La Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), a través de su vicepresidente ejecutivo, Carlos García, anunció que se le dará autorización y apertura al concesionario de la Ruta del Cacao para que intervenga el tramo de 11,5 kilómetros de vía sustitutiva que construyó la empresa canadiense Isagén y que actualmente están prácticamente intransitables.
El funcionario señaló que la decisión se tomó porque “nosotros ya no podemos esperar más debido a que nos enfrentaríamos a una situación de intransitabilidad de la vía, que sería lo más grave. El contrato de concesión cuenta con un fondo que permite hacer obras en esos 11,5 km de la vía sustitutiva, que esperábamos fueran hechas por Isagén, pero no podemos esperar a que la vía se vuelva intransitable y es una responsabilidad de nosotros garantizar la movilidad en el corredor”.
Así las cosas, una de las primeras intervenciones que se harán será en el puente Caño Seco, una estructura que está en riesgo de colapso y que mantiene la movilidad en este sector a un solo carril. Allí se planea construir una variante que permita el tránsito de vehículos de carga pesada, con el fin de que ya no tengan que dar la vuelta por el sector de Rionegro y San Alberto.
En cuanto a la intervención del concesionario y el Estado, el Vicepresidente Ejecutivo de la ANI fue claro en decir que esto no significa que la Nación asuma la responsabilidad que tiene Isagén, “ellos tienen que responder vía procedimientos istrativos o sancionatorios de demanda que instaure la Nación a través del Invías”.
Por su parte el director del Instituto Nacional de Vías (Invías), Juan Esteban Gil Chavarría, manifestó que se tuvo una estapa de concertación con Isagén y la empresa se comprometió en arreglar el puente de Caño Seco y recoger el derrumbe en el sector Mata de Cacao, con el fin de habilitar las dos calzadas. Pero hasta ahora la compañía canadiense no ha ejecutado ninguna labor.
Según los dos funcionarios, el arreglo de los 11,5 km de vía son responsabilidad de Isagén, toda vez que están consignadas en un acta donde se garantizaba que las obra hasta el año 2020 eran responsabilidad de la empresa canadiense, pero que hasta ahora se ha rehusado a cumplir.
La reclamación a Isagén
Ante los incumplimientos de Isagén, el Invías instauró una reclamación que superaría los $100.000 millones, con los cuales se harían las reparaciones de la calzada.
Además de esta reclamación, los gremios de la región como Cámara de Comercio de Bucaramanga y Barrancabermeja, Fenavi Santander, entre otros, interpusieron una acción popular en contra del Invías e Isagén para que solucionen los daños en el tramo de los 11,5 km y respondan por los perjuicios económicos y sociales que ha sufrido Santander por esta situación.
En dicha acción se menciona, incluso, que los sistemas eléctricos y de contraincendios de los dos túneles no coinciden. Es decir, en el contrato aparece un voltaje y los que están instalados tienen otro mucho menor. También se han hallado estabilizaciones de taludes que se debieron hacer y que no existen, lo que ha generado constantes deslizamientos en este tramo vial.
Además, la situación sería aún más grave si se tiene en cuenta que la inversión en esta obra se hizo cuando Isagén era propiedad del Estado.
“Cuando se hizo la vía Isagén era una entidad del Estado, pero infortunadamente ahora que es una entidad privada no ha respondido con las obligaciones que tiene que asumir”, señaló García.
Pese a posibles arreglos a este tramo vial, los santandereanos llevan un año y ocho meses, desde diciembre de 2017 cuando se registró el derrumbe en el sitio conocido como Mata de Cacao, esperando a que alguien arregle la calzada.
LUIS ALFONSO CÁRDENAS
Redacción ADN
BUCARAMANGA