander de la época, Ana Tarazona; el coordinador del PAE, Aníbal Gonzaléz, y la representante legal de Surcolombiana de Inversiones, Luisa Flórez.

El ‘zar’ de la carne de burro

El viernes, la Fiscalía dio otro golpe a la delincuencia que está detrás de los desfalcos en el PAE. Fernando Trujillo Gómez, un reconocido comerciante de Santander a quien le llaman ‘Padrino’, fue capturado por suministrarles a operadores de esta región carne de burro o caballos enfermos, para que se les diera a los niños en sus raciones alimenticias.

Eso sale a nombre del man que mató el día, yo le doy la fecha y sale toda la información, sino que la dirección el man la modifica, pero sale original

Trujillo, según la Fiscalía, en asocio con otras personas, compraba caballos y burros en la costa Atlántica, luego los movilizaba con fichas falsas hasta Bucaramanga y allí los sacrificaba.

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Una vez sacrificados, Trujillo trataba la carne con químicos para alterar la contextura, intentar hacerla más blanda y darle un color rojizo. Posteriormente, la empacaban al vacío y le ponían sellos de empresas dedicadas a la comercialización de carne de res. El procedimiento lo repitió entre mayo del 2018 y septiembre del 2019.

Además de hallazgos de carne de burro y caballos en mataderos de Bucaramanga, las pruebas contra Trujillo son unos audios en los cuales habla con una persona que se identificó como el ‘Ahijado’. En las conversaciones se reveló la forma como falsificaban las etiquetas de sacrificio y guías de movilización del ganado.

Unos 2.000 kilos de carne de burro o caballo se vendían a tres operadores del PAE en Santander. Foto:Fiscalía

“Ahijado, venga le hago una pregunta, el man que le hace la vuelta de los tiques de ganado, ¿cómo es esa joda? ¿Cómo sale? ¿A nombre de quién o qué?”, dijo Trujillo.

A lo que el ‘Ahijado’ le respondió: “Eso sale a nombre del man que mató el día, yo le doy la fecha y sale toda la información, sino que la dirección el man la modifica, pero sale original”.

En una de las conversaciones con el ‘Ahijado’, las cuales están en poder de Fiscalía, hablan sobre los químicos que usan en el proceso: “Las viejas de la cocina casi me dan garrote porque está muy dura (la carne), no va en bloque y sale como caucho”.

Trujillo respondió que “eso es como la de res, una es para sudar y otra para asar”. También se conoció que eran tres los operadores que le compraban a Trujillo más de 2.000 kilos de carne semanales. Uno de ellos es Nutrimos Santander 2019, que en junio del año pasado fue multado por la gobernación de Santander tras suministrar alimentos en mal estado a un colegio de San Vicente de Chucurí, donde 38 menores presentaron síntomas de intoxicación.

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Trujillo fue enviado a la cárcel por los delitos de corrupción de alimentos en concurso homogéneo y simultáneo en 18 oportunidades, fraude procesal y falsedad en documento privado.

REDACCIÓN NACIÓN