En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

CLUB VIVAMOS
Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Noticia

Las fosas en las que sepultaron a las víctimas de masacre en El Salado

Alt thumbnail

Actualizado:

20 de febrero del 2000

Correr y renacer

Los sobrevivientes de El Salado, en coordinación con la Infantería de Marina, decidieron cavar fosas comunes para enterrar a los muertos, considerando su avanzado estado de descomposición como consecuencia de la exposición a la intemperie por más de 24 horas. Se cavaron cuatro fosas comunes en las áreas aledañas al parque principal y allí fueron colocados los cuerpos envueltos en hamacas.

Una parte de los cuerpos fue enterrada en fosas comunes y otra en el cementerio ubicado en las afueras del casco urbano.

Una primera fosa contiene los cuerpos de Rosmira Torres, Victor Urueta y Luis Pablo Redondo; otra los de Jairo Alvis, Eloy Montes y Justiniano Pedroza; una tercera contiene a Dora Torres y Nayibe Osorio Montes; y en una cuarta fueron depositados los restos de Néstor Tapia, José Manuel Tapia, Margoth Fernández y Víctor Rafael Arias.

La Infantería de Marina advirtió a los sobrevivientes que no fuesen a salir del pueblo, pues ellos no podían garantizarles su seguridad; a pesar de lo cual continuaron recorriéndolo y sus alrededores en busca de sus víctimas, hasta encontrar en los montes a la señora Pura Chamorro y la niña Helen Margarita Arrieta, de siete años de edad, hermana de Neivis Arrieta. La niña fue hallada sin vida.

Tras recopilar decenas de testimonios de los sobrevivientes a la masacre, el Centro Nacional de Memoria Histórica señaló que la muerte de Helen puso de manifiesto el riesgo en el cual permanecieron los sobrevivientes que se escondieron en los montes, quienes vivieron en condiciones precarias y de vulnerabilidad extrema como la carencia de agua y alimento, el permanecer y el dormir a la intemperie en una zona con temperaturas demasiado altas y expuestos a los accidentes y a los ataques de animales peligrosos (como las serpientes), además de vivir esa experiencia con angustia, zozobra y miedo por más de 3 ó 4 días.

>> Vea aquí lo que pasó dos días después de la masacre en El Salado. <<

*NACIÓN.

*Relato tomado del Centro Nacional de Memoria Histórica.

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES