El reciente informe entregado por la Defensoría del Pueblo, sobre la
desnutrición en la primera infancia, generó preocupación y prendió las alarmas en
Magdalena.
Según los indicadores del ente público de este año, este departamento es el segundo del país con más casos de menores muertos por alimentarse de forma deficiente.
La lista es encabezada por La Guajira, que tiene el mayor número de casos notificados de niños y niñas afectados con 26 (22,6 %); seguido de Magdalena con 11 (9,6 %); Chocó con 10 (8,7 %); Cesar con 7 (6,1 %) y Antioquia con 6 (5,2 %).
Tan solo entre el 24 de agosto y el 4 de septiembre de 2021, se notificaron ocho muertes de niños y niñas menores de 5 años asociadas a desnutrición en el país.
“Los niños son sujetos activos de derechos y el estado, la sociedad y las familias deben generar entornos protectores para garantizarlos. Eso implica la necesidad de proveer mecanismos adecuados y efectivos, con los que se detecten a tiempo las situaciones que puedan amenazar o vulnerar los derechos de los niños”, dijo el defensor Carlos Camargo.
Al respecto, Jaime Morón, investigador de la Universidad del Magdalena, considera que esta crisis que sufren los infantes de esta parte del país es una de las consecuencias que dejó la pandemia del covid-19, por la escasez de empleos y por ende de ingresos en los hogares.
Magdalena tiene una economía basada en sectores y servicios, que están muy ligados a la informalidad laboral
Además, manifestó que la economía departamental está siendo enfocada en ciertos sectores y lugares específicos, no siendo así equitativa en todo el territorio, generando más desigualdad.
“Magdalena tiene una economía basada en sectores y servicios, que están muy ligados a la informalidad laboral y empresarial, lo cual genera muy poca estructura económica”, manifestó el docente.
El turismo es una de las principales fuentes de empleo del departamento, pero para Morón, este está enfocado en municipios de la zona norte, dejando rezagados a los demás e impidiendo que puedan generar ingresos de esta actividad.
Puja de poderes
El hecho de que la relación entre el gobierno departamental y nacional esté deteriorada también ha sido un factor, según el docente.
Dicha ‘puja’ de poderes ha impedido que el Magdalena pueda reactivarse de una mejor manera y generar nuevas oportunidades para sus habitantes que viven con altos niveles de pobreza.
“No está bien la disputa que se está viviendo entre el gobierno nacional y departamental, hay que dejar a un lado los egos y trabajar todos para el mismo lado”, aseveró el maestro.
Para Morón, la solución es trabajar en equipo, generar empleos formales y realizar un plan para explotar los recursos que cada municipio tiene para aportar, de esa manera las familias reciban ingresos económicos para suministrar de alimentos necesarios a los menores.
Roger Urieles
Para EL TIEMPO Santa Marta
@rogeruv
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