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Boca del Saco: el santuario en Parque Tayrona que atrae visitantes por su playa nudista

Esta playa ha ganado fama porque las personas optan por disfrutar desnudos de su paisaje.

En la playa Bocas del Saco las personas disfrutan de un baño en el mar sin ropa. — En la playa Boca del Saco las personas disfrutan de un baño en el mar sin ropa. Foto: Cortesía Rubén Paredes

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Roger Urieles

27.03.2024 06:57 Actualizado: 27.03.2024 07:20

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En una zona alejada del Parque Nacional Natural Tayrona, un tesoro escondido aguarda a aquellos viajeros que buscan una experiencia fuera de lo común: Boca del Saco, una playa apartada del bullicio turístico, que ha ganado renombre mundial gracias a sus aguas cristalinas y su atmósfera de libertad absoluta.

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Como Adán y Eva, así se anda en esta playa. Cada quien anda en lo suyo y no están pendientes del otro

Oficialmente, Boca del Saco no figura como una playa nudista en las guías turísticas, pero su ubicación remota y su aura de aislamiento la han convertido en un refugio para quienes desean disfrutar del entorno natural sin inhibiciones.

Alberto Jiménez, un guía local, describe la experiencia como única: "Como Adán y Eva, así se anda en esta playa. Cada quien anda en lo suyo y no están pendientes del otro".

Dice el guía que cada vez más personas se interesan por ser llevados a este sitio que no se compara con los otros balnearios del Tayrona.

Una playa que gana popularidad mundial

A lo largo de los años, Boca del Saco ha ido ganando popularidad entre los viajeros que buscan una conexión más profunda con la naturaleza.

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A pesar de las advertencias de Parques Nacionales Naturales sobre el peligro de sus turbulentas aguas, los visitantes continúan llegando para sumergirse en la belleza virgen de este rincón del Caribe colombiano.

“Es una playa bandera roja. Siempre que las personas nos informan de su deseo de llegar allá, le advertimos los riesgos que existen, aún así, son cada vez más los visitantes que la acostumbran y se bañan en la orilla o se dedican a leer un libro o hacer un pícnic en pareja en algún espacio de Boca del Saco”, relata uno de los guardaparques.

Más allá de la fama que atrae a cientos de turistas cada año, Boca del Saco guarda secretos que solo los más intrépidos descubren.

“Es un oasis de tranquilidad en medio del paraíso", dice Juan, quien viajó desde Bogotá para experimentar la serenidad de la playa nudista, única en Colombia.

Si bien las condiciones de esta playa son adversas, muchos visitantes están dispuestos a enfrentarlas por la oportunidad de sumergirse en las cristalinas aguas de Boca del Saco.

Aquí no importa cómo te ves o de dónde vienes. Todos somos iguales, todos estamos conectados por nuestra iración por la naturaleza

"A veces las olas pueden ser un poco intimidantes, pero cuando logras nadar en medio de ese paisaje impresionante, todo vale la pena", comparte Carlos, un turista mexicano aventurero.

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Pero más allá de sus aguas cristalinas y sus arenas doradas, lo que hace que Boca del Saco sea verdaderamente especial es su atmósfera de libertad y aceptación.

"Aquí no importa cómo te ves o de dónde vienes. Todos somos iguales, todos estamos conectados por nuestra iración por la naturaleza", expresa Ana, una viajera proveniente de Medellín.

La playa también ofrece una sensación de privacidad y exclusividad que pocas otras pueden igualar. "Es como tener tu propio paraíso privado. Puedes caminar por la orilla sin preocuparte por miradas indiscretas o juicios", comenta Laura, una turista de Estados Unidos que quedó cautivada por la belleza de Boca del Saco.

Un destino que conserva extraordinarias condiciones naturales

Además de su atractivo como destino turístico, Boca del Saco también destaca por su papel en la conservación del medio ambiente. Al estar alejada de las zonas más concurridas del parque, contribuye a preservar la biodiversidad local y mantener el ecosistema en equilibrio.

"Es importante que sigamos protegiendo lugares como Boca del Saco para que las generaciones futuras también puedan disfrutar de su belleza", reflexiona José, un voluntario ambiental que visita la playa regularmente.

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Visitarla es toda una aventura

Llegar a Boca del Saco es toda una aventura en sí misma. Desde la entrada del Parque Tayrona, los visitantes deben emprender un trekking a través de senderos selváticos y paisajes exuberantes.

El camino serpentea entre árboles centenarios y arroyos cristalinos, ofreciendo vistas panorámicas de la costa caribeña y las montañas de la Sierra Nevada de Santa Marta.

Después de aproximadamente dos horas de caminata, los viajeros llegan al Cabo San Juan del Tayrona, un punto de referencia en el parque que marca el comienzo de la última etapa del viaje hacia Boca del Saco.

Desde allí, se debe caminar unos cinco minutos más por un sendero que serpentea a lo largo de acantilados y formaciones rocosas hasta finalmente llegar a la playa.

Una vez en Boca del Saco, los visitantes son recibidos por un paisaje impresionante: arena blanca, aguas cristalinas y una atmósfera de paz y serenidad que invita a la contemplación y la relajación.

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Pese a las advertencias sobre los peligros de bañarse en sus aguas turbulentas, muchos visitantes optan por disfrutar de la playa desde la orilla, tomando el sol, leyendo un libro o simplemente contemplando el horizonte.

Boca del Saco se presenta como mucho más que una playa nudista. Es un santuario de libertad, un refugio de paz y un testimonio de la belleza y la grandeza de la naturaleza.

En un mundo cada vez más urbanizado y tecnológico, lugares como este donde no existe señal de internet ni celular, le permiten a sus visitantes conectarse con la tierra y apreciar su majestuosidad en su forma más pura y auténtica.

Roger Urieles

Para EL TIEMPO Santa Marta

En X: @rogeruv

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